C40: La caja de Marcelle.

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Varios golpes se hicieron presentes en la puerta de la habitación de Danna. La castaña inspiró con fuerza y se puso de pie para ir a atender. Sus cejas se fruncieron de inmediato cuando al abrirla su mejor amiga quedó delante de ella con una pequeña maleta deportiva en las manos.

—¿Cam...?—cuestionó con simpleza.

—¿Puedo pasar?—murmuró a modo de respuesta.

Danna se hizo a un lado para dejarla pasar y el pelinegro entró en la habitación. Dejó la pequeña maleta sobre la cama de su mejor amiga y volvió a mirarla.—¿Qué pasa...?

—Robé la casa de mamá.—anunció. Los ojos de Danna se abrieron llenos de sorpresa.

—¿Qué?—chilló.

—No como tal.—se apresuró a decir.—Pero algo así...

—De acuerdo, no sé de que me estás hablando.—admitió la chica.

—Hace unos días cuando fui para tratar de hablar con ella me di cuenta que en su habitación había una caja de madera...ya sabes, ese tipo de caja de madre que suelen contener cartas y ese tipo de cosas.—Danna asintió.—Ella la miraba insistentemente aunque fingí no darme cuenta para que ella no se diese cuenta que yo sabía pero como era de esperarse no me quiso decir absolutamente nada.

—Aja.

—Así que hoy esperé a que fuese a llevar a Maddie al colegio para hurtarla...—agregó sacando de la mochila que todavía sostenía la caja de madera.

Danna se quedó en silencio contemplándola un momento y dejó escapar un pequeño suspiro.—Tiene una llave...

—Claro que si.—respondió de inmediato.—Le pedí a Renato que me ayudase a encontrar una así que simplemente la ordenó para que la hicieran...

—¿Vas a abrir la caja de tu madre...?—murmuró.

—Es que esta es la única manera en la que podré saber al menos un poco de la verdad...—hizo una pausa dejando escapar el aire de sus pulmones lentamente.—O al menos eso es lo que espero...

—¿Y estás preparada para eso...?—cuestionó de nueva cuenta.—Sabes que te apoyo y te sigo con los cerrados en todo lo que me pidas, Cami...pero estamos hablando de que esto cambiará tu vida para siempre...—Camila suspiró.

—Mi vida cambió para siempre desde hace unos días, Dan.—reflexionó.—Sabes quién es mi padre no puede cambiarlo todavía más de lo que ya lo hizo saber que mi papá no es mi papá...

—De acuerdo.—musitó finalmente.—Entonces te sigo, Cami. Siempre.

—¿Somos equipo, no?—le preguntó la pelinegra tendiéndole su mano.

Danna la tomó de inmediato y le ofreció una amplia sonrisa.—Somos equipo para siempre...obvio.

—Gracias por ser mi mejor amiga, Danna.—susurró.

—Gracias a ti por serlo, Cams...

(...)

—Yo puedo esperar afuera mientras tú abres la caja, Camila. Es...algo muy personal de tu madre y creo que yo no debería estar presente....—murmuró Danna sentada con las piernas cruzadas en el suelo de la habitación de la chica.

—Danna, por dios. Eres como de mi familia y no tengo ningún problema con que estés aquí—murmuró la pelinegra contemplando fijamente la caja de madera que descansaba entre las dos.—Además eres mi mejor amiga, tu deber de mejor amiga es quedarte aquí y hacerme compañía mientras descubro cosas sobre mi pasado.—Danna suspiró pausadamente y asintió levemente.

LA CHICA DEL VESTUARIO|ZABDIEL DE JESÚS|CNCO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora