Solo Dejame Besarte

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Recojo el pantalon, los zapatos, los calcetines, y el cinturón de Serkan y los lanzo en el suelo del baño bajo el ruido de sus quejas. Voy rápidamente hacia la habitación, me coloco el albornoz y con mis pulsaciones a mil por hora, abro la puerta.

— Buen día Eda, como te encuentras?
Pregunta Balca entrando a la habitación.

Hubiese preguntado si podía entrar, no?

— Bien, y tú?
Pregunto mirando hacia todas partes para asegurarme que no haya quedado nada tirado por ahí.

— Bien, gracias. Aquí tienes los documentos con toda la información de todas las oficinas y eventos. Quise dejarle una copia, pero Serkan no estaba en su habitación. Sabes donde esta?
Pregunta con mucha curiosidad.

— No, ni idea. Supongo que debe de haber ido a correr por allí, ya sabes, le encanta hacer deporte.
Me invento.

— Y si, hay que cuidar ese cuerpazo que tiene.
Dice con una amplia sonrisa.

Perfecto, le gusta a su representante en Los Angeles..Pienso sarcásticamente.

— Supongo.
Me limito a responder y Balca me queda mirando de manera extraña.

— Pero, que hacen sus maletas en tu cuarto?Pregunta al ver las maletas de nosotros y no puedo creer que me haya escapado ese grandísimo detalle.

— Ya sabes que nunca está seguro en que ponerse. Me dijo que le armara los outfits y se los llevara a diario, solo ha dejado lo esencial en su habitación.
Invento y espero que me crea.

— Si, me habían comentado eso. Dice con una tímida sonrisa. — Bueno, cuando llegue dile que me llame, si?
Me dice en un tono de voz que no es muy profesional que digamos.

— Y para que?
Pregunto confundida.

— Algo personal.
Se limita a responder.

Genial, confirmadísimo, le encanta. Me encantaría decirle que se forme en la fila, pero no es correcto.

— Cierto, yo le digo.
Respondo, aunque ni hará falta, seguramente lo ha escuchado.

Ella se despide de mí y luego sale de la habitación. Una vez que dejo pasar unos minutos y me aseguro de que Balca no regresara, me acerco a la puerta del baño y abro.

— Ya puedes salir.
Digo de manera borde.

Camino hacia la cama y me siento en el borde mientras escucho sus pasos hacia mí.

— Debo decir que eres muy buena inventando excusas, aunque no me has dejado bien parado.
Dice riéndose.

— Era eso, o decir que te estabas escondiendo en el baño.

— Te has enfadado?
Me pregunta arrodillándose enfrente de mí.

— No, pero supongo que si has escuchado que quiere que la llames, no? Le respondo de la mejor manera que puedo. — Le encantas.
Le aviso por si no se había dado cuenta.

No entiendo porque esa estúpida sonrisa se dibuja en su rostro.

— Celosa, Eda Yildiz?
Me pregunta sin apartar su mirada de la mía.

— Yo? De ti? Por que? 

— Si, tu...de mi...

Dice mientras se pone de pie y acerca su cuerpo al mío haciendo que deba tumbarme sobre la cama. El acorrala mi cuerpo entre el suyo y el colchón haciendo que me ponga demasiado nerviosa.

— Hace años que me hace ver que le intereso, pero no le hago caso. No me gusta. La única que me gusta y que me trae loco eres tu.
Me dice y está a punto de besarme cuando doy vuelta mi cara para que no lo haga.

— Qué ha sido eso?
Pregunta haciéndose él ofendido y no puedo más que reírme.

— Ha sido un "no me gusta esto".
Le explico mirándolo fijamente esta vez.

— Qué cosa exactamente? Mis besos? O que Balca quiera algo conmigo?
Me pregunta de una manera tan sensual que me corta la respiración.  

— En realidad lo segundo, porque tus besos me encantan, lo que pasa es que no son correctos, no ahora.
Digo pero ni me convenzo a mi misma de esto.

— Hay tantas cosas en la vida que no son correctas..pero, que nos encantan.
Me dice en un susurro a milímetros de mi boca.

— Serkan..
Digo casi como si fuese una súplica.

— Sé muy bien todo lo que me vas a decir..solo déjame besarte.
Me pide.

— Es que un beso nos llevara a otra cosa.
Le explico con un hilo de voz.

— Te doy mi palabra que así me este muriendo por hacerte mía, este beso no pasara de eso.

Me dice y soy yo quien quita la distancia entre su boca y la mía. Me matan sus besos, es tan perfecto... su sabor es tan dulce, tan único...Su lengua y la mía juegan un juego peligroso, uno que me está quemando por dentro. Es difícil no pensar en que me haga el amor cuando siento la excitación en su cuerpo rozando con el mío.

Cómo rayos se está controlando?

— Moriré aquí contigo aguantándome todo esto, pero valdrá la pena por un beso como este.
Me dice como respondiendo mis preguntas.

— Eres un masoquista, Serkan.
Comento y ambos reímos. 

— Puede que lo sea, pero por el sabor de tus labios y por estar contigo algún día, todo valdrá la pena.
Me asegura con su respiración agitada.

— Creo que deberíamos intentar mantenerte vivo mientras tanto y salir de aquí, vayamos a pasear por ahí hasta que sea la hora de la primer estación de radio.
Propongo.

— Me alegra saber que te importa mi salud, Eda Yildiz.
Dice entre risas y no puedo evitar contagiarme.

— La mía también.
Le confieso.

— Anda Serkan...ve a tu cuarto, dúchate, cámbiate, y vamos.

Le pido y es que si no salgo de aquí haremos lo que no quiero hacer hasta que su situación esté resuelta.

— Esta bien, me elijes la ropa o fue solo una excusa?
Pregunta en broma.

Creo que mi mirada le ha respondido todo.

— Ve!

Repito y luego de un último beso, él se levanta de la cama y sale de la habitación.

No se como rayos voy a hacer para no caer entre sus brazos... para no convertirme en su amante. Se fuerte Eda Yildiz. Me repito a mi misma mientras intento recuperar la normalidad.

HAYATIM #Edser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora