𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'

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—No puedo creer que hayan sido tan tontos como para venir a enfrentarme. —dijo Lucifer con una sonrisa socarrona en su rostro.

Rocky fue, por segunda vez, el primero que se atrevió a atacarlo, materializando una lanza filosa la cual disparó hacia Lucifer sin dudarlo. Este, sin siquiera abrir los ojos, simplemente se colocó de lado en un santiamén, haciendo que la lanza aterrizara en el suelo detrás de él.

Inmediatamente después se impulsó del suelo con sus pies, en dirección a Lucifer para embestirlo, pero antes de que llegara siquiera a tocarlo, Lucifer simplemente levantó una mano con la palma en su dirección con tal elegancia que parecía un cisne en medio del lago, haciendo que Rocky se detuviera en seco en medio del aire como si se hubiera congelado.

Lucifer solo mandó su mano hacia la derecha como si estuviera espantando algún insecto, haciendo que Rocky viajara en su dirección y se estrellara contra los fuertes ladrillos del castillo nuevamente.

Moonbin se levantó del suelo, materializando con cautela la larga y delgada lanza que se le había sido entregada por Lilith.

"—Esta arma se hace llamar la lanza de Longinos, aquella que fue forjada en Jerusalén y utilizada para clavar el costado del Nazareno. Aún contiene un poco de su sangre en la punta, por lo que si algún demonio o ser maligno la toca será exterminado".

Si se la lograba incrustar, ganarían, era así de simple. Solo debía de encontrar el momento adecuado.

Miró hacia las hermanas, las cuales al ver sus ojos entendieron el mensaje al instante. Ellas se encargarían de crear una distracción para que Moonbin tenga una oportunidad. Todas ellas sacaron sus garras, cuernos y alas, e inmediatamente se dividieron. Lia comenzó a trepar por el techo como si de un Xenomorpho de la película Alien se tratara, Chaeryeong en cambio se lanzó directo a los pilares, sujetándose con sus garras mientras saltaba entre cada una acercándose cada vez más a Lucifer. Yuna fue la única que se comenzó a acercar de frente, acelerando cada vez más su paso.

Lucifer suspiró, abriendo sus ojos y pasándose su mano por su cabello.

Las tres hermanas estaban tan cerca a él que parecía que no tenía escapatoria alguna. Pero bueno, estamos hablando del Lucifer, el padre de las mentiras. Así que cuando cuando Lia cortó su rostro con sus garras, estas simplemente lo atravesaron, como si de humo se tratara.

Todas se detuvieron al instante, sorprendidas y mirando a sus alrededores en busca del verdadero. 

—¿En qué momento... ?

—¿Me buscaban? —susurró Lucifer justo al lado del oído de Lia, haciéndola paralizarse en su sitio para luego ser tomada de la nuca y estampar su rostro contra el suelo, removiendo así varios ladrillos. 

Las contrarias abrieron sus ojos en grande mientras una mueca de rabia aparecía en su rostro, lanzándose inmediatamente hacia Lucifer el cual simplemente sonrió en grande, tomándolas del cuello con rapidez y levantándolas del suelo.

—¡Déjalas ir! —exclamó Sanha sacando dos dagas más, pero antes de que las lanzara Lucifer le vio directamente a sus ojos, otorgándole una mirada completamente atemorizante haciendo que su cuerpo se congelara.

Los ojos de Sanha se tiñeron de negro mientras comenzaba a temblar, e inmediatamente cayó de rodillas al suelo murmurando cosas inteligibles para los demás. Al parecer estaba en un tipo de trance.

—Puede que tenga la marca de Caín, pero de igual manera es un simple humano. —dijo sonriente.

Chaeryeong  y Yuna se movían erráticamente mientras intentaban liberarse del agarre de Lucifer en sus cuellos con desesperación. El aire les estaba faltando y la presión en sus cuellos era dolorosa y cada vez perdían más el conocimiento. Lucifer en cualquier momento podría romper sus cuellos y acabar con sus vidas de una vez, pero él era un fan del dolor y la agonía así que se estaba deleitando con sus rostros expresando aquellos sentimientos.