Capitulo 18

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— Los están explotando en la tienda— dijo la señora Smith tendiendoles una taza de té a cada hermano— ¿cuál es el motivo que les lleva a visitar a esta dama vieja y aburrida esta vez?

— el señor Burke le gustaría mejorar su oferta por la armadura de duende— comenzó a explicar Tom.

— quinientos galeones. Cree que se oferta es más que generosa— concluyó Amelia tomando una galleta.

— ¡un momento! ¡No tan rápido, o voy a pensar que solo están aquí por mis baratijas!

— hemos venido porque nos lo han pedido, señora— dijo Tom con una pequeña sonrisa— solo solos unos ayudantes que acatan órdenes— dejo la taza en la mesa de centro y se inclino un poco hacia delante— el señor Burke quiere que le pregunte....

— ¡ese señor Burke!— le interrumpió dejando la taza en la mesa y levantandose— ¡voy a mostrarles algo que nunca le he mostrado al señor Burke! ¿Son capaces de guardar este secreto?— ambos asintieron—¿prometen que no le dirán al señor Burke que esta en mi poder?

— coreanos señora, su secreto estára a salvo con nosotros— dijo Amelia la mujer asintió.

— esperen aqui—salió de la sala dejándolos solos. Amelia tomó otra galleta y observó todas las cosas que tenía aquella mujer, vio como su hermano movía sus dedos algo impaciente— les va a encantar ¡si mi familia supiera que se las estoy enseñando!— dijo entrando a la sala con una pequeña caja, la abrió y sacón con cuidado una copa dorada. Tanto los ojos de Amelia como los de Tom brillaron, ambos se voltearon a ver saben lo que era— ¿me preguntó si saben lo que es, queridos?— se la extendió a Tom— ¡vamos, échale un vistazo!

Tom la tomó y la vio con detenimiento, Amelia la vio por enzima del hombro de su hermano, tenía grabados unos laureles y un tejon, fue ahí cuando supieron de quien era.

— es la copa de....

— la mismísima Helga Hufflepuff— afirmó la señora Smith, Amelia le quito la copa a su hermano para verla más de cercas— ¿no les había dicho que su descendiente de ella? Ha permanecido en mi familia durante generaciones ¿es preciosa, no es cierto?

— claro que lo es— la pelinegra apartó la vista para verla a ella— he escuchado que alberga toda clase de poderes.

— se supone, aunque no la he probado con detenimiento. Aunque, esto les va a gustar incluso más— sacón una bolsita de la caja, la abrió y sacó de ella un guardapelos, Amelia y Tom se voltearon a ver con algo de sorpresa, el pelinegro se levantó y lo tomó viéndolo al igual que la copa unos minutos atrás— el señor Burke me lo vendió hace años— comenzó a explicar la mujer— aunque supongo que ahora querrá recuperarlo cuando muera.

— es el símbolo de Slytherin— susurro Tom con una sonrisa,se lo paso a su hermana para que lo pudiera ver.

— ¡ así es!— afirmó— page un riñón por ello, pero no podía perder un tesosra así para mí colección. Burke se lo compro supuestamente a una mujer desaliñada... — ambos jóvenes se voltearon a ver sabiendo de quien hablaba—... que parecía haberlo robado y no tenía ni idea de su verdadero valor.

Amelia no se pudo contener y estalló en carcajadas mientras se levantaba y le daba el gusrdapelos a Tom— que ingenua ¿no cree?—dijo entre risas viendo a su hermano quien sonreía maliciosamente.

— ¿querida?— Hepzibah estaba desconcertada por su actitud. Vio que tomaba la copa y jugaba con ella.

— cuando él cazador por fin acorralar a su presa— habló Tom caminando hacia ella— se da cuenta que todo el esfuerzo no fue en vano.

— ¿a qué te refieres, Tom?— retrocedía conforme ambos avanzaban amenazadoramente.

— lo que tanto estaba buscando con tanta desesperación ¡por fin es mío!— sacó su varita y le apuntó.

— ¿quieren mis tesoros? ¡Llevenselos todos si quieren, pero no me hagan nada!

— no, no, no— dijo Amelia con una sonrisa y mirada que daba miedo— no queremos todos sus tesoros, solo estos dos ¿que opinas Tom? ¿No quieres divertirte un poco?— dijo en un siseo a lo que la mujer abrió los ojos.

— ustedes....¡¿son los hérederos de Slytherin?!

— así es querida— la joven volvió a reír— toda tuya, Tom.

— ¡no! ¡Por favor! ¡Se los suplico...!

— Avada Kedavra— un rayo de luz verde salió de la varita de Tom, el cuerpo de Hepzibah Smith callo al suelo sin vida. Escucharon un gemido y se giraron y vieron a la elfina doméstica con sus pequeñas manos tapando su boca.

—¿ la mató?

— no, porque no mejor hacemos lo mismo que hicimos con nuestro querido tío Morfin.

La chica entendió, sacó su varita y apuntó a la elfina quien se quedó quieta, modificó su memoria borrando todo rastro de que ellos estuvieron ahí, tomaron el guadapelos y la copa, Amelia tomó el plato de galletas y desaparecieron de la casa.

𝙇𝙤𝙨 𝙃𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙎𝙡𝙮𝙩𝙝𝙚𝙧𝙞𝙣 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora