Emmet estaba hecho un manojo de nervios. Esa sensación con la cual se había comenzado a familiarizar en los últimos días había vuelto a abordarlo, y no sabía cómo deshacerse de ella.
La incertidumbre y los miedos también habían decidido darle una visita justo cuando tomó el teléfono entre sus manos con la intención de contactarse con ella. El nombre que iluminaba la pantalla se repetía una y otra vez en su mente, y el desprecio al recordar todo lo que Elena le hizo pasar a él y a su hija también hizo presencia, tomando lugar entre el tumulto de sensaciones que parecían no querer dejarlo en paz.
—Si no estás seguro al respecto, no tienes que hacerlo —susurró para sí mismo, recordándose las palabras que le había dicho Sophie la noche anterior cuando le confesó que estaba considerando en contactarse con Elena para acordar una cita y que pudiera conocer a su hija.
Tras librarse de la pesada incertidumbre que lo acompañaba a todos lados al no saber qué sería de Sophie en el juicio de Liam, y aunque la preocupación tras el desmayo que sufrió no mermó por completo, Emmet tuvo un tiempo para centrarse en tomar una decisión respecto a la llegada de Elena. Después de pensarlo una y otra vez, sopesando los posibles desenlaces de las opciones que tenía para abordar la situación, llegó a la conclusión de que la madre de su hija merecía una segunda oportunidad.
Había sido Sophie quien lo terminó de convencer, y al ver que su mamá tampoco se negó por completo se decidió por llamarla esperando no cometer un irreversible error. Además, también ayudaba el recordar la ilusión en los ojos de su hija el día que fue con Sophie al juzgado; cuando le dijo que había una posibilidad de que muy pronto podría conocer a su mamá la pequeña se confundió, pero tras la explicación de su padre todo su rostro se iluminó y las preguntas acerca de Elena no cesaron.
Fue así, con el vívido recuerdo de su pequeña inquiriendo por su madre, que terminó marcando el número de la mujer que le dio la vida a su más grande razón de vivir. Mientras esperaba, una de sus piernas comenzó a subir y bajar repetitivamente en un gesto de nerviosismo que cesó de inmediato cuando escuchó la voz al otro lado de la línea.
—Sabía que llamarías —fue lo primero que dijo ella, y Emmet odió el tono coqueto y casi burlesco que usó.
Se obligó a disimular su disgusto y respondió tan calmado como pudo.
—Hola Elena.
—¿Y bien, cuando la veré? —Zanjó ella, dejándose de rodeos.
Esa vez Emmet no pudo evitar tomar un tono ligeramente defensivo, pues le molestaba en demasía el que la mujer sonara tan segura de sí misma. Odiaba el hecho de que estuviera tan convencida de que sus métodos manipuladores funcionarían a la perfección y sólo por eso estuvo tentado a llevarle la contraria.
—No te adelantes. Debes saber que me costó mucho tomar la decisión, y te dejaré verla solo bajo la condición de que sea en mi apartamento, y yo estaré presente en todo momento. Si llego a ver que mi hija luce incómoda o triste, te irás, de lo contrario tu y yo tendremos problemas —aseveró sintiendo cómo todo su cuerpo se tensionaba poco a poco.
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Before You Go © |+18| [✔️]
Romance[PRIMER Y SEGUNDO LIBRO] - EN EDICIÓN. Sophie estaba más que lista para abandonar el desastre de vida que tenía y buscar mejores oportunidades al otro lado del país. Sin embargo, a ella llegó Emmet Park para demostrarle que quizás hacía falta un po...