𝙇𝙤𝙨 𝙃𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙎𝙡𝙮𝙩𝙝𝙚𝙧𝙞𝙣 ✔️

Capitulo 43

Parecia que todo iba bien, las muertes o desaparición habían sedado un poco, las personas en el Ministerio no sabían el porqué, tampoco había señal de Voldemort o Amelia, es como si hubieran desaparecido. Aquella tarde Rufus Scrimgeour caminaba a su despacho después de haber estado en la casa de los Weasley y haber leído el testamento que Dumbledore había dejado a Harry Potter y sus amigos. Saludo a su asistente y entró cerrando la puerta, pasó una mano por su cabellera roja y se acercó a donde tenía unas bebidas, tomó un vaso y se sirvió un podo de Wisky de fuego.

— porque no me sirve un poco de Hidromiel— se giro rápidamente al escuchar aquella voz y la pudo ver, ahí sentada en uno de los sillones que tenía al fondo estaba Amelia Riddle, con la pierna cruzada, sus ojos rojizos resaltaban en la oscuridad del lugar, dándole un aspecto de terror— ya va mucho que no tomo un poco de esa bebida.

Scrimgeour mantuvo su compostura, no apartó los ojos de la mujer sentada frente a él— ¿como es que entraste aquí?— pregunto mientras le servían un poco de la bebida que había pedido.

— tengo mis trucos— contestó sonriendo ampliamente, observó como dejó su vaso sobre el escritorio. Lo observó por un momento antes de ponerse de pie y caminar hasta el escritorio y tomar el vaso— quiero hablar contigo.

— no me digas, por fin tu y tu hermano dejeran de atormentar al mundo mágico, por que si es eso, entonces te escucho, si no es eso…

— veo que será mas difícil de lo que pensé— murmuró dándole un trago a la bebida— verá, señor Ministro, las cosas serán asi— tomó lo que le quedaba de bebida y dejó el vaso para ver al mago frente a ella mientras se sentaba en la orilla del escritorio— tiene dos opciones, la primera, me dice ahora mismo donde es que se esconde Harry Potter para así poder acabar con esto de una maldita vez. La segunda, se pone de nuestro lado y deja de poner esas piedritas en el camino que nos están estorbando, usted decide.

— ninguna de las dos. Jamás me pondré de su lado y jamás le diré dónde está Harry Potter— dijo con voz gruesa y firme sin apartar los ojos de Amelia— de esta boca no saldrá nada de información.

Amelia lo observó con una sonrisa burlesca muestras hablaba pero cuando dijo lo último soltó una carcajada dijna de una demente— ahí Scrimgeour, aún sigues creyendo que vas a poder resistirte a mi— volvió a reír para cambiar su expresión a una completamente seria— que patético— En el momento que el Ministro llevó su mano al interior de su saco, Amelia levantó la suya, detenidola en medio camino, el hombre intentó liberarse del agarre pero fue inútil— por las malas o por las peores, sabre donde está Potter, fue una tarea que me dejó mi hermano y pienso cumplirla.

— buen intento con eso…— se interrumpió cuando la pelinegra se levantó y camino hasta él, puso sus manos sobre su cabeza y sintió un dolor que le hizo cerrar los ojos.

Amelia había penetrado en su mente y, aunque al principio le costó un poco, logró acerse camino entre sus recuerdos. Después de ver algunos pudo ver cómo llegaba a un cambio desierto, pero después de caminar un par de metros, una casa de varios pisos se alzaba sobre él, Amelia lo reconoció y con eso tuvo, salió de su mente y lo soltó, este callo de rodilla ante ella.

— así me gusta, que estén a mis pies— murmuró la mujer observando desde la altura al mago que intentaba levantarse— y gracias por esa información.

— vas a caer Amelia, tu y tu hermano caerán— dijo entre jadeos el Ministro.

— vamos a caer— repitió con la vista perdida— bueno, cuando llegue ese día, te invitaré a cenar, que dices ¿comida Japonesa? ¿O Italiana? Dicen que es muy rica.

— sigue te burlando y espero que cuando caigas te siga-…— un rayo de color verde le dio en el pecho y cayó al suelo muerto.

Amelia se había fastidiado de escucharlo hablar, consiguió una de lados tareas que le había dado su hermano, no pudo convencerlo de que se pasaea a su lado, pero si consiguió la ubicación de Potter. Escucho pasos a acercarse y despidió desaparecer en el momento que aurores abrían la puerta y la vieron.

El Ministro de Magia había muerto, ahora el Ministerio estaba desprotegido así como Hogwarts, poco a poco iban quita do esas piedritas en su camino.

Después de que observará como Potter desaparecía con sus amigos, Amelia ordenó que detuvieran la batalla, todos los que estaban luchando contra ellos se detuvieron con sus varitas aún en alto. Sus ojos se detuvieron en la recién pareja  casada y sonrió.

— primero, quiero disculparme por haber llegado sin invitación, pero las bodas me ponen… alegre, y para que vean que es cierto— comenzó a caminar lentamente en medio de todos— los dejaré en paz esta noche, y se que si les digo a donde fu Potter me dirán que no lo saben y bla bla bla. Pero lo que sí les quiero decir es que a partir de hoy, con la caída del Ministro, las cosas cambiaran. El Ministerio ya es nuestro, así como, por así decirlo, Hogwarts también— observó a cada uno como la miraban con temor— les dsre tiempo para que… recapaciten, para decidan si relamete su lealtad esta en ese adolescente por el cual están muriendo los que no deberían morir— dijo señalando a los invitados que yacían en el suelo sin vida— o en nosotros, que sólo queremos lo mejor para el mundo. A mi hermano no le gusta desperdiciar sangre mágica e incluso puede hacer alguna excepción con aquellos sangre sucias y traidores. Piénselo, porque el día en que decidan esta más cercas de lo que piensan.

Con eso les dio la señal a sus seguidores lata que desaparecieran, ella les miró por última vez y desapareció de la propiedad de los Weasley. Después de esa visita iría a buscar a su hermano, ya lo había ayudado a crear un Taboo en su nombre como en el suyo, pero con él de su hermano lo sé tiasn sus seguidores, para que así ellos pudieran ir en su lugar.

Era ya momento que el mundo cambiará.

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¡Nuevo capítulo!

Siento que no actualice mas seguido, pero la escuela y los trabajos que dejan son demasiado, pero espero poder pasar un rato por aque de vez en cuando.

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Toujours pur 💚🐍🖤