LA CHICA DEL VESTUARIO|ZABDIEL DE JESÚS|CNCO.

C17: Existir.

—¿Por qué tengo la impresión de que me estoy dejando que me secuestres?—cuestionó la pelinegra aferrándose a la mano de Zabdiel.—No me gustan las sorpresas—se quejó.

—Lo sé, te gusta tener el control de todo lo que pasa en tu vida pero lo siento mucho, mi amor—se burló Zabdiel—Esta vez no puedes tener el control porque es una sorpresa que yo organicé y porque estoy muy seguro que te gustará...

—Zab...

—¿Confías en mí?—cuestionó.

—La peor parte de todo es que si...—respondió ella frunciendo los labios.

—¡Oye! ¿Cómo que la peor parte?—preguntó él—Debería sentirme ofendido pero la verdad es que no puedo—confesó.—Además, no tienes nada de qué preocuparte porque yo nunca en la vida haría algo que te pusiera en riesgo ¿sabes?—hizo una pausa—te quiero lo suficiente como para ponerte en riesgo...

—Podría decirte que también te quiero pero como me tienes caminando a ciegas no lo haré—sentenció. Zabdiel e echó a reír.

—¿Cuándo te quite la bufanda me lo dirás?—cuestionó.

—Ya veremos...—Zabdiel rio en voz baja pero no respondió. Él la guío cuidadosamente tratando de no hacerla tropezar mientras ella seguía quejándose. Zabdiel negó divertido y luego se frenó de golpe haciendo que el cuerpo de su novia chocara con el suyo.—Oye...—replicó.

Se giró lentamente y enredó sus brazos en la cintura de la muchacha antes de inclinarse sobre ella para depositar un pequeño beso en sus labios. ¡Dios! ¿Cuánto tiempo Zabdiel había estado esperando para poder ser capaz de besarla? ¿Por qué se había tardado tanto en preguntárselo? No es que eso tuviese importancia en ese momento, lo único que importaba era que finalmente estaban juntos.

—¿Zab...?—cuestionó Camila apoyando su frente en la de su novio.

—La verdad es que no podía pasar un segundo más teniéndote tan cerca sin besarte—confesó y ella rio en voz baja.

—Eres muy dulce—le dijo ella.—¿Ya puedo quitarme esto?—cuestionó un momento después.

—Claro—respondió él volviendo a besarla. Camila rio en voz baja sacándose la bufanda de los ojos. Lo primero que vio fue la linda mirada de Zabdiel y le ofreció otra sonrisa que ella amó de manera inmediata.—Gira...—le ordenó.

Camila le sonrió de nueva cuenta y se giró lentamente encontrándose de inmediato con un picnic y un enorme campo completamente verde.—Eso es completamente hermoso...—susurró sintiendo su corazón latiendo demasiado de prisa.

—¿Te gusta?—preguntó en voz baja.

—¿Cómo crees que no va a gustarme si esto es la cosa más linda del mundo?—replicó la chica.—Zabdiel...—susurró cuando él la abrazó por la cintura dejando un beso sobre su cabello.—Gracias...

—No tienes nada que agradecerme, mi amor.—respondió.—realmente esperaba que te gustase...no soy tan bueno en esto de las sorpresas románticas así que...—Camila negó de inmediato.

—No te preocupes por eso—respondió de inmediato.—La verdad es que me encanta todo, Zabdiel...me gusta pasar tiempo contigo...eres completamente increíble ¿sabes? Absolutamente todo tú lo eres...

—Nunca nadie me había dicho algo así—admitió. Ella sonrió.

—Pues realmente me gusta saber que fui la primera en hacerlo—Zabdiel sonrió ampliamente y dejó otro beso sobre su cabello.—¿Cómo hiciste esto, por cierto?—preguntó en voz baja.