Hazte Con Lo Que Queiras

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— Eda..
Le escucho susurrarme al oído mientras acaricia mi cabello. Estoy tan cómoda entre sus brazos, no quiero levantarme de aquí.

— Mmmm...
Susurro y él rie.

— Anda dormilona, tenemos que levantarnos de aquí antes que la tropa venga por nosotros.
Me explica haciendo que finalmente abra mis ojos y lo mire algo preocupada.

— Qué dices?
Pregunto mirándole.

Al parecer algo le ha causado gracia porque no deja de reírse...

— Era broma mi vida, pero es que he intentado levantarte varias veces ya, pero ni caso me has hecho.
Se explica.

En qué momento? No he escuchado nada...

Pienso luego dejo un golpe sobre su pecho.

— Que tonto eres... no se bromea con esas cosas.
Le explico y me mira como pidiéndome disculpas.

— Lo siento, es que es un poco tarde ya.
Me dice y con su mano acerca su móvil y me muestra que son las once de la mañana.

— Qué? Exclamo y me siento. — Yo debería estar en mi casa ya, Serkan.
Digo mientras me pongo de pie y él simplemente me mira arqueando sus cejas.

— Que sepas que me gusta mucho la vista.
Comenta con sus brazos cruzados detrás de su cabeza.

Rio ante sus palabras y simplemente me quedo allí parada como si nada y lo miro a él detenidamente.

— Y a mí me gusta la vista que yo tengo..
Comento observando su cuerpo desnudo tendido en la cama. — Pero, no puedo quedarme, de verdad tengo cosas que hacer antes de nuestro viaje ya sabes que después de allí nos toca México.
Le informo y me mira serio.

— Nuevamente a fingir.
Comenta cabizbajo.

— Lo sé, pero es lo que nos toca, ahora anda, no seas malo y préstame algo de ropa que no creo que sea conveniente ponerme el vestido que llevaba anoche.
Le pido y me mira entrecerrando sus ojos.

— Eda, mi ropa te quedara enorme, déjame que le pido a Piril que te preste algo.
Sugiere y no estoy muy segura de ello, pero creo que no lo convenceré de lo contrario.

— De acuerdo, puedo usar tu ducha?
Pregunto tímidamente.

Él se pone de pie y se acerca a mi peligrosamente. Me toma por la cintura y siento mi respiración irse mientras me mira de la manera que lo hace.

— Tu hazte con lo que quieras mio. Me dice de esa manera tan sexy que me quita el aire y me besa. — Dúchate que voy por algo de ropa.
Me dice y suelta mi cintura para vestirse.

Me meto en el baño y me ducho mientras no dejo de pensar en lo que paso anoche. Ha sido tan increíble. Me trae loca de amor por él y de verdad que pienso que cada día que pasa se nos hará mas difícil fingir delante de los demás. Es que hay algo en el aire cuando estamos juntos que es difícil de describir y tengo la sensación de que todos pueden sentirlo.

Quizás este equivocada, ojála lo esté.

Termino de enjuagar mi cabello y cierro el grifo del agua para salir de la ducha y secarme con la única toalla que encuentro, y supongo que es de él. Rio al verme en el espejo con sus cosas y sin dudarlo salgo a la habitación. Me lo encuentro sentado sobre la cama y al verme sonríe ampliamente.

— Nunca más veré esa toalla de la misma forma.
Comenta provocativamente y siento ganas de lanzarme sobre sus brazos, pero no puedo.

— Me dijiste que me hiciera con lo que quisiera tuyo, además, no había otra toalla.
Digo de manera inocente.

— Y lo repito, hazte con lo que quieras, mi corazón ya lo tienes.
Dice haciéndome suspirar.

— Bueno... y un poquito más.
Comento acariciando mi vientre y ambos reímos.

— Eso fue con lo primero que te hiciste, y juro que me encanta, me fascina ser tan tuyo y tu tan mía.
Me dice y ahora si que debo practicar mi autocontrol.

— Serkan..no vayas por ahí que de verdad me está costando mucho irme de tu lado.
Le dejo saber.

Él sonríe de manera triunfal.

— Esas palabras suenan increíble, y si me dices que esta noche puedo ir a tu casa, te dejo ir..solo si me dices eso.
Me extorsiona.

— Tu no deberías pasar una noche aquí con tu familia? Es que después no te verán por varias semanas.
Pregunto con dudas.

— Siempre puedo quedarme aquí hasta bien tarde e ir a tu casa por la madrugada, o si prefieres venir aquí, es que es la última noche que podremos pasar juntos sin miedo a que nos descubran.
Se explica.

Pienso en sus palabras y sé que lleva razón, no sabemos cómo nos irá en los viajes. Es claro que no estaremos solos...

— Para que tu familia no me odie yo vengo aquí, pero llegare tarde. Debo dejar algunas cosas al dia antes de irnos y luego preparar la maleta.
Le explico y él sonríe.

— Te ha gustado el colchón eh..Eda Yildiz lo sé..
Bromea haciéndome reír.

— Por supuesto, y más me ha encantado lo que hemos hecho en el. Afirmo entre risas. — Ahora dame esa ropa para poder irme.

Sentencio y bajo su mirada de "si no te tuvieses que ir..." me entrega la ropa.

[...]

— Piril, te lavo la ropa esta tarde y te la traigo por la noche, si?
Le digo antes de irme.

— No te preocupes, Eda.

— Te veo luego.
Me dice Serkan de manera picara y nos despedimos.

— Nos vemos más tarde.

— Bueno mi vida, cuídate...
Me pide Serkan  y le sonrió.

— Por supuesto, te veo después.

Digo dándole un último beso y finalmente salgo de la casa sintiendo la risa de Piril y supongo que debe de estar diciéndole cosas que prefiero ni oír.

HAYATIM #Edser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora