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No editado.

Avertencia: En este capítulo se tratan temas relacionados con la jurisprudencia, y debo advertir que no soy una experta en el tema. Intenté hacer mis búsquedas, pero no puedo asegurar que todo lo que se narra sea certero.

Su brazo ardía, su cabeza estaba adolorida y su pecho se sentía apretado, pues sabía que eso era sólo el comienzo

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Su brazo ardía, su cabeza estaba adolorida y su pecho se sentía apretado, pues sabía que eso era sólo el comienzo.

El médico al otro lado del escritorio terminó de guardar los papeles en la carpeta y Sophie apretó su mano haciendo que Emmet se percatara de que su agarre la estaba lastimando.

—Entonces los veré pronto. Ya quedó agendada tú cita para la primera dosis y todos los exámenes están en orden así que creo que eso sería todo por hoy.

Emmet murmuró una despedida de manera distraída y se dejó guiar por Sophie, quien lo llevo hasta unas sillas acomodadas a lo largo del pasillo justo afuera del consultorio de su médico.

—¿Estás bien?

Las palabras susurradas lo hicieron girar la cabeza de un movimiento rápido y su mirada se encontró con los ojos preocupados de Sophie.

—Todo bien, es sólo que aún me estoy haciendo a la idea —aseguró sin despegar la mirada de la de Sophie.

Ella lograba hacer que se aislara del mundo, estaba seguro de que si la perdía de vista todo a su alrededor se vendría abajo debido a las dudas, los miedos e inseguridades que amenazaban con derrotarlo. Así que se aferró a ella tanto como pudo.

—Eres muy fuerte mi amor, sé que podrás con esto y si en algún momento sientes que es demasiado recuerda que me tienes para lo que necesites —le dijo Sophie antes de envolver ambos brazos en torno a su cuello para atraer sus rostros.

Sus respiraciones se volvieron una, sus ojos parecían estar conectados por un hilo invisible y sus corazones latieron a la par. Emmet se sentía inmensamente agobiado, no podía dejar de pensar en lo que podría pasar y para rematar Sophie tenía que ir a testificar en contra de Liam al día siguiente, por lo que estaba hecho un manojo de nervios.

—Ya deja de pensar y dame un beso —le pidió la mujer en un suave suplicio que derrumbó sus barreras.

Se permitió un instante para despejar la mente y dejó que sus labios se fundieran con los de la mujer que amaba.

—Vamos a casa, debes estar agotada por mí culpa y sé que tienes que prepararte para mañana —dijo en cuanto se separaron, sintiéndose culpable por el peso que su enfermedad representaba ahora para ella.

Sabía que Sophie había sufrido inmensamente tras vivir junto a su madre la enfermedad que acabó con su vida, y también tenía claro la ansiedad que le causaba el tener que volver a Liam después de las agresiones a las que había sido expuesta. Se suponía que él, como su pareja debía ayudarla a superar todas esas dificultades, pero en vez de aligerar su carga, no podía evitar llegar a la conclusión de que la empeoraba.

Before You Go © |+18| [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora