Dormir A Tu Lado

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Serkan Bolat

La veo salir del baño con un camisón de seda color blanco que deja poco a la imaginación. El mismo apenas cubren sus largas y bien trabajadas piernas, pero es normal mi hijo crece cada día más y como consecuencia su pequeña panza. Me mira tímidamente, es tan extraño..es como si nunca hubiésemos pasado la noche juntos.
Respiro profundo intentando controlar toda esta revolución que recorre mi cuerpo, me pidió que no la convirtiera en mi amante y estoy dispuesto a cumplir con su pedido así que esta noche deba morder la almohada para no hacerla mía como lo estoy queriendo hacer en estos momentos.

— Qué te puedo decir?
Le digo nervioso ya acomodado en esta cama con tan solo mi bóxer y camiseta puesta.

— No me mires como si me estuvieses perdonando la vida.

Pide tímidamente y con dudas camina hacia la cama. Se mete entre las sabanas e intento controlar este impulso de querer lanzarme sobre ella.

Por qué Eda es tan desquiciadamente perfecta? Cada línea de su cuerpo me invita a recorrerla como lo hice aquella noche. No solo es bella por fuera, sino que es increíblemente sensible, inteligente, y divertida, la combinación perfecta, y como si fuese poco es la madre de mi hijo. 

Sus piernas rozan las mías y me mira con dudas. Se que se debate entre el abrazarme o no, y para facilitar su decisión estiro mi brazo dándole a entender que quiero dormir abrazado a ella esta noche así mi cuerpo me reclame semejante tortura.

— No es que te esté perdonando la vida, es que todo mi ser te reclama y es imposible no mirarte como lo hago, lo siento.
Le susurro mientras se acomoda sobre mi pecho.

— No es justo para ti tener que pasar por esto. Dice con una media sonrisa y sé que se refiere a lo que es evidente en mi cuerpo.

Rio ante sus palabras.

— Tranquila, prometo que intentare relajarme.
Digo y Eda ríe.

— Vaya situación, Serkan Bolat..

— Quiero que sepas que prefiero dormir a tu lado así a no tenerte ni siquiera de esta forma. Le explico bajo su atenta mirada. — Descansa.. Le continúo diciendo mientras acaricio su cabello.

— Tú también, Serkan.
Dice y noto como el cansancio va ganándole.

Verla dormirse entre mis brazos es la imagen más bonita que jamás he visto. Sentir como el lugar donde crece mi hijo roza con mi cuerpo y sentir el aroma de su piel, ese que me ha cautivado todo este tiempo, tan cerca de mi es perfecto. No sé cómo lo hare, pero de alguna manera lograre que las cosas entre ella y yo sean posibles. Creí que sería capaz de renunciar a ella, pero solo me mentía a mí mismo. Supongo que, desde el primer día, ella me cautivo pero yo no quería verlo. No sé en qué momento exacto fue que sucedió, pero me enamore y no tiene absolutamente nada que ver con que esté esperando un hijo mío.

Respiro profundamente, y de a poco voy quedándome dormido con ella entre mis brazos.

[...]

Un movimiento en la cama hace que abra los ojos bastante asustado. La observo correr hacia el baño cubriendo su boca y solo puedo levantarme y caminar detrás de ella. Al entrar al baño la veo sentada frente al váter y quiero ayudarle. Sujeto su largo cabello a pesar de que con su mano intenta que me aleje y una vez que termina le ayudo a ponerse en pie.

— Tu no deberías ver esto.
Me regaña mientras se acerca al lavamanos.

Voy detrás de ella y le sonrió mientras lava sus dientes.

— Es lo más normal del mundo tenido en cuenta que estas embarazada.
Comento sonriente y ella ríe mientras deja el cepillo de dientes a un lado.

— Si, pero no la primera vez que dormimos juntos.
Replica.

— La segunda, Eda Yildiz.
Le corrijo.

— Si, perdón, es verdad la segunda.

— Aunque fue diferente aquella vez.
Comento y sus mejillas se prenden fuego.

— Debes pensar que soy una tonta por haberte pedido que no me hicieras tuya anoche. No tiene lógica, hicimos el amor ya una vez y ahora que realmente estamos enamorados, te digo que no lo hagas.
Me dice girándose para que quedemos frente a frente.

— Tú lo has dicho, estamos enamorados.
Digo acercándome a su cuerpo y acorralándola entre el lavamanos y mi cuerpo. — Porque estoy de acuerdo en que hagamos las cosas bien. Lo que menos quiero es lastimarte. No quiero que sientas que lo único que quiero contigo es sexo, porque no es así.
Le explico y ella me mira sorprendida.

Si tan solo supiera lo mucho que me hace sentir.

— Qué se supone que significa eso, Serkan?
Pregunta confundida.

— Que no quiero jugar contigo, Eda. No sé bien cómo va a terminar todo con Selin, no sé si podre o no dejarla, pero solo sé que lo voy a intentar, que quiero estar contigo de todas las maneras posibles.

— Dejemos que el tiempo nos diga que seremos, sí?
Pregunta colando sus brazos por encima de mis hombros.

— De acuerdo... pero dime algo, mientras tanto te puedo besar?
Pregunto con una media sonrisa y ella ríe.

— Te tendría que decir que no, pero si me miras así no hay como hacerle.
Responde entre risas.

Sin aguantar más estas ganas de sentir sus labios, tomo su rostro entre mis manos y comienzo a besarle con todo este amor que siento por ella y que me consume a cada minuto por no poder amarla de la manera que quiero hacerlo. Estamos perdidos en este beso cuando un golpe en la puerta de la habitación nos interrumpe.

— Eda! Es Balca, estas ai?
Escuchamos gritar y ambos nos miramos asustados.

— Mierda! Exclama ella. — Vino por unos papeles que tenía que traerme, quédate aquí y ni se te ocurra moverte, Serkan.
Me exige.

— Eda, tráeme mis cosas.
Le pido.

— Ya, pero no te mueva, no hagas ruido ni nada, cierto?

Me pide nuevamente y asiento mientras ella sale del baño.

HAYATIM #Edser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora