C29: Ayuda de amigos.

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Semanas después...

Los latidos del corazón de Camila Horvat realmente no podían controlarse y estaba segura que de seguir de ese modo iba a terminar desmayándose.

Inspiró profundamente y se atrevió a finalmente golpear suavemente la puerta de la oficina de Renato Francis. Faltaban quince minutos para la hora en la que él le había dicho que la quería ver pero con cada segundo que pasaba sus nervios iban en aumento y cualquier cosa que él quisiese hablar con ella era mejor saberlo de una vez por todas y salir de las dudas.

—¡Adelante!—la voz del hombre llegó amortiguada. Camila inspiró de nueva cuenta, cerró sus ojos un momento y empujó la puerta para poder entrar.

Él permanecía sentado detrás de su escritorio observando la pantalla de su ordenador. La suave música que supuso provenía la computadora llenaba el aire y sólo hacía que su corazón latiese con mucha más intensidad contra su pecho. Renato despegó sus ojos finalmente y le ofreció una pequeña sonrisa.

—Cami, que bueno que llegas.—respondió amablemente.—aunque lo cierto es que te esperaba hasta dentro de quince minutos...—hizo una pausa.—Bueno, no importa.—agregó más para sí mismo que para la muchacha.—Toma asiento por favor, Camila Horvat...

—La verdad es que me dejó pensando mucho tu llamada...—confesó la chica tomando asiento frente al escritorio de su jefe.—¿Pasa algo malo...?

—No realmente...—inquirió el hombre.—Camila, como sabes en las últimas semanas hemos vivido muchas cosas juntos, y no me refiero a tú y yo como tal, me refiero a todos...en familia...—ella asintió lentamente.—Primero que nada te quería dar las gracias por ayudar a Danna cuando se fue de casa...—elle negó de inmediato.

—No tienes que agradecerme por eso. Danna es como una hermana para mí, es mi mejor amiga y por eso la ayudé. Además...bueno, no quería que siguiera sufriendo por todo lo que pasó con los chicos y aunque intenté ayudarla al final de cuentas terminó desapareciendo de nuevo...—le explicó.

—Sé que va a sonar un poco extraño lo que te voy a decir pero me gustaría que volvieses...—anunció.

—¿Volver?—repitió.—De acuerdo, ahora si me perdí totalmente...—confesó.

—Como sabes el espacio de trabajo que usaba Azul ahora está vacante así que...he estado pensando mucho las cosas y en serio eres buena en lo que haces por eso es que me gustaría que volvieses a trabajar con nosotros pero esta vez como la estilista de los chicos.—agregó sin dejar de mirarla.

Camila abrió los ojos totalmente sorprendida, se llevó las manos a la boca como si quisiese suprimir un agudo grito de emoción.

—¿Qué?

—Es que confío ciegamente en ti y sé que vas a hacerlo increíblemente bien.—le informó el hombre.—sé que eres responsable, proactiva y sumamente comprometida con tu trabajo, lo he sabido desde el día uno en el que supliste a tu madre cuando tuvo que volver a casa...además; realmente no pensé en otra persona que pudiese hacerlo más que en ti...—hizo una pausa.—Y si a eso le sumamos que Danna y los chicos te adoran...

—Es...

—Estaría completamente felices de tenerte acá...sobretodo Zabdiel...—agregó.

Camila dejó escapar el aire de sus pulmones sacándolo por su boca y se quedó en silencio un momento.—En verdad agradezco mucho que hayas pensado en mí para esto...pero no puedo aceptarlo...

—¿Y al menos puedo saber por qué?—cuestionó mirando por encima de su hombro. Camila lo miró fijamente.

—Bueno...es que ahora que mamá ha vuelto al tour alguien tiene que hacerse cargo de Madison...alguien tiene que llevarla a la escuela y esa es mi labor, era mi labor antes de suplirla en el tour y ha vuelto a ser mi labor ahora que está completamente recuperada...—le explicó.—Pero de verdad te agradezco mucho la oportunidad que me diste, Renato...

LA CHICA DEL VESTUARIO|ZABDIEL DE JESÚS|CNCO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora