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Maratón 4/5

Ambos chicos mientras iban tomados de las manos mientras recorrían las calles de aquella gigantesca ciudad llena de colores y personas.

—Estamos en Nueva York. —dijo Dongmin algo tenso, mirando a sus alrededores.

—Si. Es lo primero que se me ocurrió. —Moonbin lo miró, deteniéndose y viéndolo algo extraño—. ¿Estás... Estás bien?

Dongmin giró su vista hacia él, sonriendo de forma tímida mientras asentía. No iba a mentir. Estaba algo nervioso. No había estado en Nueva York antes, pero lo único que supo es que hace no mucho hubo un fuerte temblor. Y esto podía verlo en las autopistas, las cuales aún mantenían alguna que otra pequeña grieta casi imperceptible para la gente.

—Ven. Ahí hay un puesto de comida rápida. —indicó Moonbin, comenzando a cruzar la calle sonriente acercándose al puesto de perritos calientes que había en la esquina contraria.

Dongmin por su parte se mantuvo atento hacia todas partes. Tenía... el presentimiento de que algo lo estaba observando. Pero quizás sea solo un pensamiento suyo.

El estar escondido por varios años, camuflándose entre los humanos lo hizo sentirse seguro, pero ahora que sabía que habían nuevos peligros para su persona los nervios no podían desaparecer. ¿Y si Tzuyu los encontraba? ¿Todas esta gente moriría? ¿Qué pasaría si hay alguna bestia por ahí en busca de su sangre?

No quería que gente inocente muriera por su culpa.

Sin siquiera darse cuenta, Moonbin ya había pedido dos perritos calientes y ahora se estaba dirigiendo hacia un parque cercano, para poder disfrutar de su compañía solamente.

—Me lo acabé antes de poder sentarme... —Moonbin puchereó, viendo que se había terminado su comida. Dongmin se limitó a reír, entregándole lo que restaba del suyo.

Ambos se sentaron en aquella banca, viendo a las personas pasear, una que otra ardilla subir a los árboles y los perros jugar entre sí. Era una linda vista de lo pacífico que podían ser los humanos conviviendo con la naturaleza.

Los minutos transcurrieron, en donde ambos se quedaron completamente en silencio, simplemente disfrutando de la presencia del otro. No era un silencio incómodo en lo absoluto, era uno en donde ellos sabían que podían confiar en el otro.

Confiar.

¿Con... fiar?

"—Hubieras visto cómo ambos se peleaban a muerte. Que bueno que tuve asientos de primera fila".

Dongmin apretó su puño.

"—Él era tu amigo... Moonbin. Jinwoo era tu amigo, y tú lo traicionaste..."

Un sabor amargo se instaló en su boca, y sus puños se apretaron. Había estado tan inmerso en su felicidad falaz que apenas había recordado lo que Moonbin dijo. Estaba molesto, y mucho.

Si, era cierto que en esos momentos Lucifer había estado manipulando a Moonbin, pero eso no evitó el hecho de que Jinwoo se autodestruyera con un propósito que al final nunca funcionó. Y el hecho de que Moonbin estuviera ahí sin hacer nada si que lo molestaba.

Se levantó de su sitio, suspirando y comenzando a caminar y alejarse de las personas. Quería un momento a solas, en donde pueda calmarse y ordenar su cabeza. Moonbin lo vio alejarse, y lo comenzó a seguir algo preocupado.

El sonido de las cigarras comenzó a hacerse cada vez más fuerte, y cerrando sus ojos pudo disipar cualquier voz que provenía de a su tras.

—Oye. —Moonbin tomó su muñeca, dándole media vuelta y tomándolo por sorpresa—. ¿Qué sucede? —al tratar de dar un paso hacia adelante, Dongmin retrocedió uno—. ¿Dong... min?

𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora