𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'

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Romper el espacio-tiempo no es cosa de juegos. El humano posiblemente nunca vaya a lograr algo como aquello. Aunque lo intente con todas sus fuerzas es imposible que lo logre. Ya que su peor enemigo siempre estará detrás de él.

Su arrogancia.

Muy aparte de las consecuencias que eso traería, ya hemos visto que no es algo imposible. Con ayuda de Dios, todo es posible, o eso creen. Pero con Lucifer es una cosa distinta. Él no es un dios, es un ángel caído, y la gente se olvida de eso.

Pero no nos desviemos del tema. Gracias a miles de años de práctica. Lucifer, uno de los ángeles más poderosos que Dios pudo haber creado, logró transformar el espacio-tiempo a su gusto. Claro que a cambio eso consume una enorme cantidad de energía que lo deja vulnerable durante un periodo de tiempo indeterminado.

Pero una vez que lo logra hacer, el efecto ya no se podía revertir. Por lo que siempre tenía cuidado en donde lo transforma.

Suspiró pesadamente mientras veía su propio reino arder en llamas, por más irónico que suene. La anarquía estaba por doquier en las puertas del infierno. Los demonios alborotados, luchando entre ellos, arrancándose pedazos de piel, miembros, incluso llegando a comerse entre ellos mismos. Incluso su propia corte real, la cual estaba conformada por varios demonios poderoso que él mismo engendró, estaba aburrida, alborotada y desesperada.

Rocky, el demonio que él mismo creó a partir de la lujuria de la humanidad, siempre se la pasaba en aquellas orgías que el inframundo organizaba cada día penoso que transcurría. O al menos eso era lo que hacía antes de que desapareciera por completo.

—Maldito bastardo pretencioso . —pensó—. Rodó sus ojos y afianzó el agarre entre sus dedos por detrás de su espalda-. Juro que yo personalmente será quien te arranque esa linda cara tuya que tienes.

Arrugó el rostro y dio media vuelta comenzando a dirigirse hacia su salón del trono. Cruzó el gran marco sin puerta y rodeó la gigantesca cápsula hecha de lava que había en medio, para luego comenzar a descender las cortas escaleras curveadas.

—¿Por qué tanto desorden en esta sala?—preguntó cuando no pudo aguantar más la escandalosa plática que su corte real estaba teniendo en medio—. Creí haberles dicho que no me gusta el ruido... innecesario.

—Lo lamentamos Lucifer. —intervino Belcebú—. Pero mis compañeros y yo estábamos preguntándonos cuando se realizará la primera horda hacia el mundo terrenal.

—Así es mi señor. Todos estamos impacientes por ver sangre derramarse por doquier. —adicionó Asmodeo.

—Infelices infames. Ya les dije que a Lucifer no le gusta apresurar las cosas.

—Tranquila, Lilith. —La miró y esta inmediatamente se calló asintiendo lento con su cabeza—. Y sobre el resto, tiene razón. Saben que no me gusta apresurar las cosas. —Varias quejas comenzaron a escucharse alrededor de la sala—. ¡Silencio!

Todos cerraron sus bocotas y descendieron la mirada hacia el suelo: —. Todo a su tiempo, queridos. Todo a su tiempo.

—¿Cómo va su plan mi señor? —preguntó Lilith—. Hace 8 años había iniciado según usted dijo. Cuando apareció ese tal... ángel.

—¿Cómo va? Va a la perfección. La humanidad anda decayendo muchísimo más desde su llegada. Enfermedades, asesinatos, suicidios, terror, hambre, pobreza, soberbia. Todo anda según lo planeado. Claro que estaría avanzando un poco más rápido si no fuera porque Rocky desapareció junto a una gran cantidad de demonios.—Al mencionar aquél nombre un panel de cristal que se encontraba cerca se quebró. Al parecer estaba muy molesto con él.