Tiene Cinco Minutos

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El llegar a Istambul, es toda una aventura. No sé como lo hacen, pero las fans siempre saben cuando llega él. Esta llegada es diferente, su familia ha venido a buscarlo al aeropuerto por lo cual yo simplemente puedo seguir mi camino sin esperarlo.
Camino hacia la salida, pero Aydan me detiene en el camino.

— Eda, cómo te encuentras?
Me pregunta amablemente y sé que ella no lleva culpa de nada.

Ni siquiera sabe que su hijo y yo lo hemos intentado. Se amable Eda... Me exijo a mí misma.

— Muy bien, gracias. Estoy un poco cansada por el viaje, pero bien.
Digo de la manera más natural posible.

— Y mi nieto?
Pregunta en un susurro por si alguien pueda escucharnos.

— Bien, creciendo y mareándome.
Digo sonriente, y es que mi bebe sí que me hace sonreír.

— Es normal... pero, ya verás que pronto pasa.
Dice sonriente.

— Así es.

— Tienes quien te lleve a tu casa?
Me pregunta Seyfi interrumpiendo la conversación con Aydan y asiento.

— Si, Melo venia por mi...
Explico con una sonrisa y me despido de todos, excepto de Serkan para salir del aeropuerto. 

Al salir, allí esta mi fiel amiga y casi hermana esperándome dentro del auto. Un joven me ayuda a meter la maleta en el maletero del auto, y luego de agradecerle subo al auto.
Digo con entusiasmo y le abrazo.

— Parece que me has extrañado.
Dice entre risas antes de arrancar.

— Como no te das una idea, Melo.
Replico pero ella no me presta atención, solo mira al exterior.

— Creo que alguien te busca.
Dice y al voltearme esta él.

— Arranca!
Digo colocándome el cinturón de seguridad y ella hace lo que le he pedido.

Lo he escuchado durante todo el vuelo, no quiero escucharlo más el día de hoy.

— Qué ha sucedido entre ustedes, Eda? Pregunta ella y vaya que me conoce bien.

Resoplo recordando todo lo sucedido durante estos últimos días.

— Ufff.. Melo..Tantas cosas...

— Me las cuentas ya.
Me exige y a ella no le puedo ocultar nada.

Me ha tomado todo el camino hasta nuestro piso el contarle lo sucedido entre Serkan y yo. Tanto nuestro intento como nuestra discusión...

— Haces bien en hacerlo sufrir un poco.
Comenta de manera malvada y bastante graciosa mientas me ayuda a bajar las maletas del auto.

— Es que no puede decirme que me ama y luego besarse con la primera que se le aparece enfrente.
Explico mientras ella cierra el auto y comenzamos a caminar hacia la entrada de nuestro edificio.

— Claro que no, yo entiendo que el tío esta mas bueno que no se qué, pero tampoco para que te trate así, que aprenda su lección.
Comenta haciéndome reír a pesar del cansancio que traigo.

— Melo, tu no cambias mas.
Digo entre risas y ella ríe a la par.

— Tú sabes que a mí el engaño no me va...eso es sinónimo de venganza.
Dice en ese tono de voz que parece salido de película de terror y que tanta gracia me hace.

— Dale, yo simplemente quiero que aprenda la lección, eso es todo.
Digo intentando que esto no se transforme en el plan de una de las venganzas de ella.

— Claro, pero no se la hagas tan fácil.
Dice entre risas mientras subimos al elevador.

— No, claro que no, aunque cuando me habla con esa voz ronca y me mira con aquellos ojos, te confieso que me cuesta demasiado hacerme la ofendida.
Le confieso entre risas.

Salimos del elevador y ambas nos paramos en seco.

— Creo que tu plan se ha ido a la basura, Eda.
Me comenta al verlo parado enfrente a nuestra puerta con un ramo de rosas entre sus manos. 

— O tú conduces muy lento, o Seyfi lo trajo en helicóptero.
Pregunto y ambas reímos.

— Lo primero, me entretuve con tu historia..
Dice y me mira haciéndome una seña de que vaya.

— Cuál es tu consejo ahora?
Pregunto en un susurro.

Ella me sonríe y encoje sus hombros

— Es Serkan Bolat con un ramo de rosas enfrente de tu portal, no se ve tu qué quieres hacer.
Dice y se da media vuelta para volver a subirse al elevador.

— Me voy con mi novio.
Comenta y aquí estoy yo parada como una tonta con el padre de mi hijo y esperándome en la puerta de mi casa.

— Deberías estar en tu casa descansando.
Le regaño mientras lo ignoro y entro al piso.

— Tengo cosas más importantes que hacer.
Dice y entra detrás de mí dejando que la puerta se cierre y genere una leve brisa que acerca el aroma de su perfume a mis sentidos. 

— Tienes cinco minutos, Serkan.
Sentencio.

— Me bastan y me sobran para que me escuches.

Dice y respiro profundamente intentando mantener mi postura.

Seré lo suficientemente fuerte?

HAYATIM #Edser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora