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Editado 16/04/22

Cuando Emmet terminó en el baño fue a la habitación de Sophie y se quedó apoyado en el marco de la puerta haciendo que la rubia se sintiera inquieta bajo su penetrante mirada que no se le despegaba de encima

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Cuando Emmet terminó en el baño fue a la habitación de Sophie y se quedó apoyado en el marco de la puerta haciendo que la rubia se sintiera inquieta bajo su penetrante mirada que no se le despegaba de encima.

—Ya escogimos un par de películas —informó mostrándole tres CD's, y como era de esperarse, Becca había escogido películas de princesas.

—Veo que el repertorio es bastante reducido —comentó Emmet con una pequeña risa.

Sophie le sonrió y se sintió enormemente aliviada al percatarse de que Emmet lucía un mejor semblante del que había visto en el baño. Cuando lo notó pálido y lo escuchó vomitar se preocupó terriblemente, sin embargo, al verlo bromeando y dedicándole sus usuales miradas coquetas se tranquilizó y atribuyó la escena del baño a todo el estrés bajo el cual había estado con el tema de Elena.

—En realidad Becca las escogió —se excusó y la niña dio un salto al escuchar su nombre en la conversación que llevaban los dos adultos.

—Sí papi, esas son mis favoritas —arguyó Becca ofreciéndole su mejor sonrisa a su padre quien no se pudo resistir a sus tiernos encantos y se acercó a ella para levantarla en sus brazos.

—Lo sé mí amor —dijo antes de darle un beso en la frente haciendo que la pequeña se echara a reír.

Sophie observó la escena y no pudo evitar sentirse nostálgica al recordar su propia infancia junto a sus dos padres. Nuevamente sintió pena por Becca, ya que era muy improbable que la niña llegara a experimentar el amor sincero de su madre. Por un instante Sophie deseó poder ser ella misma quien tuviese la oportunidad de mostrarle aunque fuera un atisbo de lo que podía llegar a ser recibir el cariño de una madre, pero sabía de sobra que con la mudanza a pocos meses y su extraña relación con Emmet eso no sería posible.

—Bueno, vamos a preparar algo de comer. Una noche de películas no está completa sin comida chatarra y no sé ustedes, pero a mí se me antoja un perro caliente —dijo Sophie levantándose de la cama con los tres estuches de las películas que Linda le había llevado en sus manos.

—¡Yo quiero un perro caliente! —pidió Becca desde los brazos de su padre y ambos adultos sonrieron con ternura ante su emoción.

—Pues vamos, ustedes pueden ir poniendo la película mientras yo los hago —sugirió Sophie encaminándose hacia la cocina.

Como la noche ya había caído, tuvo que encender las luces de la cocina y de la sala dónde se instalarían para ver las películas frente al enorme televisor colgado de la pared.

—Yo puedo ayudarte —se ofreció Emmet tras dejar a Becca situada en el sofá.

Sophie comenzó a negarse, alegando que no podían dejar a la niña sola, pero Emmet insistió y al final la convenció diciéndole que la dejaría entretenida con una de las películas mientras ellos preparaban las cosas.

Before You Go © |+18| [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora