Capitulo 50

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Amelia voló por encima de sus seguidores, quienes soltaba gritos de guerra. De nuevo, sintió la adrenalina recorrer sus venas cuando sus pues tocaron el suelo.

Profesores, alumnos y miembros de la Orden del Fénix luchaban contra los mortifagos. Alzó su varita desviando un hechizo que un estudiante había lanzado en su dirección, con otro movimiento lo arrogo lejos de donde estaba, el cuerpo del estudiante cayó al suelo sin vida. Solo un par de segundos y los mortifagos ya había entrado a Hogwarts. Ya no había marcha atrás, la batalla había comenzado y sólo un bando saldría victorioso.

La mujer Riddle noto un par de cabelleras pelirroja cercas de donde ella estaba, así como varios de sus seguidores, ella seguía desviando los hechizos que los demás magos le lanzaban y matando sin piedad alguna. Entre los gritos y explosiones a su alrededor, alcanzó a escuchar la voz de uno de los pelirrojo que había visto antes.

— ¡hola señor ministro!— exclamó Percy Weasley directamente a Thicknesse— ¿le he mencionado que renunció?

— ¿estas bromeando, Percy?— grito uno de sus hermanos gemelos. Aquel nombre ya lo había escuchado Amelia, había visto a ese pelirrojo junto al Ministro y, ella pensaba que había tomado el camino correcto— realmente estas bromeando Percy... no creo haberte oído bromear desde que tenía-...

No termino de hablar, cuando Amelia provocó que la pared cercas de ellos explotara, no le importo que algunos de sus seguidores estuvieran en el camino. Fueron expulsados a cualquier parte, tratando de cubrir sus cabezas mientras los gritos resonaban.

— ¡no... no... no!— alguien estaba gritando— ¡no! ¡Fred! ¡No!

No era el que quería que muriera pero la mujer de ojos rojos sonrió satisfecha mientras seguía avanzando, entrando a la batalla. Mató a todos aquellos que se les ponían en su camino, lo único que quería era encontrar a Potter para llevárselo a su hermano y que él pudiera matarlo para tomar el lugar que se merecen.

— Necesito que encuentren a Snape— le dijo a Rabastan, que pasaba por su lado— y le digan que mi hermano lo está esperando en la casa de los gritos.

— si, mi señora— asintió y se fue para pasar el mensaje a sus demás compañeros.

Una enorme araña caminaba en su dirección, no le dio tiempo a que se acercara más cuando alzó su varita, provocando que la pared que estaba a su lado explotara y así la enterrara a ella y a los que estaban cercas del lugar.

Amelia llegó junto a Bellatrix, quien luchaba contra dos miembros de la Orden. La mujer de cabellos chinos sonrió al tener a su señora a su lado, sin dejar de luchar contra su sobrina, que su única intención era matarla.

Amelia, por su lado, luchaba contra el esposo de la sobrina de Bellatrix. Remus Lupin no bajó en ningún momento la guardia y, la pelinegras debía admitir que era demasiado bueno, lo malo que había elegido el camino incorrecto. En un rápido movimiento, la maldición asesina de Amelia dio directamente en el pecho del hombre, quien cayó al suelo sin vida.

— ¡No! ¡Remus!— Nymphadora Tonks se había distraído al ver a su marido muerto, se arrodilló a su lado mientras las lágrimas salían de sus ojos.

Amelia observó a Bellatrix— es la hora de limpiar a tu familia, Bella.

La mujer sonrió y sin más, mató a su sobrina, quien quedó sobre el pecho del hombre que más amo en su vida.

Justo cuando Amelia iba a hablar, la voz de su hermano la interrumpió.

— Han peleado valientemente— comenzó a decir aquella voz que causaba terror en los demás— aun así, han sufrido grandes pérdidas. Si continúan resistiéndose a nosotros, todos morirán... uno por uno. No quiero que esto pase. Cada gota de sangre mágica que se derraba es una pérdida y un desperdicio. Lord Voldemort es piadoso. Ordenó a mis tropas retirarse inmediatamente, mi hermana lo hará igual.—Amelia rodó los ojos, botando como su voz se apago, antes de volver a regresar de una manera más siseante— Tienen una hora, preparen su muerte con dignidad. Traten a sus heridos... ahora te hablo a ti, Harry Potter. Has permitido que tus amigos mueran por ti en vez de enfrentarte conmigo. Esperaré durante una hora en el Bosque Prohibido. Si cuando acabe esa hora, no has venido a verme, si no te has rendido, entonces la lucha se reiniciar pero, esta vez yo mismo entraré en la batalla, Harry Potter... te encontraré, y castigare a cada hombre, mujer y niño que trate de protegerte. Tienes una hora.

Un enjambre de dementores volaban sobre los árboles; podían sentir el frío que estos desprendían, estando en medio del Bosque Prohibido. Amelia los observaba con disgusto.

Ella junto a su hermano estaban rodeados por una pequeña multitud de personas, esperando al niño que vivió.

— ¿Por qué tienes que dar tanto tiempo?— pregunto dirigiendo sus ojos a su hermano, este observaba los árboles detenidamente.

— ya lo dije, Amelia. No quiero que se siga desperdiciando mas sangre mágica— La mencionada rodó los ojos y soltó un suspiro, pero no dijo nada más.

La resplandeciente Luz que emitía el fuego sobre el pasto que les brindaban el lugar parecía calmar a algunos de los seguidores, siendo que algunos de estos, como los Malfoy, se encontraban preocupados por el paradero de sus hijos. Los gemelos Riddle observaban los árboles, Amelia jugaba con su varita entre sus dedos, mientras que Voldemort colocaba la varita de saúco frente a él, tomando esta de una manera impaciente a través de sus blancas manos. Cerca de ellos se encontraba Nagini flotando sobre su jaula encantada.

Sin que ellos lo notarán, un adolescente de cabellos azabache estaba observando los de bajo de su capa de invisibilidad, estando detrás de un par de hombres. Estos llegaron, provocando que la atención de sus señores se dirigiera a ellos— ninguna señal de él, mi señor.

La expresión de este no cambió, mientras sus ojos rojos parecían brillar aún más junto a la luz del fuego, dirigió estos a su hermana, quien parecía estar buscando algo entre los árboles.

Bellatrix, intentando acercarse más a sus amos, habló— mi señor...

Voldemort levantó una mano para silenciarla, siendo obedecido por esta— silencio, Bellatrix— ordenó, sin despegar sus ojos de hermana— Lía.

— siento que esta cercas— murmuró tan bajo que apenas y la alcanzó a escuchar su hermano— pero no se donde.

Su hermano asintió— bien. Como podemos notar, Potter no se atrevió a venir. Creo que es hora de regresar al colegio.

Amelia parpadeo un par de veces, regresando su vista a su hermano. Entendió a lo que quería llegar con eso, así que le siguió el juego— perfecto, ya me estaba aburriendo. Es hora de matar a unos cuantos traidores. Andando.

Cuando estaban por comenzara caminar, Potter apareció— ¡No!— exclamó con la voz más alta que pudo crear. No deseaba sonar asustado— ¡No lo permitiré!

En ese momento sentía que nadie importaba excepto Voldemort. Eran simplemente ellos dos. Los gigante se levantaron, al mismo tiempo que en que los gritos junto a las burlesca risas se hacían presentes.

El Señor Tenebroso dirigió sus ojos a su enemigo, mientras que su hermana sonreír ampliamente, observando la escena.

— ¡Harry! ¡No!— grito Hagrid, quien estaba atrapado al árbol más cercano. Lucho por liberarse de manera desesperada— ¡no! ¿Qué estas haciendo? ¡Harry! ¡Vete de aquí!

— ¡cierra esa maldita boca!— exclamó la mujer Riddle, haciendo una señal a sus seguidores para que lo controlarán.

Conmocionados, cada uno de los presentes noto como el Señor Tenebroso camino un par de pasos hasta llegar a donde se encontraba aquel chico que tantos problemas le había causado. Levantó la varita de saúco, apuntándolo con esta de manera que parecía que la varita estaba chocando contra su pecho.

— Harry Potter— comenzó a decir, con un tono notablemente fingido de decepción— el niño que vivió...— agregó mientras una sonrisa terrorífica se colocaba en sus labios— viene aquí... a morir.

Nadie habló, todos esperaban. Hagrid se debatía, mientras algunos de los Mortifagos jadeaban. Amelia solo lo observaba impaciente, deseos a deseos a de que el hechizo impactará contra Potter. Entonces, Voldemort levantó se varita un poco más. Su cabeza ligeramente inclinada. Su boca se movió suavemente, provocando que un rayo de luz verde saliera disparado del extremos de la varita, impactando contra el chico Potter.

Entonces, ambos cayeron.


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Bueno, aquí les dejo uno más. 

Ahora si, espero no tardar con los finales. 

𝙇𝙤𝙨 𝙃𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙎𝙡𝙮𝙩𝙝𝙚𝙧𝙞𝙣 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora