Capitulo 29

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No sabía si era de día o de noche, si era invierno o primavera, no sabía si llovía o nevaba afuera, lo único que se escuchaba era el mar cochar contra la prisión, Amelia sentía todo su cuerpo helado, las muñecas le dolian por tratar de safar las cadenas, se sorprendió al ver que aquella magia que había en esa cadenas si servía.
Podía escuchar los gritos de los demás presos, sus lamentos, sentía el frío que dejaban los dementores cuando pasaban cercas de donde ella estaba, detestaba lo que le hacían ver, aunque no se arrepentía de ninguna muerte que causó, la forma en la que los dementores se las mostraba eran de las peores, pues en cada una de esas personas el rostro de su hermano aparecía y ella solo gritaba de dolor al ver que ella misma lo había matado.

Días, semanas, meses, años pasaban y no sabía nada de su hermano, no sabía si alguien haya afuera le estuviera buscando, o si ya había regresado y la había dejado ahí como castigo por no pensar mejor las cosas antes de hacerlo.

— ¿que tanto alboroto se traen haya arriba?— pregunto con voz ronca al jefe del departamentos de Aurores.

— eso no te importa.

— entonces ¿porque estas aquí? Vienes a darme un rato de placer, mira que lo necesito— sonrió ampliamente mostrando sus sucios dientes— no me importa que estés viejo Crouch, supongo que aún eres bueno para eso.

— te callas— paso una mano por su rostro— uno de tus seguidores, Sirius Black se a escapado, apuesto que tratara de buscar a tu hermano o a Harry Potter.

Solo una carcajada que le erizo la piel al mago frente a ella— no recuerdo que....un momento....¿No es ese que todo el mundo dice traicionó a sus amigos con mi hermano?

— exacto.

— pobres ingenuos— susurro sabiendo que Black era inocente, el que realmente había sido era Peter Pettriwe pero no les diría nada, se lo merecía por traidor— pues espero que Black encuentre a Potter y lo mate, después encuentre a mi hermano y así venga a sacarme y volver a nuestro reinado.

— para eso tendré que estar muerto y creeme, aún falta mucho para eso.

Se fue dejándola a oscuras de nuevo, puede que ahora que Black estuvo en aquel lugar y ya no le quedaba ninguno de sus amigos por fin se una a ellos.
Espero alguna otra noticia, buena o mala pero esperaba, logró escuchar que le darían el beso del dementor si lo atrapaban.

— pobre.

Algo que jamás aprendió fue a tener paciencia y pensar primero antes de actuar, eso era su mayor defecto y en ese largo tiempo que lleva en aquel lugar era lo que más le ocupaba en su cabeza.
Si tan solo hubiera pensado los pro y contra de aquel estúpido plan que se le había ocurrido, ahorita no estaría ahí, sin saber nada de su hermano, hubiera seguido con aquel reinado de terror que habían conseguido, pero no, ella nunca pensaba antes de actuar y al parecer nunca lo haría.



Despertó gracias a un intenso ardor en su antebrazo izquierdo, hizo mueca al sentir también una intensa comezón y no poder rascarse gracias a que no podía mover libremente sus manos, sacudo la cabeza tratando de despertar bien y al sentir de nuevo ese ardor abrió los ojos y la boca mirando su brazo, una sonrisa apareció en su rostro al saber lo que eso significaba.
Al principio odiaba ese dolor, pero ahora estaba tan alegre que podría atraer a todos los dementores a se celda al sentirlo de nuevo.

— lo sabía, ¡lo sabía!— comenzó a reír de forma desquiciada. Y entonces escucho un grito que lo identificó como el de su seguidora más fiel.

— ¡el esta de regreso! ¡Les dije que regresaría! ¡Mi señor esta de regreso!— gritaba Bellatrix totalmente emocionada y no podía estar más de acuerdo con ella, eso significaba que pronto iría por ellos, que iría por ella y comenzarían con ese reinando de nuevo.

Espero ahora con más ansias, se diría que contaba los días para ver de nuevo a su hermano, pedirle perdón por haberle fallado.
Espero y espero y seguiría esperando, el tiempo en ese lugar era lo primero que se perdía, después seguía la cordura, claro que a esas altura ya la había perdido totalmente.



Aquel día, lo que le despertó fue un intenso ruido, como de una explosión, después otro y otro, escucho risas de demaciados prisioneros, no sabía lo que pasaba hasta que otra explosión se escucho más cercas de donde ella estaba, Amelia trataba de agudizar el oído para saber lo que pasaba afuera, de pronto, aquella oscuridad desapareció, un destello de luz blanca le cejo levemente mientras sentía sus muñecas soltarse de las cadenas, podía sentir de nuevo su magia recorrer su cuerpo, sonrió mientras se sobaba las marcas que habían quedado en sus muñecas, alzó la vista y lo vio ahí, parado viéndola desde la altura con una sonrisa en su rostro.

— lamento interrumpir tus...comodas vacaciones en este lugar, pero necesito a mi hermana a mi lado de nuevo.

Amelia sonrío ampliamente hacia su hermano, sin decir nada se levantó débilmente y camino hacia el abrazandolo como nunca. Voldemort la tomó con fuerza ya que vio como sus piernas temblaban, ambos cerraron sus ojos al estar de nuevo juntos.

— lo siento tanto— susurro Amelia, su voz salió amortiguado ya que tenía su rostro entre el cuello y el hombro de su hermano.

— no, yo soy el que lo siente, no debí dejarte sola— la apartó un poco para verla a los ojos, tenía unas grandes manchas oscuras debajo de estas, su rostro estaba sumamente demacrado, observó su cuerpo, sumamente delgado, su cabello estaba más largo pero desordenado y sucio. Irá, enojo, impotencia, fue lo que sintio al verla así, regresó su vista a sus ojos— es hora de irnos a casa, Lia.







𝙇𝙤𝙨 𝙃𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙎𝙡𝙮𝙩𝙝𝙚𝙧𝙞𝙣 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora