Maratón 3/3
Un cosquilleo recorrió la espalda de Lucifer al ser interrumpido abruptamente de su estado de paz mientras contemplaba su reino. La puerta fue abierta con brusquedad, y el extenuando jadeo de un esbirro llegó a sus oídos.
—S-Señor. — su voz parecía rota, agotada y seca, cosa que de cierta forma intrigó a Lucifer, pero no le importó. Seguramente se encuentre así por alguna pelea entre esbirros o algo parecido—. Hay algo que debo de informarle.
Sostenía su estómago con fuerza, dando lentos y torpes pasos por aquella extensa alfombra roja mientras su sangre era desparramada por el suelo mientras más avanzaba. Levantó la mirada, notando los dos grandes cuernos que salían por encima del trono indicando que Lucifer se encontraba tras de este.
A mitad del camino, sus piernas no pudieron resistir más, haciéndolo caer de rodillas mientras se apoyaba con una mano y respiraba pesadamente por la boca.
Lucifer, al estar cansado de esperar que el contrario soltara lo que tenía que decir, guardó sus dos brazos en su espalda, dándole vuelta a su trono y sentándose de piernas cruzadas apoyando su mejilla en su puño derecho.
—¿Qué sucedió? —preguntó algo confuso ante el estado del contrario.
Su rostro lleno de sangre y heridas por todo su cuerpo. Sus pequeñas alas estaban agujereadas y la sangre no paraba de caer al suelo desde su estómago. Era normal que algunos esbirros organizaran unas cuantas peleas para distraerse, pero nunca lo hacían a muerte pues la mayoría de ellos se caían bien. ¿Qué fue distinto esta vez para que terminara en ese estado?
—Él... Él está aquí. —pronunció como pudo, comenzando a gatear lentamente hacia el contrario—. Ellos están aquí. —susurró lo suficientemente audible para que le oyera.
—¿Quiénes están aquí? —enarcó una ceja confundido.
Los extenuantes jadeos del contrario se oían cada vez más fuertes y más rápidos mientras subía los pequeños escalones hasta quedar frente a Lucifer el cual levantó su mandíbula con la punta de su zapato puntiagudo.
—Habla. —ordenó.
El contrario, al ver que tenía el pie de Lucifer justo en su rostro, lo tomó con ambas manos, comenzando a lamerlo lentamente importándole poco sentir la áspera textura del zapato.
—El ángel, y el demonio, señor. —pronunció, alejándose del pie para sentarse como un perro al borde de la muerte—. Ellos están aquí.
La sonrisa de Lucifer no pudo ser más grande.
Sus ojos se abrieron en grande mientras que poco a poco una ligera risa comenzaba a escapar de sus labios la cual se fue transformando en una carcajada con el pasar de los segundos. Una lanza hecha de luz atravesó la puerta, atravesando la espalda del esbirro al instante.
—Larga vida... a Lucifer. —fue lo último que pronunció, antes de que su cuerpo se desvaneciera al igual que la lanza.
Lucifer cerró los ojos relamiendo exageradamente sus labios volviendo a su posición inicial. Solo pasó un par de minutos antes de que comenzara a escuchar un gran alboroto en el exterior. Podía escuchar el grito de derrota de sus esbirros que defendían la puerta caer poco a poco. El sonido de pasos acercarse le hizo ensanchar su sonrisa a más no poder mientras reía un poco.
—Oh... mi pequeño angelito, no sabes cuanto he esperado tu llegada. —susurró.
Escuchó como la gran puerta se abría poco a poco soltando ese molesto chirrido. Y fue ahí, cuando Lee Dongmin ingresó a la misma habitación que Lucifer.
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𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'
FanfictionContinuando con la historia anterior, luego de que Dongmin tuviera que abandonar a Moonbin solo para quedar al borde de la muerte y sin poder hacer nada por Jinwoo, quien se encontraba muy herido, nos encontramos varios años después en donde ocurren...