Dia Libre En Miami

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Serkan Bolat

Dos días después.

Si me dieran un premio por ser idiota, quizás que lo ganaría. Mi estúpido juego de hombre sexy e irresistible frente a ella a terminado en una relación distante con mi publicista. Yo que buscaba acercarme a ella y limar asperezas... bueno, he conseguido todo lo contrario. Aún tengo suerte de que no quiera arruinar mi carrera. Lo ocurrido ha levantado una enorme barrera entre los dos. Ella cree que busco vengarme de lo que hizo en aquella noche, pero la verdad es que ni siquiera sé que ha sido esa escenita sacada de película con su vestido, su espalda, y la cremallera. Lo único que se, es que fue ver su espalda al descubierto y recordad lo sucedido aquella noche.

" Aquel error... Basta Serkan! "

Quizás estos días de tranquilidad por llamarlo de alguna manera, en Miami me vendrán muy bien. A comparación de los otros días, aquí no tendré que andar con seguridad ni rodeado de gente por todas partes. Tengo muchos compromisos, pero todos en calma. Faltan un par de días para el show y la ahora más que profesional publicista que está sentada a mi lado en esta furgoneta, va confirmando los invitados de dicho evento.

Prefiero no mirarla, no rozar su piel, ni siquiera busco absorber el aroma de su fragancia, la cual es extremadamente dulce. 

— Bueno, ya están todos confirmados.
Me dice y sigue escribiendo notas en su móvil.

— Hoy es nuestro día libre, no?
Le pregunto.

— Sí, ahora que lleguemos al hotel somos libres por 24 horas.
Dice con una enorme sonrisa.

— Y qué es lo que harás tu? Me atrevo a preguntarle. — Iras de compras?

" Si Selin estuviera aquí, eso es lo que haría.."

— Compras? Me pregunta como si fuese un pecado y se ríe. — No, iré a la playa.
Dice entusiasmada y me hace reír.

— De qué te ríes?
Pregunta Eda entrecerrando sus ojos.

— De que pensaba hacer lo mismo, pero si no quieres verme, voy a otra playa.
Ofrezco.

— Somos adultos, Serkan.
Vuelve a repetir esa frase.

— Dejamos todo atrás?
Le pregunto y ofrezco estrechar mi mano en son de paz.

— Si no vuelves a hacer comentarios inapropiados, si.
Aclara antes de estrechar mi mano.

— Lo prometo, Eda Yildiz.
Digo sonriente y estrechamos nuestras manos en común acuerdo.  

Una vez que llegamos al hotel, nos registramos y vamos a nuestras respectivas habitaciones. Mientras me cambio para ir a la playa, aprovecho para hablar con Selin y contarle que en una semana estaremos nuevamente juntos en Istambul.

Me despido de ella después de unos cuantos minutos y salgo al pasillo donde hemos quedado de encontrarnos con Eda. La veo salir de su habitación vestida en un vestido de playa color blanco y su sombrero que le hace ver súper elegante y me uno a sus pasos camino al elevador. Este hotel es uno de mis favoritos en Miami. Tiene playa privada y una piscina de ensueño, nada mejor que esto para descansar un poco de toda la vorágine que hemos vivido estos días. En absoluto silencio caminamos hasta la playa, y al llegar a la misma nos acomodamos en dos tumbonas. Quito mi camiseta y sin que ella se dé cuenta la observo a través de mis lentes de sol mientras ella si quita el vestido, dejando al descubierto su infernal figura cubierta tan solo por esta ropa de baño. No sé que tiene ella, pero es un imán que me hace mirarla, es como aquella noche que la conocí y no pude decirle que no a nada de lo que me decía o me pedía. Supongo que debe de ser esa mezcla entre sus grandes ojos , su largo y suave cabello castaño, y esas curvas que posee que son inevitables de mirar.
Eda deja su vestido a un lado y se dispone a recostarse sobre la tumbona cuando un hombre se le acerca. Es morocho, bastante alto y se nota que va al gimnasio.

— Eda?
Le pregunta sorprendido.

— Isaac?
Dice sonriente y luego lo abraza con fuerza.

" Quién es este hombre?"

— Pero qué haces aquí?
Le pregunta mientras la observa de pies a cabeza.

— Hoy es mi día de descanso, pero estoy trabajando con Serkan.
Le explica y me señala.

— Serkan, un gusto. Soy Isaac.
Me dice y yo lo miro con cara de Si, y?

— Serkan, él es uno de los publicistas con quien hice mi pasantía.

Me explica Eda y yo pienso que por la manera que la ha mirado han hecho algo más que una pasantía de su carrera.

— Que bueno. Digo intentando sonar interesado, pero honestamente no lo estoy. —Bueno, los dejo conversar, me voy al agua.

Con esta excusa me voy al mar para no tener que soportar el reencuentro entre ambos. Se nota a kilómetros que han tenido algo, y la verdad es que prefiero no presenciar ninguna escena entre este par.

HAYATIM #Edser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora