Destino: Paris

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Lo bueno de volar en un avión sola es que te atienden como una reina. Champagne, menú completo, en fin... pura comodidad.
Estoy disfrutando de mi comida cuando siento su mirada en mí. Volteo para verlo y con mi mirada le pregunto que le sucede.

— Me quede pensando en lo que le dijiste a Selin el otro día.
Dice de la nada.

— En que?
Pregunto y estoy totalmente confundida.

" Este hombre sale con conversaciones extrañas en el momento menos esperado.."

— En eso de que no tienes novio por tu agenda de vida.
Me dice y prácticamente lo fusilo con la mirada.

— Serkan, no sé a qué viene todo esto... pero, creo que no te tendría que contar nada de mi vida personal.
Le explico intentando ser amable.

— Solo intento conversar contigo, Eda. Es que pasaremos tanto tiempo juntos que no creo que solo debamos hablar de trabajo. No pretendo que seamos amigos, pero quizás sí que nos llevemos mejor.
Me dice mirándome como si fuese un niño pequeño.

— De acuerdo. Conversaremos de otras cosas que no sean trabajo, pero no de nuestra vida sentimental.
Le aclaro.

— Acepto el trato.
Dice y estrecha mi mano.

De alguna extraña manera, logramos comenzar a hablar como dos personas civilizadas y nos contamos como éramos de niños, como fue que terminamos haciendo lo que hacemos profesionalmente, y hasta un poco de mi familia. La suya suena bastante interesante, en cambio la mía es pequeña; tengo solo una tía. Vive en Francia. Podemos decir que eso es lo único que tenemos en común; familias descendientes de franceses. Me está contando de su perro Sirius, cuando debo dejarlo conversando solo.

Me quito el cinturón de seguridad y salgo corriendo hacia el lavatorio bajo su atenta mirada.

" Y ahí van el pollo parmesano... "

Pienso mientras me reincorporo. Llevaba razón Serkan, debí de haber cenado antes. Fueron muchas horas sin comer nada y ahora comí todo eso y con champagne incluida.

Me arreglo un poco, enjuago mi boca, y salgo del lavatorio para regresar a mi asiento.

— Te encuentras bien?
Me pregunta algo preocupado.

— Llevabas razón, debí de haber comido algo antes de subir al avión.
Le explico y alejo la copa de champagne de mí.

— Te dije que te veías cansada.
Dice como regañándome.

— Ya, no me reganes. Le digo riéndome por primera vez en este viaje. — Es que con todo el trabajo de estos días no he estado ni alimentándome bien.

— Ahora en Paris te comes una buena refección y se pasa todo, ya verás.
Me dice Serkan entusiasmado.

— Claro, si es que tenemos tiempo...

— Haremos un hueco en la agenda.
Me dice serio y ya me di cuenta de que con Serkan no se puede jugar cuando se trata de comer.

— Glotón!
Le digo partiéndome de risa.

— Para que te digo que no, si es cierto.
Dice poniendo cara de niño bueno.

— Bueno sígueme contando de Sirius.

Le digo y ahí es cuando se le iluminan los ojos.

" Realmente ama a ese canino.."

[...]

— Eda, hemos llegado.

Le escucho decirme y lentamente abro mis ojos. Miro a mi alrededor.

— Discúlpame, me he quedado profundamente dormida.
Digo avergonzada y me pongo de pie.

— Tranquila...

Después de tomar nuestro equipaje de mano, bajamos del avión y comenzamos a caminar hacia la salida.
Coloco mi móvil en modo normal , y lo primero que recibo es un mensaje de Leyla diciéndome que hay fans esperándolo para hablar con él.

— Serkan, dame tu maleta.
Le digo amablemente y él no entiende nada.

— Que sucede, Eda?

— Encárgate de ellas y yo llevo tu maleta.

Le explico.

— Gracias, Eda.

Dice sonriente y me entrega su maleta. Busco las maletas, y me acerco la salida. Ha tomado un poco más de media hora, y se lo ve cansado.

— Vamos?
Pregunto al notar su cansancio.

— No sé si pueda dormir.

Dice sonriéndome y salimos del aeropuerto.

— Debes intentarlo. Mañana tienes entrevistas temprano.
Le digo mientras suben las maletas a la furgoneta.

— No voy a poder.. el jetlag y la euforia que siento hará todo muy complicado.

— Tomate algo, pero por favor duerme un ratito que sea.
Le digo como si fuese su mamá.

Él ríe y luego se queda mirando por el cristal de la furgoneta.

Finalmente llegamos al hotel y solo puedo agradecer que sea hora de descansar. Una vez que hacemos el check in, subimos al piso donde están nuestras habitaciones y acordamos de golpear mi puerta a las 7 de la mañana.

— Que descanses.

Me dice y por primera vez en estas cuatro semanas que llevamos trabajando juntos, nos saludamos con un beso en la mejilla como dos personas civilizadas.

— Buenas Noches, Serkan Bolat y por favor duerme.
Le repito.

— Buenas Noches Eda Yildiz. Duerme que necesito a mi publicista cien por ciento bien. Dice y va hacia su habitación.

" No es necesario que me lo diga.."

Al entrar al cuarto me doy prisa para cambiarme, cepillarme los dientes, y desmaquillarme, para luego prácticamente tirarme sobre la cama y descansar para él día que nos espera mañana.

HAYATIM #Edser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora