Capitulo 13

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— aún no puedo creer que ella te aventara– dijo Dolían a Amelia mientras caminaban por los terrenos– digo, lloraba por todo... Eso lo hubiera esperado de alguien más.

Amelia lo volteo a ver con una sonrisa de lado— a sí, ¿como quien?

— siendo sincero, hay muchos que te odian.

— lo sé.... y muy pronto muchos más lo haran– susurro, Dolían la escucho pero no pregunto. Sabía más o menos a lo que se refería, había platicado con Tom sobre eso y le parecía una idea increíble– Tom me dijo que ya te comento algo sobre nuestros planes, ¿que piensas?

— pienso que sería algo increíble, pero, ¿no creen que tendrían competencia con Grindelwald?–preguntó recargando se en la pared, Amelia se puso enfrente.

— bueno, no habíamos pensado en eso, pero con lo que dicen, que Dumbledore esta haciendo todo lo posible por detenerlo, puede que cuando nosotros estemos preparados, Grindelwald ya no esté activo.

— ¿y si sigue?

— entonces podemos hacer una alianza, él también quiere acabar con los muggles– dijo con una sonrisa– y después lo podemos matar y quedarnos con él poder.

Dolían rió y negó con la cabeza divertido. Se quedó viéndola, el sabía que era una mestiza, pero eso no le importaba, la belleza que tenía y sus ideas hacían la diferencia.

— ¿qué tanto me vez?– preguntó divertida.

— ¿qué más va a ser? Tú hermoso rostro– acarisio su mejilla– tu hermoso cuerpo– bajo la mano recorriendo la figura del cuerpo de Amiela– eres hermosa y es imposible no notarlo.

Amelia miró a ambos lados del pasillo, estaban desiertos, se acercó y lo beso, él la abrazo de la cintura atrayendola más a él.

— ¿porque no nos divertimos un rato?– la pelinegra le susurro al oído. Lo tomó de la mano y entraron a un aula vacía, cerraron la puerta y la silenciaron. Dolían la atrago a ella abrazándola de la cintura.

Él beso su cuello y ella sintió su respiración sozandole y haciéndole cosquillas, podía sentir como sus labios marcaban un camino hacia su clavícula. Dolían había soltado su cintura y comenzó a quitar su camisa dejando a relucir sus pecho.

— no sabes cuanto te deseo— Amelia sintió como desabrochaba el sujetador.

— y yo a ti— susurro mientras él acariciaba su espalda y le guiaba hasta el escritorio subiendole en el.

Dolían con un movimiento de su varita terminó de desvestirla, introdujo si lengua es su boca, saboreando la de ella mientras gemia completamente desnuda ante él. Deslizó su mano por el muslo de ella y separo sus piernas en un arrebato, sus dedos de deslizaron dentro de su humedad sintiendo como se tensaba.

— si supieras todas las cosas que deseo hacerte Amelia— susurro en su oído mientras aumentaba la velocidad densos movimientos— te deseo y me gustas como no tienes una idea.

— Dolían....— gimió sin haber escuchado lo que él había dicho.

— sí, di mi nombre— pidió en su oído. Dolían sentía como ella estaba próxima a desvanecerse y le atrajo besándole y sacando sus dedos de dentro de ella.

Con su varita apuntó a su abdomen en un silencioso hechizo y con otro movimiento se desistió él mismo. Ella sintió su ereccion en su vientre cuando Dolían le levantó para luego colocarla en el piso con delicadeza. Beso sus labios demandante y le levantó, hizo que se sentará a horcajadas sobre él e introdujo su miembro, haciendo que ella clavara sus uñas en sus hombros.

— ¡joder!— ella gimió y él mordió su pezon delicadamente, vio como ella cerraba y se mordia el labio inferior—no pares....

— no pensaba hacerlo— dijo haciendo que ella se moviera sobre él. Amelia abrió sus ojos y está vez fue ella quien le beso. Ambos parecían frenéticos, las manos de Dolían se aferraba a sus caderas como si de eso dependiera su vida. Ella separó su rostro y lo hundió en el cuello del pelinegro, ahogando sus gemidos mientras le mordia y clavaba sus uñas un su espalda.

— ¡Merlín!— gruños él mientras mordia su labio inferior deleitandose en su cuerpo, aumentó el ritmo, embestiendola mientras ella gemia su nombre. Ambos gemian sus nombres antes de dejarse ir. Dolían se había tirado en el piso y poco le había importado lo frío que estaba. Ella estaba sobre su pecho, ambos respiraban agitadamente.

— ¿nos quedamos así o podemos irnos?— preguntó ella acomodándose para verle mejor.

— quedate un rato, estoy exausto, ¿tu no?

— igual— admitió— pero espero que Tom no nos encuentre— se levantó y beso sus labios.

Después de un rato se vistieron y salieron del salón, cada quien fue por su lado. Estaba claro que si Tom se enteraba, mataba a Dolían y encerraba a Amelia en su habitación.

𝙇𝙤𝙨 𝙃𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙎𝙡𝙮𝙩𝙝𝙚𝙧𝙞𝙣 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora