Borrar Recuerdos

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Eda Yildiz

Supongo que la mala noche que he pasado anoche, me está pasando la cuenta. Despierto algo desorientada y al mirar a mi alrededor, me doy cuenta que estoy en el avión. Me encuentro con su mirada y automáticamente la esquivo con la única intensión de no caer en la trampa mortal que significan esos ojos para mí.

Lo amo, claro que lo amo, pero, el dolor que me ha hecho sentir anoche es también muy fuerte.

— Eda, por favor... mírame.
Me pide con esa voz ronca que es casi como una música que llama a todos mis sentidos.

— No tengo ganas de hablar, Serkan.
Limito a responder y sigo mirando por la ventanilla del avión como todas las nubes hacen que parezca que estamos surfeando en ellas.

— Qué puedo hacer para que me perdones? De verdad que te amo, lo que viste anoche, ha sido el error más estúpido de toda mi vida.
Dice y siento su cálido aliento sobre mi cuello haciendo que deba hacer un esfuerzo sobrehumano para no voltearme y querer besarlo.

— Si hubiese sido yo a quien tu vieses besándose con otro, me perdonarías así de una?
Pregunto y el silencio de su parte es el gran presente.

Por primera vez volteo a verlo, y noto la gran indecisión en su rostro. 

— Soy muy celoso.
Es lo único que se atreve a responderme.

Lo observo entrecerrando mis ojos y no puedo creer lo que me acaba de responder.

— Aja, pues bienvenido a mi club, Serkan Bolat.
Es lo único que respondo.

Claro, si Serkan comete el error yo debo de perdonarlo de una, y si fuese yo, él seguramente no lo haría..Esta faceta suya no me gusta.

— Lo sé, soy un idiota, no me lo tienes que decir.
Dice y esta vez no puede mantener su mirada con la mía.

Una involuntaria y leve risa sale de mis labios al escucharlo autoproclamarse idiota.

— Lo has dicho tu.
Replico y esta vez es él quien me da una leve sonrisa.

— Eda..Qué debo hacer para que me perdones?
Pregunta e intenta tomar mi mano entre la suya, pero lo evito.

— Serkan, es que has traicionado lo que más cuesta obtener de mi, mi confianza.
Le explico y me mira triste.

— La volveré a ganar, lo prometo. También ten por seguro que no volveré a fallarte.
Me asegura.

— No es tan fácil juntar los trozos de un plato roto y pegarlos nuevamente, nunca quedara igual.

Lo observo inclinar su cuerpo más hacia el mío 
y sus manos me sorprenden sujetando mi rostro.

— Lo sé, pero yo de verdad te amo, y estoy dispuesto a curar la herida que te cause. No quiero perderte. No quiero dejar que te vayas de mi vida ahora que te encontré, no sabes lo que significas para mi.
Me susurra haciendo que mi corazón lata de manera desaforada y sienta que se me va a salir del pecho.

Tengo la impresión de que mis ojos son un espejo de todo lo que sucede dentro de mi. Supongo que todo mi ser lo está reclamando de manera desesperada, pero no puedo simplemente decirle aquí no ha sucedido nada cuando me ha lastimado de tal manera en la aurora de nuestra relación.

Si lo hago, quién me asegura que no volverá a hacerlo?

— Dame tiempo Serkan, no es fácil perdonar una cosa así y sobre todo cuando apenas lo nuestro daba inicio. No puedo comprender porque lo has hecho cuando horas antes te cansaste de decirme que me amabas.
Le explico con la mayor sinceridad posible.

Sus ojos reflejan dudas, contradicción, y hasta me atrevería a decir que vergüenza.

— No sé cómo pude dejarme besar, y responder a ese beso cuando te amo como te amo a ti.
Dice con un hilo de voz y las alarmas de mi corazón se disparan.

— Te gusta, Balca?
Pregunto con un dolor que me cala hondo.

— No, ósea, si es guapa, pero no, yo te amo a ti.

— Hubo más que ese simple beso?
Fuerzo a preguntar sintiendo que si me dice que si moriré lentamente.

— No. Ella lo insinuó, pero le dije que estaba enamorado de alguien más.
Me confiesa con seguridad y siento que el alma ha regresado a mi cuerpo.

— Está bien.
Digo borde y vuelvo a mirar por la ventanilla ignorando su cercanía.

No es posible mantener la cordura cuando sus dedos inquietos acomodan mi cabello a un costado y siento su respiración en mi cuello

— Eda, soy un hombre bastante complicado, uno lleno de dudas constantes, pero tengo una certeza que nadie me la quitara, y es que tu eres mi destino. Te lo vuelvo a repetir, luchare por ti, incluso en contra de mis propios errores. Me susurra y aquí estoy yo intentando respirar con normalidad.

— Borra de mi mente lo que vi anoche, Serkan.
Le pido y volteo para verlo.

La cercanía entre él y yo es prácticamente nula y siento que seré débil..que caeré en la trampa mortal de sus labios. El roce de sus dedos en mis labios agita mi corazón.

— Borrare ese recuerdo y reescribiré miles entre tu boca y la mía, pero cuando lleguemos a Istambul.
Dice y creo que siento amor y odio por él en este momento.

— Veamos qué haces para ganar que mis labios quieran reencontrarse con los tuyos.
Le reto y él sonríe.

— Ya veras.. Eda Yildiz.

Dice en modo de advertencia y por primera vez en este día, se gana una sonrisa de mi parte.

HAYATIM #Edser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora