Capitulo 38

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— vamos Tom, a que no me alcanzas.

— Lía, no vayas tan rápido.

Tom, de tan solo nueve años observaba con diversión a su hermana correr por el parque, apresuró sus pasos para alcanzarla y una vez que quedó detrás de ella la abrazo por la cintura provocando que sus pies se desplegarán del suelo, aquello provocó la risa de la la joven Amelia.

— no, Tom, bajame.

— ¿seguirás huyendo, pequeña traviesas?— pregunto viendo cómo su hermana negaba con la cabeza pero sin parar de reír, la bajó y observó que tenía el cabello más alborotado. La observó, le encantaba verla sonreír y ser él la causa de esas risas sólo le provocaba sonreír.

— vamos a los colunm-…

— vaya, vaya, pero a quien tenemos aquí— una voz de hombre interrumpió a Amelia. Ambos hermanos se giraron para ver a Marcos y sus amigos. Eran del orfanato y eran tres años más grandes que ellos— si son los mellizos raros ¿que hacen aquí?

— tratando de evitar ver tu cara— contestó Tom con su voz fría— vámonos Lía— tomó a su hermana que los miraba con odio y trataron de caminar pero uno de los amigos de Marcos tomó a Amelia jalandola hacia él reteniendola por debajo de los brazos— ¡sueltenla!— grito Tom tratando de acercarse a ellos pero Marcos lo empujó con fuerzas provocando que cayera al suelo.

— ¡Tom!— grito Amelia retorciendose en los brazos de aquel joven de cabellos castaños.

— no se porque los demás les tienen miedo, si solo son unos niños que se comportan raro— puso un pie sobre el joven de cabellos negros cuando este intento levantarse, obligándolo a quedarse en el suelo.

— quitame el maldito pie de encima— dijo Tom entre dientes tratando de quitar el pie pero, al ser más grande, Marcos tenía más fuerza.

Mientras tanto, Amelia intentaba soltarse del agarre de Roberto— me las vas a pagar, maldito ¡ahg!— exclamó cuando el castaño la empujó hacia un árbol, rápidamente se coloco frente a ella inmovilizandola.

La pelinegra tenía las palmas de sus manos en el tronco, no supo cómo o porque, pero las hojas y ramas del árbol comenzaron a caer quedando suspendidos en el aire, sin tiempo para reaccionar, las hojas y ramas comenzaron a atacar a Roberto, este retrocedió tapándose el rostro y echando correr para librarse del ataque. Por otro lado, Tom tenía sus manos en el pie de Marcos y sin saber cómo una corriente eléctrica comenzó a recorrer el cuerpo del chico liberando al pelinego. Como si hubiera un escalón, Marcos y Roberto cayeron al suelo aún siendo atacados por las ramas y hojas, ellos pensaban que eran algun animal, pero no era así.

— ¿quieres ver por qué los demás nos tienen miedo?— pregunto Tom sacudiendose el polvo y llegando al lado de su hermana— ¿quieres que te lo demuestre? Por nosotros encantados.

Ambos sonrieron al ver como se levantaban y salían corriendo con miedo reflexado en sus rostros, claro que no dejarían que eso se quedara así, pues nadie se metía con Tom y Amelia Riddle y salía bien librados. Sin más comenzaron a caminar hacia el orfanato ya que empezaba a oscurecer...

El recuerdo se desvaneció y Amelia tenía una sonría. Estaba sentada en su cama, había ocupado un hechizo para ver los recuerdos sin la necesidad de un pensadero. Le gustaba ver ese recuerdo porque recordaba que desde esa edad ya le temían.

— ¿algún día dejaras de ver ese recuerdo?— se giro para ver a Voldemort parado en la puerta observándola, se acercó para sentarse a su lado.

— lo haré cuando me borren la memoria— se recostó en su cama viendo el techo. Tom no apartó sus ojos de ella— ¿crees que Marcos o Roberto estén vivos todavía?

— no lo sé, pero estaría bien encontrarlos y hacerles una visita.

Amelia suspiro y cerró los ojos, sentía cansancio pues apenas había llegado de una noche de "diversión"— encerio, Tom, te envidio.

El mensionado frunció el ceño— ¿porque? Si de los dos, tu eres la que mejor control tiene con la magia, hasta sin varita puedes hacer.

— no me refiero a eso, tu no te cansas, no necesitas dormir, por eso lo digo.

Tom iba a contestar pero noto como su hermana se acostó de lado tomando una almohada y abrazándola contra su pecho para después quedarse dormida, con media sonrisa acomodo a Amelia para después taparla con las cobijas, ya que se sentía demasiado frío gracias a Diciembre.

Al ver ese recuerdo recordó la promesa que se hizo: siempre la protegería, incluso si tenía que dar su vida para verla a salvo, lo haría.

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¡¡¡Nuevo capítulo!!!

Espero que les guste. Perdón por tardar un poco, pero aquí esta.

No olviden votar y comentar. Nos leemos después y feliz Navidad a todos mis lectores!! 🎅🌲

No lo olviden: Toujours pur 🖤🐍💚

𝙇𝙤𝙨 𝙃𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙎𝙡𝙮𝙩𝙝𝙚𝙧𝙞𝙣 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora