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Editado 04/01/22

—Vaya, tus reuniones familiares deben ser una locura, no me imagino tener quince primos y siete tíos —dijo Sophie asombrada por la fotografía que le acababa de mostrar Liam.

Acababan de almorzar después de dar un paseo por el Central Park y Sophie no se encontraba muy bien de ánimos ya que visitar el famoso parque le trajo miles de recuerdos de su madre. En cierto momento pensó pedirle a Liam que se fueran, pero decidió que no se amargaría la mañana y se esforzó por evocar los recuerdos felices y dejar de lado la partida de la mujer que la trajo al mundo.

Se hallaba en un pequeño restaurante francés ubicado en la quinta avenida junto a Liam quien al verla decaída le comenzó a contar de los alborotos que se causaban en su familia, que al ser tan numerosa se mantenía llena de dramas y cotilleos. El hombre logró alegrarle el día a Sophie y ella se encontraba encantada con la capacidad de Liam para sacarle una sonrisa.

—Es toda una odisea, cuando quieras te invito a uno de nuestros asados mensuales, estoy seguro de que podrías escribir una novela con las cosas que verás —bromeó Liam dándole un último sorbo a su taza de café.

Sophie carcajeó al imaginar los dramas familiares de los Thompson y se concentró en terminarse su café antes de que se le enfriara.

—Ya me imagino, si con mis dos hermanas nunca me quedo sin mi dosis de cotilleo tu debes volverte loco con todo lo que sucede —musitó.

—La verdad es que estoy acostumbrado, crecí escuchando las peleas y melodramas de mis tías, así que no me molesta. De hecho, a veces me sacan unas buenas carcajadas con las locuras que suceden —expresó él con esa sonrisa que parecía imborrable.

Sophie se preguntó cómo haría Liam para ser tan optimista y tener el humor alegre todo el tiempo. Admiró la forma en que sus ojos se iluminaban y se sintió complacida al notar que el buen genio de su acompañante se le estaba pegando, haciendo que los recuerdos tristes que tuvo en la mañana quedaran atrás.

—Ya veremos si cuando los conozca me espantan con sus locuras —dijo Sophie antes de terminarse la taza de café.

—Yo creo que mis tías te ado...—Se calló cuando el teléfono de Sophie comenzó a vibrar sobre la mesa.

Ella lo miró apenada y cuando leyó el nombre de Linda Park se apresuró en contestar curiosa por saber lo que la mujer pudiese necesitar de ella.

—Lo siento —le susurró a Liam y él le sonrió incitándola a que contestara la llamada.

—¿Hola? —Inquirió la voz de Linda al otro lado de la línea cuando Sophie aceptó la llamada.

—Buenas tardes Linda —saludó Sophie con entusiasmo.

Se escuchó un lloriqueo y la sonrisa en el rostro de la rubia se desvaneció dando paso a la preocupación cuando reconoció la voz entristecida de Becca.