C37: Una vida de mentira.

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Marcelle observó a Madison que seguía con la vista clavada en el libro de dibujos para pintar. Soltó un pequeño suspiro y comenzó a caminar hasta la cocina donde Brooke la esperaba sentada en uno de los altos taburetes del desayunador con una taza de café y una rebanada de pastel de chocolate frente a ella.

Se sentó a su lado y su corazón latió muy de prisa cuando recordó que tenía que hablar con su amiga. La idea era contarle todo lo que sabía porque para ser sincera consigo misma cada día le pesaba más y le era más y más complicado conciliar el sueño.

—¿Qué es lo que pasa?—cuestionó la pelirroja hundiendo la cuchara de metal en la masa de chocolate.—Anoche que me llamaste dijiste que tenías algo muy importante que decirme y la verdad es que me dejaste pensando…ya sabes que un buen chisme es lo mío—bromeó.
Marcelle sonrió de lado y observó el vapor que emanaba de su propia taza de café.

—¿Recuerdas a Marcus Silvetti?—la mujer frenó su mano dejando la cuchara a medio camino a su boca. Miró a la rubia con ojos desorbitados y soltó un pequeño jadeo.

—Claro que lo recuerdo. ¿Cómo crees que no voy a recordarlo si tú eras incapaz de dejar de hablar un solo segundo de él?—cuestionó divertida—Pero para serte sincera, Marcelle, pensé que había quedado en el pasado. Eso fue lo que dijiste la última vez…—la acusó.

La mujer asintió totalmente cansada.—Es que volvió. Bien, no es que él precisamente haya vuelto pero si lo hizo su hija—Brooke la miró con el ceño fruncido.

—De verdad que cada vez te entiendo menos—declaró.

—¿Recuerdas que te hablé sobre el tour en el que Camila me suplió?—la pelirroja asintió de inmediato—Bien, la hija de mi jefe, de Renato Francis, es la hija biológica de Marcus Silvetti—le informó con voz cansina.

—Esto parece una de las telenovelas que veo en internet—respondió dándole un sorbo a su café—la hija de tu jefe es la hija de Marcus—repitió—¡Eso no tiene sentido!

—Es un larga historia, el problema aquí es que la hija de Marcus Silvetti es la mejor amiga de Camila—los ojos de la mujer se abrieron con asombro, soltó un gemido de sorpresa y negó de inmediato.

—¡Estás jodida!—decretó—¿Cam, no sabe…?—Marcelle negó de inmediato.

—Conoce a Marcus porque el muy desgraciado intentó matar a Danna, a su propia hija—Brooke volvió gimotear llevándose las manos a sus labios.

—¡Dios mío, que atrocidad!—masculló en voz baja.—Déjame ver sin entiendo, Camila es la mejor amiga de Danna. Danna es la hija de Marcus...—Marcelle asintió—Dios, eso quiere decir que Camila es la mejor amiga de su propia hermana…—las mejillas de la rubia se sonrojaron un poco.

—Medias hermanas, pero sí.

—¡Son hermanas! Aquí no hay medias tintas—hizo una pausa—De verdad Marcelle, estás jodida—anunció sonriéndole un poco.

—¡Brooke!—chilló.

—Bien, ya, lo siento. ¿Cuándo piensas decírselo?—cuestionó y Marcelle negó.

—Jamás. Ella nunca puede saber su verdadero origen. Camila nunca en la vida puede saber que no es hija de Steve.—anunció con voz firme.

—¿Qué dijiste mamá…?—la voz de Camila llenó el aire.

El corazón de Marcelle dejó de latir un momento siendo consciente de lo que acababa de decir y de que su hija la había escuchado. ¿Cuándo tiempo había estado pensando en contarle la verdad? Una infinidad de veces pero por más que trataba y trataba de encontrar las palabras adecuadas para decírselo simplemente no encontraba el momento oportuno para hacerlo.

LA CHICA DEL VESTUARIO|ZABDIEL DE JESÚS|CNCO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora