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Editado 13/01/22

Sophie despertó de golpe cuando su teléfono comenzó a sonar y aún estaba un poco adormilada cuando lo desconectó del cargador, pero el más mínimo rastro de sueño la abandonó cuando vio que se trataba de Emmet

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Sophie despertó de golpe cuando su teléfono comenzó a sonar y aún estaba un poco adormilada cuando lo desconectó del cargador, pero el más mínimo rastro de sueño la abandonó cuando vio que se trataba de Emmet.

Notó que eran las dos de la mañana y se alarmó sabiendo que esas no eran horas aptas para llamar, por lo que se convenció de que se trataba de algo serio.

—¿Aló? —Dijo al contestar y su ceño se frunció cuando escuchó una fuerte bulla al otro lado de la línea.

—Sophie —retumbó la voz de un muy, muy borracho Emmet.

La mujer se sentó en la cama apoyando la espalda en el cabecero y adoptó un semblante serio.

—¿Estás ebrio? —Preguntó, aunque no hacía falta que él le respondiera para saber que lo estaba.

—Un poco —concedió él riendo.

Sophie rodó los ojos y apretó los labios con fuerza. Estaba a punto de pedirle que la llamara cuando estuviera sobrio, pues ella en verdad no estaba para sandeces, pero Emmet se le adelantó.

—Necesito que me contestes lo que te voy a preguntar. Y espero que seas muy honesta —pidió él y Sophie notó el cambio en su voz.

Ya no sonaba para nada divertido, de hecho, a pesar de estar más que pasado de copas, Sophie percibió la sinceridad en su tono.

—Está bien —convino suavizando su voz.

El silencio se prolongó al otro lado del teléfono y Sophie comenzó a pensar que Emmet se había arrepentido cuando por fin habló.

—¿Tú en verdad quieres a Rebecca?

La mujer se llevó una enorme sorpresa con la repentina pregunta de Emmet, pero atribuyó el motivo de sus indagaciones al alcohol que corría por su sistema.

—Eh... Sí, tu hija es adorable, una excelente estudiante —respondió cerrando los ojos por el cansancio.

Escuchó a Emmet respirar con pesadez y sintió una inmensa curiosidad por saber qué demonios estaba sucediendo con el padre de su estudiante en ese momento.

—¿La cuidarías por mí? —Soltó él de repente y Sophie jadeó al distinguir el sentimiento de tristeza que emanó su voz al hablar.

Ella no entendía qué pretendía Emmet preguntándole ese tipo de cosas y tuvo una sensación amarga en la boca de su estómago cuando él emitió un sonido lastimero.

—¿Estás bien? —Cuestionó evidentemente preocupada y más confundida que nunca por la extraña forma de actuar del hombre.

—Joder, no —respondió él y su corazón se estremeció cuando a Emmet se le quebró la voz.

—¿Qué pasó? —Indagó Sophie sintiéndose inútil al no poder hacer nada por él. Su mente estaba maquinando millones de cosas malas que le pudieron haber pasado, pero en ese momento ella no tenía ni la más mínima idea de cuán grave era la situación.

Before You Go © |+18| [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora