𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'

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Maratón 5/5

—¡Dongmin detente por favor!

El contrario pareció no escucharlo, pues solo se mantuvo volando a gran velocidad con los ojos llorosos. Hace ya un par de minutos que se encontraban volando por encima de las nubes en los cuales Moonbin tratada de alcanzarlo para poder conversar, pero cada vez que parecía estar a su altura el contrario aumentaba su velocidad, alejándose y sorprendiendo a Moonbin debido a su velocidad.

Este se detuvo al ver que sería inútil tratar de alcanzarlo a vuelo. Sus alas dolían bastante, y podía sentir como las heridas de estas se iban abriendo poco a poco.

Extendió su derecha hacia uno de sus lados, abriendo un portal en este y adentrándose de inmediato, perdiéndose entre las nubes.

Dongmin mantenía los ojos cerrados mientras las lágrimas caían por sus mejillas. No quería creer lo que había hecho, tenía que ser falso. Él no pudo asesinar a todas esas personas ¿Verdad?

Se limpió sus lágrimas con sus brazos, logrando ver apenas su adelante. Fue entonces cuando desde su derecha, en un pequeño cúmulo de nubes que había, Moonbin salió disparado en su dirección, tomándolo por los hombros y haciéndolos caer.

Pasaron segundos en los que ambos eran arrastrados por la fuerza del viento hacia arriba mientras caían sin parar. Dongmin estaba con los ojos cerrados, apretando fuertemente los hombros de Moonbin mientras que este lo miraba desde arriba, con clara preocupación en su rostro.

Divisó la tierra bajo ellos, notando que no faltaba mucho para chocar contra el suelo. Moonbin tragó duro, y justo antes de impactar, cambió de posiciones con Dongmin, recibiendo todo el impacto del golpe en su espalda y levantando el polvo del suelo.

Un ligero gemido de dolor salió de sus labios. Si que había dolido, más de lo que creyó. Pero era eso o dejar que Dongmin recibiera el impacto y lastimarlo más de lo que ya lo había hecho.

—Pequeño... —susurró Bin, tosiendo y viéndolo con mayor claridad cuando el polvo se comenzó a disipar—. ¿Estás bien?

No recibió respuesta por el contrario, lo único que logró oír fue un ligero llanto salir de sus labios. Dongmin, el cual se encontraba sentado encima del regazo de Moonbin, tenía sus puños en el pecho de este mientras que sus ojitos estaban apretados con fuerza y lentamente comenzaba a sollozar.

—Yo... —llevó sus puños a sus ojos, comenzando a secarse las lágrimas que salían sin detenerse—. ¿Yo los maté? —preguntó en un hilo de voz roto.

Moonbin se quedó callado, levantándose y quedando cerca del contrario. ¿Qué se suponía que debía de decirle? Dongmin se encontraba muy inestable como para cargar algo como lo era eso.

—No... —mintió—. Ellos... siguen con vida. —bajó la mirada—. Cuando te fuiste, comenzaron a despertar.

Dongmin, al escucharlo, soltó un profundo suspiro de alivio y rio un poco debido a los nervios.

—Me alegro... —susurró, sorbiendo su nariz.

Moonbin lo miró con algo de lástima, y lo único que hizo fue pasar sus brazos por la espalda del contrario y atraerlo hacia sí, formando un abrazo en el qué él era el que recostaba su cabeza en el pecho de Dongmin.

—Perdóname... no fue mi intención decir esas cosas. —comentó, tragando duro y sintiendo como el nudo de su garganta comenzaba a desaparecer—. No sé que me pasó. Creo que yo-

—Sh. —calló suavemente Moonbin, cerrando sus ojos por un momento y luego alejando a Dongmin un poco para poder mirarlo a los ojos.

Cuando lo veía, era como si el mundo a su alrededor y ninguna otra cosa aparte de ellos importara. Su rostro era simplemente perfecto. Tan tierno, dulce y hermoso. Nunca había visto un ángel con tal belleza.