𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'

✧37

[ Escuchen la canción, aparte de que es hermosa, les hará entender mejor el capítulo ]

Con la mirada baja, Dongmin se encontraba caminando por aquella larga carretera junto a un bosque.

Sus ojos estaban secos, muertos, apagados, sin vida, mientras que la imagen de Moonbin ser atravesado por aquél rayo una y otra vez pasaba por su mente y hacían doler su pobre y delicado corazón.

Con su mano derecha yacía arrastrando el cuerpo de su amado, sujetándolo desde el cuello trasero de la chaqueta roja que Dongmin le había puesto para que no pasara frío.

Su propio cuerpo pesaba y estaba cansado, muy cansado. Había arrastrado el cuerpo de Moonbin desde hace horas en aquella fría y helada noche. Los escalofríos lo inundaban cada cierto tiempo, pero eso no lo detendría.

Tenía que llegar a ese lugar, ese lugar en donde quizá Moonbin tenga una oportunidad para que vuelva a sus brazos. Tenía que llegar a ese lugar a como dé lugar. Ese lugar en donde...

Lugar... ¿Qué lugar?

Dongmin detuvo su andar, levantando la mirada lentamente y mirando a su alrededor.

—¿Dónde... estoy? —susurró—. ¿A dónde... debo de ir?

Estaba desorientado, como si hubiera olvidado a dónde tenía que ir. Pero a decir verdad nunca lo supo. Simplemente salió del lugar con Moonbin sin siquiera pensarlo.

"—Tú solo tienes que confiar en mí. —le susurró Luzbel".

Cierto, Luzbel se lo había dicho. Tenía que hacerle caso a ella si es que quería a Moonbin de vuelta.

Nuevamente bajó la mirada retomando su andar lento y torpe. La carretera estaba completamente desierta, y el sonido de algunos animales en el bosque a su lado pasaban desapercibidos para él.

Unos cuantos pasos a lo lejos lo hicieron detenerse en seco.

—¿Estás seguro de que es por aquí? —logró oír la voz de una chica.

—Si. Estoy seguro. —respondió un varón.

Volteó su mirada hacia la izquierda, logrando ver a cuatro individuos a lo lejos caminando en busca de algo. Solo se quedó en su sitio, mirándolos con algo de curiosidad sin hacer nada más que eso.

Los vio adentrarse cada vez más en el bosque hasta perderse en la oscuridad de este por entre los árboles.

Ese chico... se le hacía familiar. Vestimenta negra y una cabellera rojiza.

Curioso.

Parpadeó un par de veces y negó con su cabeza, comenzando a adentrarse en el oscuro bosque. Cualquier persona en su sano juicio no se atrevería a adentrarse en aquél lugar por el simple miedo de no ver nada, pero esta noche era diferente. Había luna llena.

Una luna tan hermosa y resplandeciente en el cielo junto a varias estrellas. Era algo único que lamentablemente no podía ser apreciado por Dongmin en estos momentos.

La luna eran tan grande y brillosa como aquella noche en donde estuvo junto a Moonbin en aquél pueblo en medio de la nada, y en donde descubrió su verdadera naturaleza.