No editado
Sophie podía sentir cómo su mano sudaba contra la de Emmet, quien parecía ignorar la incómoda sensación en la unión de sus palmas.
Ella moría de ganas por conocer a su bebé, pero estaba aterrorizada de que le dijeran que algo andaba mal, o de que simplemente no hubo embarazo en ningún momento. Sophie sabía que lo que había hecho la noche anterior era lo primero que le decían a las madres primerizas que no hicieran, pero simplemente no pudo evitar darse una pasada por Google.
Desde embarazos ectópicos, hasta fetos sin vida; había leído acerca de un montón de posibles cosas que temía escuchar ese día y desde entonces, su ansiedad no hacía más que aumentar.
Como si se hubiese percatado del leve temblor que le recorrió el cuerpo cuando recordó uno de los blogs en los que se mencionaba una exorbitante cantidad de riesgos del primer trimestre, Emmet la atrajo contra su pecho y la envolvió en un abrazo.
—Muñeca, intenta relajarte un poco —acarició su mano—, no creo que esos nervios te vayan a sentar muy bien —concluyó antes de depositar un diminuto beso en la coronilla de su cabeza.
Sophie despegó la mirada de una de las mujeres que esperaba junto a ellos en la recepción del consultorio, y la centró en los ojos avellana que tanta calma le traían.
—¿Emmet?
—Dime, Soph.
Ella ladeó la cabeza en dirección de la mujer sentada a unos cuantos metros de ellos. La señora acariciaba su enorme barriga y de tanto en tanto se levantaba para estirar la espalda, frunciendo su rostro en un gesto de incomodidad.
Sophie no podía parar de pensar en que ella luciría de ese modo dentro de poco y algo de reconocer aquel hecho no terminaba de sentarle bien.
—¿Cuándo me vea así, me seguirás queriéndo cierto? —Preguntó en un susurro causando que Emmet soltara una pequeña carcajada antes de besarle los labios castamente.
—No digas tonterías, te seguiré amando incluso cuando estés de mal humor, o cuando se te hinchen los pies y te duela hasta respirar por el peso —prometió, pero sus palabras fueron todo menos alentadoras.
En respuesta, Sophie refugió su rostro en el pecho de Emmet y soltó un jadeo lastimero.
—Oh Dios... Pies hinchados, espalda adolorida, cambios de humor, estrías. ¿En qué estábamos pensando cuando no usamos protección?
Emmet la apretó contra su cuerpo y le tomó el mentón, guiando su rostro hasta que sus miradas se cruzaron.
—En tu DIU y bueno, quizás ambos hemos sido un poco impacientes y descuidados —admitió.
La rubia contrajo sus labios en un puchero y se cruzó de brazos fingiendo molestía.
—Es tú culpa por ser tan jodidamente caliente —acusó sentándose derecha y alejándose de él.
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Before You Go © |+18| [✔️]
Roman d'amour[PRIMER Y SEGUNDO LIBRO] - EN EDICIÓN. Sophie estaba más que lista para abandonar el desastre de vida que tenía y buscar mejores oportunidades al otro lado del país. Sin embargo, a ella llegó Emmet Park para demostrarle que quizás hacía falta un po...