Cuidar de Ti

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Al dia siguiente

El arribo a México ha sido increíble. Hasta una tarta le han entregado en el aeropuerto.

Definitivamente en este país lo adoran.

Pienso y rio al ver la tarta que estoy cargando mientras vamos hacia el hotel.

— Habrá que probarla, no?
Me pregunta y el conductor de la furgoneta se sonríe.

Lo miro como diciéndole que tenga cuidado con lo que dice.

— Supongo.
Me limito a decirle.

— Habías estado en México antes?
Me pregunta mientras estoy mirando por el cristal.

Lo miro sonriente y niego.

— Primera vez aquí.
Afirmo y su cara lo dice todo.

Le gusta que este por primera vez aquí con él.

— Se que en este viaje no estaremos mucho tiempo aquí, pero cuando regresemos de promoción, podrás conocer la ciudad un poco mas.
Me dice.

Sus palabras están llenas de sugerencias. Intento no mirarlo más y vuelvo mi mirada a los bellos paisajes que pasan a nuestro alrededor. Estoy muy concentrada cuando mi móvil suena.

Al ver la pantalla intento no reir.

— Hace 24 horas que estoy esperando tu respuesta. Ya no puedes decir que estas desconcentrada por la Bechamel. 

Lo amo.

Estas frases suyas son tan graciosas, pero tan adorables a la vez. 

— Ahora estoy desconcentrada por la tarta que tengo enfrente de mí.

Le respondo y veo su cara al leer la respuesta.

La pantalla de mi móvil vuelve a iluminarse

— Tenemos la noche libre. Te invito a que lo comamos juntos. Quizás me des una respuesta.

Es una oferta muy tentadora, debo admitirlo.

— Veremos.

Me limito a responderle y luego dejo mi móvil a un lado ya que estamos llegando al hotel. Como una tonta sigo cargando la tarta ya que él no quiere que haga fuerza al cargar la maleta. Hacemos el check in, y subimos al elevador.

— Deberíamos decirles que dejen de reservar dos habitaciones, es una pérdida de dinero.
Me comenta de manera picara.

— Quizás esta noche deba dormir sola, a ver si logro dormir más de ocho horas, es que a tu lado no se puede.
Bromeo y el se hace él ofendido.

— Hasta ahora no parecía molestarte no dormir ocho horas.
Me dice acercándose a mí.

— Tu no te cansas?
Pregunto en broma.

— De ti? Nunca.
Me responde con una sonrisa de lado que es capaz de eclipsar al sol.

— Serkan..tienes ojeras... hemos volado muchas horas, mas el jetlag, de verdad deberías descansar. Yo también te quiero, pero también debo cuidar de ti.  No quiero que enfermes.
Le explico para que no crea que no quiero pasar la noche con él.

De verdad me preocupa su salud.

Me mira como decepcionado ya que claramente tenía otros planes en su mente

— Dale, yo descanso pero contigo a mi lado. Prometo que hare un esfuerzo para no interrumpir tus horas se sueño. Todo por el bebe.
Aclara y rio.

Las puertas del elevador se abren y él me toma de la mano

— Vamos a mi cuarto.
Dice y lo sigo.

— Ni una noche sin mi puedes pasar, Serkan? Le pregunto haciéndome la importante.

El abre la puerta de la habitación y deja las maletas a un lado mientras que yo dejo la tarta sobre una pequeña mesa que hay allí.

— Ni un minuto, Eda Yildiz. Responde finalmente. — Esta noche me conformo con dormir abrazado a tu lado.
Me dice acercándose a mí.

Me toma por la cintura y pega mi cuerpo al suyo.

— Eres tan... es que ni se que eres. No se si me gusta que seas así o es que me frustra que seas tan absorbente.
Digo en medio de mi confusión.

— Eda, es que tu no entiendes. No es que quiera pasar todo el tiempo posible contigo solo porque te amo y me vuelves loco. Es también esta necesidad que siento por cuidarte a ti y al bebe la que hace que quiera estar a tu lado todo el tiempo.
Me explica sin soltarme.

Sé que lo hace con buena intención, pero también sé que está exagerando.  

— Serkan, no puedes estar cuidándome las 24 horas del día. Además, no estoy enferma ni nada. Solo estoy embarazada.
Intento explicarle.

Me mira con una media sonrisa.

— En realidad puedo. Trabajamos juntos, viajamos juntos, estamos juntos, es perfecto. Tú eres perfecta. No te enfades conmigo, sé que soy un intenso, pero solo quiero cuidarlos.

— Tú eres un loquito bello.
Digo entre risas mientras tomo su rostro entre mis manos.

— Y tú eres la publicista y la novia más preciosa del mundo. Dice con una sonrisa tatuada en su rostro. — No me olvido que aun no me has respondido eh...
Me recuerda y lo beso.

— Después te digo.
Le dejo saber y me mira entrecerrando sus ojos.

— Te gusta hacerme sufrir, Eda.
Replica.

No se si es que me guste hacerlo sufrir, pero esperar seguro...

— Irse a vivir con un hombre que deja la cocina como tú la has dejado anoche, no es una decisión fácil, Serkan Bolat.
Bromeo.

— Claro, me imagino.
Me dice siguiéndome el juego.

Le doy un tierno beso y luego miro la tarta.

- Comemos?
Pregunto. 

— Preferiría comerte a ti, pero ya que hoy me tendrás a dieta, comamos la tarta.
Dice entre risas.

— Serkan! Eres tremendo! Un vicioso!
Le exclamo entre risas.

A su lado todo pareciese ser una fiesta. Me hace sentir tan viva con sus ocurrencias... Definitivamente esta noche será una muy interesante...

HAYATIM #Edser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora