Capitulo 33

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Observó como los demás se pegaban a la pequeña pelirroja, rodeándola. Potter dio un paso de lado para colocarse justo ante ella, con la Profecía alzada ante su pecho— Tendrás que romper esto si quieres atacar a cualquiera de nosotros— Amelia alzó una ceja— No creo que tu hermano quede muy contento si vuelves sin esto, ¿verdad?

Ella no se movió; solo se quedó mirándolo fijamente, son la
punta de su lengua humedeciendo sus delgados labios esperando a que siguiera hablando. Sería fácil para ella matar a todos ellos, pero no podía provocar que esa profesia se rompiera.

— Así que…— volvió a hablar Harry después de un rato— ¿de que tipo de profecía hablamos, de todas formas?

— ¿Qué tipo de profecía?— repitió la hermana del señor tenebroso—¿Está de broma, Harry Potter?

— No, no bromeo— dijo Harry, sus ojos pasando de mortífago en
mortífago, en busca de un hueco por donde pudieran escapar— ¿Por qué la quiere Voldemort?

Varios mortífagos dejaron escapar silbidos graves.

—¿Te atreves a decir su nombre?— susurró Bellatrix.

— Si— dijo Harry, agarrando firmemente la bola de cristal,
esperando otro intento por parte de ella de conjurarla lejos de él— Si, no tengo ningún problema de decir Vol…

—¡Cállate!—chilló Bellatrix— Como te atreves a pronunciar su nombre con tus indignos labios, como te atreves a mancharlo con tu lengua de sangre sucia, como te atreves…

— ¿Sabias que tanto él como ella también son sangre sucias?—  soltó Harry imprudentemente señalando a Amelia con la varita, esta había borrado la sonrisa de su rostro cambiando su expresión por una de enfado y cierta sorpresa— Si, su madre era una bruja, pero su padre era un muggle… ¿o acaso os han estado diciendo que....?— se callo en el momento que Amelia alzó su mano izquierda cerrandola, provocando que la voz de Potter se callara al instante.

— ¡STUPEFY!

— ¡NO!

Un disparo de luz roja salió de la varita de Bellatrix Lestrange, pero Malfoy la desvió, enviándolo contra una estantería a la izquierda de Harry donde varias esferas de cristal reventaron.

— ¡QUE NO ATAQUES! ¡NECESITAMOS LA PROFECÍA!— volvió a gritar Amelia viendo directamente a la bruja a su lado.

— pero mi señora...Se ha atrevido… a hablado mal de ustedes.… este  asqueroso sangre sucia…

— ¡ESPERA A QUE TENGAMOS LA MALDITA PROFECIA!

— No me habéis dicho que tiene de especial esta profecía— Dijo potter una vez que Amelia bajo su mano.

— No juegues con nosotros, Potter— le respondió Malfoy.

— No juego.

— ¿Dumbledore nunca te contó que el motivo por el que llevas esa cicatriz estaba escondido en las entrañas del Departamento de Misterios?— Amelia  sonrió con desprecio.

—Yo… ¿qué?— exclamó Harry. Y por un momento olvidó su plan— ¿sobre mi cicatriz?

— No puede ser…— decía Ridde, sonando malvadamente encantada algunos de los mortífagos riendo de nuevo— ¿Dumbledore nunca te lo dijo?— repitió con burla— Bien, esto
explica porque no viniste antes, Potter. Mi hermano se preguntaba por qué no habías venido corriendo cuando te mostró el lugar donde
estaba escondido en tus sueños. El creyó que tu curiosidad natural te haría querer oír las palabras exactas…

— ¿Eso creía?— dijo Harry— Así que quería que viniera y lo cogiera, ¿no? ¿Por qué?

— ¿Por qué?— Amelia sonaba encantada e incrédula al mismo
tiempo— sencillo. Porque las únicas personas a las que les está permitido
acceder a una profecía del Departamento de Misterios, Potter,
son aquellas de las que habla la profecía, como mi hermano
descubrió tras intentar que otros la robaran por él.

𝙇𝙤𝙨 𝙃𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙎𝙡𝙮𝙩𝙝𝙚𝙧𝙞𝙣 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora