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Maratón 1/5

—A-Aléjate... Aléjate de m-mí. —suplicó aquél hombre, retrocediendo de espaldas en el suelo mientras veía como un demonio gigantesco se asomaba entre la oscuridad del fondo de aquél callejón en medio de aquella noche desolada.

Sus ojos brillaban de un rojo intenso, y el sonido de unas cadenas arrastrarse se podían oír junto a sus pasos.

—¿Alejarme? —sonrió con sorna—. Pero yo vine para llevarte conmigo. —el hombre retrocedió más, chocando contra la pared y cerrando los ojos mientras apretaba su estómago que había sido perforado por una de las garras del demonio minutos antes cuando se encontraba corriendo—. Tengo un aquelarre entero esperándome, por favor no me hagas demorar.

El hombre gimió de terror, comenzando a gritar de la desesperación. Una luz verde intensa fue iluminada por todo el callejón, mientras que los gritos de agonía del hombre se podían oír fácilmente a varios metros, pero bueno, lástima que nadie se encontrara cerca.

Segundos después la luz se apagó.

—Señor Rocky. Usted ya a recolectado las suficientes almas, completando el recado de nuestro amo Lucifer. —un esbirro apareció de repente, apoyándose en el borde del edificio de arriba, mirándolo desde ahí.

El nombrado suspiró, guardando aquél orbe que contenía cientos y cientos de almas que había estado recolectando estos últimos años. 

—Así que por fin terminé... —susurró, suspirando mientras lamía la sangre de aquél hombre que había salpicado a su rostro.

Salió del callejón, sintiendo la fría brisa del aire chocar contra sus brazos desnudos, pues solo tenía una chaqueta roja entallada en su torso sin mangas. Sonrió de lado mientras liberaba sus grandes alas de demonio y comenzaba a arrastrarlas por el suelo junto con su delgada pero afilada cola.

De un impulso saltó, elevándose a cientos de metros del suelo y comenzando a volar en dirección de aquél lugar en donde había dejado a todos sus demonios hace ya algunos años. Por fin había terminado la misión que Lucifer le encomendó, y estaba emocionado de volver a ver a sus amigos.

Con los ojos cerrados, comenzó a dar vueltas y dejarse caer un par de veces, sintiéndose libre al chocar contra nubes esponjosas. Había estado tanto tiempo trabajando que había olvidado lo que era sentirse despreocupado.

¿Cómo estarán?

Una sonrisa ladina adornó su rostro.

—Te encontré. —la voz de una fémina encima de él lo alertó, pero aquello no le dio tiempo para reaccionar, pues cuando apenas miró de reojo hacia su espalda, ella lo impactó tan fuerte que lo hizo caer a gran velocidad hacia el lago bajo de él que estaba en medio de aquél gigantesco bosque.

El agua se levantó en grande, mojando gran cantidad del área alrededor del lago. Las aves cercanas que se encontraban durmiendo salieron del lugar espantadas junto con varios animales silvestres que se encontraban cerca.

—Si que me costó hacerlo. —pronunció Tzuyu, mirando como el fondo del lago se empezaba a iluminar de un color anaranjado.

Enarcó una ceja mientras que se mantenía sonriendo. Habían veces en las que los demonios no aprendían cuál era su lugar.

Segundos después Rocky salió disparado del medio del lago, tomando a Tzuyu por el cuello y llevándosela al suelo, estampándola y haciendo que expulsara sangre por su boca.

De sus muñecas interna comenzaron a emerger largas cadenas al rojo vivo de tan caliente que se encontraba. Los ojos de Rocky estaban nuevamente rojos brillantes y los bordes de su pómulo salían unas cuantas púas, demostrando que estaba usando gran parte de su poder.

𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora