No Lastimarnos

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No he podido parar de llorar durante todo el camino a casa. Al entrar solo he podido ir a mi habitación y echarme a llorar de la misma manera que lo hacía cuando estaba en el instituto y algún chico me rompía el corazón. No he podido ser tan imbécil de confesarle todo lo que me sucedía con él, no después de todo lo que él me ha dicho. Ahora comprendo porque siempre hace lo que ella le pide. Ahora comprendo que él no está jugando, que solo está queriendo hacer lo mejor para todos. Me encantaría alejarme de él, pero eso es prácticamente imposible, de alguna manera u otra siempre tendré que estar cerca de él.

Acaricio suavemente mi pequeña panza y de esta manera el sueño va lentamente apoderándose de mí.

[...]

Necesitaba estos dos días lejos de él.

Eran necesarios para recuperar algo de la fuerza que perdí al confesarle que me he enamorado de él. Mis amigas, son sin dudas el mejor apoyo de todos. Han intentado consolarme y dejarme saber que la vida sigue adelante a pesar de que lo de Serkan y yo sea tan complicado como lo es.

Cierro mi maleta, tomo mi bolso y salgo del piso. Al llegar a la calle, ahí está él junto a Seyfi.

— Hola.
Les digo a ambos y los saludo.

— Hola Eda, como te encuentras?
Me pregunta Seyfi sonriendo.

— Bien, gracias!
Respondo de la manera más amable que puedo, aunque el sentir su mirada sobre mi me pone muy nerviosa.

— Que bueno, y él pequeño o pequeña Bolat cómo está se comportando?
Pregunta con una tímida risa que me hace sonreír.

— Quitando las nauseas, si, bien..
Le digo y luego carga las maletas en el auto.

— Ya pasaran...
Me alienta y Serkan abre la puerta de atrás para que suba.

Esta en completo silencio y supongo que al igual que yo, no sabe que decir. No sé como haremos para estar así durante toda esta semana en Los Ángeles... Una vez que llegamos al aeropuerto, nos despedimos de Seyfi y emprendemos camino hacia el área de embarque.

— Serkan, las cosas no tienen por qué ser así. Somos adultos.
Digo rompiendo el gran silencio que hay entre los dos.

— Y qué propones que hagamos? Qué pretendamos que la conversación del otro día no ha existido? Lo siento, no puedo olvidar el sonido de tu voz diciéndome que te has enamorado de mí. No puedo olvidar esas lágrimas que rodaron por tu mejilla. No puedo olvidar que me hubiese encantado besarte para haberlas quitado con mis labios. Lo siento Eda, no se me da bien fingir.
Me dice mientras vamos llegando al embarque. 

— Y tú que propones? Quedarnos en silencio?
Pregunto mientras tomo asiento.

— Nunca me ha pasado algo así. Tengo todo contigo y a la vez no tengo nada.
Me dice sin mirarme.

— A qué te refieres?
Pregunto confundida.

— Vamos a tener un hijo, estoy enamorado de ti, tu de mi, y así todo no podemos tener nada.

Ha dicho que está enamorado de mi?

— Qué has dicho?
Pregunto con un hilo de voz.

Serkan me mira fijamente

— Lo que escuchaste, que estoy enamorado de ti. Es imposible que lo siga ocultando, si, me enamoré por ti, Eda Yildiz.
Me confiesa.

— Serkan..
Susurro.

— No me digas nada, no por favor, no quiero equivocarme, no quiero enamorarme más de ti, no quiero herir a nada, pero sobretodo, no quiero que un error haga que pierda lo poco, pero mucho que hay entre tú y yo. Debo asumir mis responsabilidades tanto emocionales con ella, como las que tengo contigo y ese hijo. Sé que todo esto es un completo desastre, pero quiero hacer lo mejor.

— Entiendo. Me limito a responder. — Mantengamos todo esto como lo estábamos haciendo antes, de manera profesional.
Propongo.

— Intentare hacerlo.
Comenta y se cala.

Subimos al avión y él hace que me siente del lado de la ventanilla.

— Serkan, no es necesario...
Le comento.

— Lo sé, pero no quiero que corras el riesgo de que te golpeen con alguna cosa, los servicios a bordo pueden ocurrir alguna cosa, y también le pedi que preparen un desayuno pra ti.

Dice mientras se sienta.

— Te das cuentas que si sigues haciendo cosas así, haces todo mas difícil?
Le pregunto mientras muevo mi cabeza de lado a lado.

— Hará las cosas difíciles o no, pero no pienso dejar que te lastimen y eso no está en discusión. Una cosa es que no podamos estar juntos, y otra es lo que me importas.
Dice casi como si fuese una orden.

— No eres mi guardaespaldas.
Comento con una media sonrisa intentando que el ambiente se relaje un poco.

— No seré tu guardaespaldas, pero soy tu guardabebe.
Dice inventando una palabra que nos hace reír a ambos.

— Eres imposible, Serkan Bolat.
Digo entre risas.

— Lo tomare como un cumplido.

— Esto es lo mejor que podemos hacer.

— Qué cosa?
Pregunta mirándome con dudas.

— Llevarnos asi. Bromear... intentar no pensar..
Le explico.

— Es difícil.
Dice mirándome fijamente.

— Lo sé, pero es lo mejor, no nos queremos lastimar.

— Es lo último que quiero.
Dice con un hilo de voz.

— Yo también. Replico. — Amigos?
Pregunto con dudas y ofrezco mi mano para que la estreche.

Serkan me mira fijamente.

— No creo que pueda ser tu amigo, pero es lo único que podemos intentar ser.

— Al menos intentémoslo.

— No nos queda otra opción.
Dice y estrecha mi mano.

Se que costara, pero... Qué otra opción nos queda?

HAYATIM #Edser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora