𝙼𝚢 𝙰𝚗𝚐𝚎𝚕 & 𝙼𝚢 𝙳𝚎𝚖𝚘𝚗 ➋ || '𝔅𝔦𝔫𝔴𝔬𝔬'

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BTS parte cuatro - Trato

Lucifer yacía de pie al borde de un gran edificio, admirando las luces que iluminaban las calles en aquella fría noche. La poca gente que rondaba por el lugar caminaba sonriente sin saber que estaban al lado de un ser tan aterrador como lo era él observándolos desde lo alto.

Una lástima que aún no tenga el poder suficiente como para ocasionar caos en el mundo terrenal, pero pronto lo hará. Muy pronto. Solo debía de consumir las almas que sus demonios habían estado recolectando con los años, y con eso logrará su objetivo. Ocasionar el apocalipsis.

Su brazos estaban cruzados en su espalda, sus grandes alas desplumadas en su espalda y su larga y afilada cola arrastrándose por el suelo con suavidad. Miró el reloj que se encontraba en aquél edificio contrario, justo en medio. Era delgado y alto, terminando en un tejado con punta. Los humanos lo llamaban el "Big Ben", ubicado en Inglaterra, Londres.

Mientras se desplazaba por los bordes empinados de aquella construcción de estilo barroco, el aleteo suave de unas alas se escuchó tras suyo, haciéndolo detenerse en seco mientras una ligera sonrisa aparecía en su rostro. 

—Al fin llegas. —comentó, dándose la media vuelta con un pie viendo al contrario aterrizar en el mismo borde que él a unos cuantos metros.

—Son las 3:33 am, ¿es tu hora no es así? —comentó riendo—. Aún no entiendo porqué los humanos creen en eso. Es obvio que puedes estar a cualquier hora del día.

—Lo sé, son unos estúpidos. —bufó, girando su cuerpo hacia el vacío, mirando nuevamente a unos cuantos humanos caminar tranquilamente. Tenían suerte de vivir en un país como lo era Inglaterra, en donde la seguridad era bastante alta, tanto así que les permitía andar en las calles de noche como si nada—. Odio este lugar.

—¿Inglaterra? ¿Por qué? —preguntó el otro—. Ah.... ya veo. ¿Es porque no sufrimiento por aquí?

—Así es. —afirmó Lucifer—. La última vez que de verdad hubo dolor por aquí fue con la muerte de la Princesa Diana. El sufrimiento de la perdida en las personas fue exquisito. —relamió sus labios recordando aquel año.

—¿Acaso tuviste algo que ver con su muerte?

—¿Yo? Puf, en lo absoluto. Lady Di era como la encarnación de un ángel en un humano. Era perfecta en todos los aspectos. Hubiera sido exquisito hacerla sufrir, pero tenía demasiados ángeles que la protegían a todas horas.

—Es verdad. En el cielo era considerada como el mesías en versión mujer.

—Es una mierda que haya muerto a causa de su propia familia. 

Ambos se quedaron en silencio por un rato. Lucifer logró notar por el rabillo de su ojo como el contrario se sentaba en el borde, comenzando a balancear sus pies en el vacío.

—¿Por qué me llamaste, Lucifer?

—¿No es obvio? Quería verte. —contestó con ironía riendo, pero el contrario simplemente lo miró neutro—. A veces eres demasiado aburrido Miguel.

El nombrado se quedó en silencio, levantando una de sus rodillas y apoyando su codo en esta con su brazo estirado. Una fuerte brisa de aire los azotó, haciendo que su sombrero blanco salga volando de su cabeza, pero antes de que se perdiera, Lucifer la tomó con la punta de sus dedos mientras la veía con detalle.