𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'

✦36

—¿Estás seguro de que es por aquí? —preguntó Yuna, mirando los árboles de su alrededor.

—Si. Estoy seguro. —respondió Sanha, tocando la corona de su cuello la cual se encontraba iluminada.

La voz de Rocky había resonado por su cabeza horas atrás haciendo que la marca de su cuello se iluminara. Esta había estado activa durante ya demasiado tiempo.

Y sabemos lo que sucede cuando esta es usada.

Le había dado indicaciones de su ubicación, y eso es lo que los llevó a todos a aquél bosque empinado al lado de una larga carretera vacía en medio de la noche. Sanha se encontraba emocionado de volver a verlo, y su corazón no paraba de latir.

Tragando duro, junto a sus hermanas siguieron atravesando aquél oscuro bosque que era iluminado por la luz de la luna llena. El cielo estaba despejado en su totalidad, y las estrellas se veían al igual que escarchas en el cielo.

—Hemos estado caminando por horas, ¿seguro que está aquí? —preguntó Lia, suspirando cansada mientras se apoyaba de un árbol momentáneamente.

—Ya dije que sí. Él me lo dijo.

—Sanha. Estás cerca.

El nombrado paró en seco mirando a su alrededor. Ahí estaba su voz llamándolo nuevamente. Se oía algo distinto, pero sabía que era él.

Apresuró su paso, adentrándose cada vez más en la zona de árboles en donde apenas podía pasar la luz de la luna debido al espesor de las hojas. El sonido de las hojas crujir bajo sus pies y sus respiraciones era lo único que Sanha lograba escuchar.

Y así pasaron los minutos, y quizá un par de horas más, en donde cada vez que Sanha oía la voz de Rocky, la dirección que le decía cambiaba. Era como si se estuviera moviendo de un lugar a otro sin parar.

Exhausto y algo sediento, se apoyó en un árbol deslizándose hasta sentarse en el suelo. Escondió su cabeza entre sus piernas algo avergonzado.

—No sé... No sé por qué no lo puedo ubicar. Él está hablándome pero... es como si quisiera que no lo encuentre.

—Oye... —Chaeryeong se sentó a su lado—. Quizás... Quizás estés muy cansado.

—Chaeryeong tiene razón. Son más de la 1 de la mañana. Hemos estado caminando por horas. Nosotros podemos soportarlo pero tú eres un humano después de todo Sanha, tu cuerpo necesita descansar.

—Si... solo soy un humano. —suspiró. Su marca ahora se encontraba apagada—. Tienes razón. Lo siento por traerlas hasta aquí.

—No te preocupes por eso. —Yuna le sonrió.

Segundos después, Yuna abrió sus ojos en grande al sentir algo acercarse a gran velocidad. Dio media vuelta, y apenas le dio tiempo de reaccionar ante lo que tenía en frente. Un gigantesco carroñero estaba a tan solo centímetros de ella con la boca completamente abierta, apunto de devorar su cabeza.

Pero antes de que esto sucediera una daga se insertó justo en uno de sus ojos e instantes después explotó, haciendo desaparecer a la criatura.

Yuna cayó al suelo consternada. Eso no se lo había visto venir en lo absoluto. Se supone que los carroñeros son una raza muy inferior a ellos, los demonios de sangre pura, lo cual haría que pudiera sentir uno a kilómetros. Pero por alguna razón nunca notó la presencia de este.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Sanha algo alterado. Si hubiera reaccionado un segundo más tarde probablemente Yuna se encuentre muerta—. ¿Qué mierda fue eso?

—Se supone que los carroñeros no atacan demonios. —comentó Lia colocándose alerta junto a Chaeryeong mientras miraban a sus alrededores.

—Exacto. Se supone. ¿Por qué lo hizo?