Before You Go © |+18| [✔️]

025*

Editado 17/04/22

No apto para menores de edad.🔥

Los besos y las caricias lo tenían a mil, Emmet no podía centrarse en nada más que no fueran los labios de Sophie, sus curvas, su piel y su cuerpo contra el suyo.

Sólo podía pensar en que quería llevársela a su casa en ese mismo instante, la necesitaba como nunca y la forma en que la espalda se le curvaba en tanto de su boca salían pequeños jadeos demostraba que él no era el único que estaba disfrutando del momento.

—Quédate conmigo esta noche —pidió dejándose llevar por el momento.

Sophie abrió los ojos y mordió su labio mientras parecía pensar en su respuesta, la cual se dio en forma de un beso voraz que le propinó al hombre al tiempo que envolvió los brazos alrededor de su nuca para pegar cada milímetro de su cuerpo contra el de ella.

La decisión estaba tomada, las ganas pudieron con ambos, y por ello tan pronto como pudieron despegarse del otro se encaminaron a la salida del bar.

Debido a que los dos llevaban varios tragos encima, Emmet se encargó de pedir un Uber esperando que no le fuera a pasar nada a su auto que se encontraba estacionado en un oscuro callejón.

────・:✧∙✦∙✧:・────

Al ser de madrugada el camino fue muchísimo más corto y en menos de veinte minutos Sophie y Emmet ya se encontraban entrando al moderno apartamento tomados de la mano. Mientras abría la puerta con su mano libre, Emmet trataba de respirar con profundidad para calmar los nervios.

Llevaba casi medio año intentando convencer a Sophie de que le diera una oportunidad, y por fin se le acababa de presentar lo más cercano que tendría a poder estar con ella.

Él en verdad no quería echarlo a perder.

Juntos se adentraron en el departamento, caminaron hasta la sala y Emmet comenzó a soltar la mano de Sophie con la intención de ir a la cocina para traerle algo de tomar, pero se llevó una enorme sorpresa cuando ella tiró de su brazo haciendo que sus cuerpos chocaran.

Súbitamente, Emmet sintió como si toda la tensión sexual que tenía acumulada desde hacía casi cuatro años hubiese decidido hacer una aparición incitándolo a asentar las manos en esas amplias caderas que lo volvían loco para luego inclinar la cabeza y juntar sus labios contra los de la rubia quien lo recibió con ansias, lamiendo y chupando su labio inferior.

—Emmet, llévame a tu cuarto —pidió Sophie evidentemente afectada por las acciones del hombre.

El asiático sabía que aquellas palabras serían su perdición, pero aún así hizo caso omiso al lado racional de su cerebro y alzó a la rusa haciendo que envolviera las piernas alrededor de su cintura para caminar hacia la habitación al tiempo que sus bocas seguían librando ese frenético juego que los tenía desesperados por más.