HAYATIM #Edser

Siempre te Defendere

Serkan Bolat

Tengo mi mente hecha un caos.

Estoy intentando hacer lo que me pide el director, pero a la vez estoy con mi atención puesta en ella y en lo cerca que esta el imbécil de Can. Lo conozco demasiado bien, se que ha tenido muchos problemas con varias mujeres con las que ha trabajado antes, pero siempre se las apaña para salir bien librado de las situaciones.

No quiero que le haga nada a ella ni a mi hijo.

El director me pide concentración, pero debo detener todo por un instante. Ese tío no deja de hablarle ni acortar cada vez más la distancia entre su cuerpo y él de ella.
Me acerco a él y lo sujeto del brazo.

—Qué te sucede a ti?
Me grita mientras hago que camine hasta estar un poco más lejos del set.

Tengo tanta rabia que siento tener más fuerza que nunca. No me importa si me miran o no, ni lo que piensen. Solo quiero dejarle las cosas en claro.

— Escúchame claro.
Le advierto con un tono de voz que deja claro que no estoy jugando.

— Te has vuelto loco?
Pregunta e intenta zafarse de mi agarre.

— No, no me he vuelto loco. Conozco muy bien tu fama de acosador. Solo te advierto que ni se te ocurra meterte con mi publicista, si lo haces te meterás en serios problemas conmigo, has entendido? Además, que está embarazada. Si le haces daño a ella o al bebe no tendré compasión y esta vez no podrás salir bien librado del asunto, de acuerdo?

Tengo tanta rabia... no sé cómo es que este imbécil puede seguir trabajando y estando libre como si nada.

— Y tu quien rayos eres de esa mujer para defenderla así?
Dice en un tono prepotente.

Su novio... el padre de su hijo... su jefe...Tengo tantas respuestas para darle.

— Trabaja conmigo y solo por eso la defenderé de imbéciles como tu.
Sentencio y finalmente lo suelto y lo dejo allí.

Respiro profundamente y vuelvo hacia el set cuando Eda me detiene en el camino.

— Serkan, qué ha sido eso?
Me pregunta preocupada.

Quisiera tomar su rostro entre mis manos. Quisiera respirar de sus besos, pero no puedo.

— Solo le he dejado algunas cosas en claro. Le informo. — No te preocupes, no he dicho nada de lo nuestro.
Le digo bajito para que nadie pueda escucharme.

Disimulando que nada ha sucedido, vuelvo al set y todos me miran extrañados.

— No deberías tener un asistente así.
Le digo a Sinan, el director.

— Es el sobrino de uno de los dueños de la productora. No puedo hacer nada.
Me informa y ahora entiendo perfectamente como siempre sale ileso de todo.

— Que no se acerque a Eda. Añado. — No dejare que nadie que trabaje para mi sufra ningún tipo de acoso.
Advierto y él asiente.

— Lo entiendo perfectamente Serkan, discúlpame por haberlo traído. Es un imbécil y además tu publicista es tan guapa que empeora las cosas.
Me comenta y sé que lo hace de buena manera, pero que todos siempre estén admirando su belleza, me está empezando a molestar bastante.

Quizás lo que me molesta no es lo que me dicen de ella, si no que yo no pueda decir lo que hay entre ella y yo. Es muy frustrante amar a alguien de esta manera y tener que callar...

[...]

El dia ha sido muy largo, después de una cena con gente de la compañía me despedí de Eda con tan solo un beso en la mejilla ya que nos miraban y vine a mi piso. Miro el reloj desde el sofá donde estoy recostado, once de la noche.

Tomo mi móvil y le escribo un mensaje.

— Eda, cómo va todo por allí? Te extraño.
Espero con ansias su respuesta, pero tarda muchísimo.

— Espérame un momento.
Me escribe finalmente y no comprendo que sucede.

Qué la espere? Acaso está ocupada con alguien?

Miles de ideas se cruzan por mi mente mientras sigo mirando la pantalla del móvil como un idiota, hasta que suena el timbre distrayéndome por completo.

Quién es a esta hora? Arruinara todo mi plan...

Pienso mientras camino hacia la puerta con desgano. Abro la puerta y me la encuentro allí parada con un vestido bastante corto color negro.

No lo puedo creer...

— Eda! Digo feliz y la abrazo con entusiasmo. — Pero, qué haces aquí?
Pregunto confundido mientras hago que pase y cierro la puerta.

Ella no dice nada y tan solo mira a todo su alrededor.

— Me gusta.
Comenta refiriéndose al piso.

— Estaba por ir al hotel.
Me explico ignorando su comentario.

Se acerca a mi y coloca sus brazos por encima de mis hombros mientras me sonríe.

— Era imposible que fueras. Todos están quedándose en el mismo piso que yo.

No entiendo...

— Entonces como es que tú has venido?Pregunto confundido.

— Digamos que le pedí ayuda a una amiga que tengo aquí y le dije que fuera por mí al hotel. Los que estaban en la barra de la recepción, me vieron salir con ella. Nadie tiene porque sospechar que estoy contigo. Claramente pude quedarme en su casa.
Dice con una sonrisa de lado.

— Mmm... que inteligente es mi chica.
Digo pícaramente mientras me acerco a su boca.

— Era lo menos que podía hacer por ti después de que me defendieras de esa manera esta tarde.
Me dice feliz y poco a poco nos comenzamos a besar.

— Siempre te defenderé.
Le afirmo cuando voy besando su cuello.

— Y yo siempre me las ingeniare para verte así a escondidas.
Me responde y vuelvo a besarla con más ganas.

Entre besos y caricias, nuestras prendas van cayendo al suelo para que de esta forma terminemos enredados entre las sabanas de la cama.

Es tanto lo que la amo, que siento que ya no me alcanza el corazón para todo este amor.