Camila Horvat realmente no terminaba de comprender como es que su madre no se volvía loca entre tanta ropa. Es decir, su trabajo la apasionaba pero era completamente diferente estar en medio del tsunami de ropa que los chicos manejaban. Jugueteó con una percha negra con lo que parecía una campera de Erick y negó un poco.
—Camila...—la puerta se abrió encontrándose de inmediato con el rostro amable de Renato que la contemplaba con una sonrisa en los labios.—¿Cómo van las cosas...?—cuestionó en voz baja.
—Todavía no me he vuelto loca ¿Y eso es lo que realmente cuenta, no?—respondió la chica y el hombre se echó a reír.
—Pues esperemos no lo hagas porque una vestuarista loca es lo menos que necesitamos en este momento—comentó y ella rio en voz baja.—¿podrías hacerme un favor...?—murmuró y Camila asintió de manera inmediata.—Mañana es el primer concierto al que Danna asistirá de los chicos... ¿podrías por favor conseguirle un atuendo? Confío ciegamente en ti y en tu criterio...—le informó.
—Claro—respondió ella ofreciéndole otra sonrisa.
—Y Camila...hace un rato te vi hablando con Dan...—confesó y las mejillas de la pelinegra se sonrojaron.
—¿Te molesta que este cerca de tu hija?—preguntó en voz baja jugueteando con las perchas de ropa.
—¿Qué?—cuestionó él mirándola lleno de sorpresa—Por supuesto que no. De hecho creo que es lo mejor que le pudo pasar a Dan...es decir, creo que no es del todo sano que este rodeada siempre de chicos...son buenas personas pero una amiga mujer no le vendría mal...—susurró y Camila le sonrió.
—Sí, bueno...Azul no piensa lo mismo—confesó y Renato negó.
—¿Y a quién rayos le importa lo que piense Azul?—musitó él cruzándose de brazos. Camila rio en voz baja y negó.—Yo soy el padre de Danna y te digo que estoy orgulloso de que seas su amiga. Lo que diga Azul sale sobrando...y si me permites que te de un consejo, toma las cosas de quién vienen, Camila...
—Pues gracias—murmuró la chica.
—Tengo que comprobar que los cinco chicos sigan con vida—comentó con diversión y Camila rio.—Y gracias, Camila...
—No es nada...
(...)
Camila avanzó lentamente por el pasillo del hotel. Estaba exhausta y realmente lo menos que le apetecía en ese momento era estar cerca de Azul o de cualquiera de los comentarios fuera de lugar que solía hacer. ¿Cómo es que existía ese tipo de personas en el mundo? Pensó mientras rebuscaba entre su bolso la llave de la habitación.
Internamente le rogó a Dios no encontrarla e introdujo la tarjeta en la cerradura de la puerta. La empujó suavemente y sonrió completamente feliz cuando se dio cuenta que la pelirroja de ojos azules no estaba presente.
Avanzó hasta su cama y se dejó caer contemplando el techo blanco al tiempo que el sonido de su celular comenzaba a hacerse presente. Rio en voz baja cuando descubrió el nombre de su madre en la pantalla.
—Hola, Maddie—saludó animadamente.
—Hola—respondió su hermana con una risita divertida que hizo que una sonrisa se instalase en los labios de la chica.—¿Falta mucho para que vengas? Ya te quiero ver—confesó.—Mi mamá dice que falta poco para navidad y que cuando la navidad llegue tú estarás aquí así que espero que pase muy rápido...
Camila inspiró profundamente de repente sintiéndose un poco deprimida.—Mamá tiene razón, Maddie. Falta muy poco para que estemos juntas de nuevo...pero mientras que eso sucede tienes que prometerme que vas a ponerle todo el empeño del mundo al colegio, tienes que obtener las mejores notas y cuidar mucho a mamá ¿me lo prometes?—cuestionó en voz baja.
ESTÁS LEYENDO
LA CHICA DEL VESTUARIO|ZABDIEL DE JESÚS|CNCO.
FanfictionDE LA CHICA DE LOS PATINES LLEGA: LA CHICA DEL VESTUARIO. "Una mirada siempre lo confesará todo". A ZABDILA'S STORY.