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Calma.

La ciudad se encontraba en completa calma oyéndose únicamente el correr del agua en la cual se sumergía. Los edificios se encontraban destrozados, gente muerta por doquier, y milagrosamente uno que otro animal se encontraba con vida encima de escombros en medio de tal cantidad de agua, aterrorizados y en busca de refugio.

Era de noche, la brisa era fresca y tranquilizante, aunque la situación no lo era tanto. El fuerte viento llevaba consigo una diminuta marea que movía pequeños objetos de aquí para allá, comenzando a dar vueltas en un solo lugar.

En una parte cercana al centro de aquél lugar, se hallaba un edificio caído, pero no destruido, el cual tenía una gigantesca abertura en una de las esquinas justo por encima del agua.

Unos cuantos segundos pasaron, en toda aquella calma, antes de que una pequeña piedra comenzara a descender desde uno de los pisos superiores, comenzando a chocar de roca en roca, oyéndose sus choques resonar en todo el lugar.

Llegó a hasta donde se encontraba aquella gran abertura, casi tocando con la esquina de la destruida pared, pero en vez de eso comenzó a rodar dando leves saltos hasta chocarse contra un par de dedos.

Eran parte de una mano, la cual pertenecía a Dongmin.

Aquella última enorme oleada que arremetió contra ellos los dejó inconscientes tanto a él como a Jinwoo, sin tener la mínima idea de cuál sería su paradero luego de todo eso o pero aún, si es que llegaban a sobrevivir.

Se encontraba bastante alejado del parque del principio. La fuerte oleada lo debió arrastrar hacia aquél lugar y dejar varado ahí, junto al edificio aquel.

Se encontraba boca abajo, con la cabeza hacia la izquierda sintiendo como la mitad de su parte derecha se hallaba sumergida aún en el agua.

Abrió los ojos lentamente y sintiendo un inmenso dolor proveniente de su cabeza. Su visión estaba borrosa, pero por lo que podía ver su brazo se encontraba en muy mal estado, podría decirse hasta roto.

Su cabello estaba mojado y pegado a su frente, al igual que todo su cuerpo. Su espalda sintió un abrumador frío al sentir como una corriente de aire pasaba detrás suyo haciéndolo jadear.

Comenzó a mover los dedos, uno por uno, sintiendo la textura del concreto que lo sostenía debajo suyo, tocándolo, raspándolo y dando suaves golpecitos con la punta de su uña.

«—¡Dongmin!»

Aquél grito, proveniente de uno de los recuerdo de Dongmin minutos antes de que fueran arrastrados por la ola, llegó a su cabeza, haciéndola retumbar y comenzando a repetir aquel grito una y otra vez, recordando la horrible escena en donde perdía de vista a Jinwoo y comenzaba a ahogarse antes de que todo se volviera negro.

—J-Jin... woo. —habló bajo sintiendo como sus pulmones querían reventar debido a tanta presión a la que fueron sometidos.

La respiración le comenzó a faltar, sus pulmones dolían como quemarse en las mismísimas llamas del infierno y eso le comenzó a desesperar. Respiraba y respiraba, pero por más que hacía aquello el aire no llegaba a sus débiles pulmones.

En un acto de desesperación pura, impulsó su adolorido y moreteado cuerpo hacia la izquierda, sintiendo sus costillas aplastarle sus pulmones y haciendo que tense su cabeza, siendo notoria su vena en el cuello y su rostro rojo de tanta presión.

Quedó boca arriba, viendo la mitad del cielo y en la otra mitad el techo del edificio en el que estaba. Llevó sus manos hacia su cuello, empezando a arañarse a sí mismo mientras abría la boca en grande tratando de tragar algo de aire para mantenerse con vida, pero nada.

𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora