Capitulo 51

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Entonces, ambos cayeron.

Cada uno de los dos enemigos fueron expulsados a direcciones contrarias, cayendo sobre el pasto que estaba cercas de ellos. Los mortifagos comenzaron a acercarse a su señor así como Amelia, quien prácticamente corrió para arrodillarse a su lado. Eso no lo había esperado. ¿Qué carajos pasó?. Pensó mientras pasaba una mano sobre su pecho, sintiendo que su corazón todavía latía.

Murmuró algo que nadie logró escuchar, aquello obligó a su hermano a despertar. En cuento lo hizo, Bellatrix se acercó desesperada— mi señor... mi señor...

La mujer ayudó a Amelia a poner de pie a Voldemort— ¿estas bien?— pregunto la mujer de ojos rojos a su hermano.

— por supuesto— paso una mano por su pecho.

— ¿Qué carajos fue eso?— debió su vista al cuerpo de Potter, que yacía en el suelo.

— ni idea.

— ¿esta muerto?— Bellatrix preguntó, observando también el cuerpo del joven.

— Narcissa, revisa si esta muerto— ordenó Voldemort a la mujer rubia. Esta con miedo, se acerco a el cuerpo de Harry mientras todos los demás esperaban su respuesta. Después de unos segundos, dio la respuesta que los dos Riddle esperaban. 

— esta muerto.

Mortifagos gritaron y lanzaron luces rojas y plateadas al cielo, los hombres lobos aullaron y los gigantes estamparon sus pies en el suelo, celebrando el triunfo de su señor. 

— ¡Harry Potter a muerto por mi mano!— exclamo Voldemort a la multitud— y ningún hombre vivo ahora podre amenazarme. Ahora si, volvamos al castillo, y mostrémosle en que se ha convertido su héroe.

— tu, llévalo— ordeno Amelia apuntando a Hagrid para ser liberado— estará bien, muy visible en tus brazos ¿verdad? Vamos Hagrid, recoge a tu amiguito. Espera— lo detuvo para acercarse a el dando pequeños saltitos y sin borrar su sonrisa— los lentes, hay que acomodárselos para que los demás lo reconozcan.  

Se las coloco con brusquedad mientras soltaba una carcajada—  muévete—  ordeno Voldemort caminando para ir al frente, su hermana lo alcanzo, parándose a su lado— por fin lo conseguimos, Lía.

— por fin lo conseguimos, Tom— siguieron caminando hasta que, por fin, el destruido castillo de Hogwarts se coloco frente a ellos, de una manera como jamás se había visto: en ruinas. La mayoría de las torres habían sido destrozadas, los techos habían sido derribados.

— Alto— musito Voldemort. Los mortifagos se detuvieron, comenzando a desplegarse en una fila sobre las destruidas puertas principales que poseía la escuela, que se encontraban abiertas. La luz en el lugar era notablemente tenue, mientras las multitudes de magos se acercaban a ellos, con miedo e intriga, observando al, aparentemente muerto, adolescente en los brazos de Hagrid.

La prefesora Mcgonagall grito de una manera horrible, llenando los tímpanos de cualquiera que la escuchara— ¡No!

Algunos de los Mortifagos comenzaron a reír al escuchar aquello, mientras los sobrevivientes de la batalla slaian a los escalones delanteros del vestíbulo para así poder enfrentar, de alguna manera, a sus vencedores, notando en verdad la muerte de su amigo por si mismos. Voldemort y Amelia, encabezando la multitud, solo observaban todo aquello, la mujer sin haber borrado la sonrisa de su rostro.

— ¡No!

— ¡Harry!

— ¡No! ¡Sueltame! ¡Tengo que ir con él!

Las voces de los mejores amigos de Potter, junto a los Weasley resonaron mucho peor que la voz de la profesora Mcgonagall. La multitud de estudiantes comenzó a gritar de la misma manera, estando en la causa. Hasta que el potente grito de Amelia los silencio a todos— ¡Silencio!

— trae el cuerpo de Potter— comenzó a decir Voldemort mientras Hagrid lo obedecía sollozando— deja el cuerpo ante mis pies, donde debe estar— al momento en que Potter estuvo en el suelo, Voldemort regresó a hablar, siendo escuchado por todos— ¿lo ven? ¡Potter está muerto! ¿Lo entienden ahora? ¡No era nada comparado con nosotros! ¡No era más que un niño que confiaba en que los demás se sacrificaron por él!

— ¡Se enfrentó a ustedes!— grito Ron, provocando aún más los gritos entre los sobrevivientes de Hogwarts.

Amelia lo observó directamente a los ojos— ¿no te enseñaron que es muy descortés interrumpir a los mayores cuando están hablado, niño?

— Potter murió intentando salir de los terrenos del castillo, murió intentando salvarse a su mismo, pero yo lo detuve...

Antes de que pudiera seguir, un grito resonó por las paredes del lugar, mientras el chico Longbotton correa hacia ellos, pero fue brutalmente interrumpido cuando Amelia alzó la varita en su dirección, un rayo de luz roja salió de esta, impactando en el cuerpo del adolescente, quien cayó al suelo, gritando de dolor. Las risas de los mortifagos no tardaron en llegar, la risa de Bellatrix se hacía resaltar entre todas.

— ¿Y quién es este?— dijo Voldemort con su suave siseo serpentino— ¿Quién se ha ofrecido voluntario para demostrar lo que ocurre a los que continuan luchando cuando la batalla está perdida?

— ¡Es Neville Longbottom! El chico que ha
estado dando a los Carrow tantos problemas! El hijo de los Aurores, ¿recuerdas?

— Ah, si, recuerdo— dijo Voldemort, bajando la mirada hacia Neville, que estaba luchando por volver a ponerse en pie, desarmado y desprotegido, de pie en la tierra de nadie entre los supervivientes y los mortifagos—Pero eres un pura sangre, ¿verdad, mi valiente muchacho?— preguntó Voldemort a Nevile, que le enfrentaba con las manos vacías, cerrados los puños.

— ¿Y qué si lo soy?— dijo Neville ruidosamente.

— Muestras espíritu y valor, y provienes de un linaje noble. Serás un mortifago de gran valor. Necesitamos gente como tú, Neville Longbottom.

— Me uniré a ustedes cundo el infierno se congele— dijo Neville— ¡Ejército de Dumbledore!— gritó, y hubo vitores en respuesta entre la multitud, a la que los
Encantamientos Silenciadores de Amelia  parecían incapaces de contener.

— Muy bien— dijo Voldemort, se podía escuchar más peligro en la suavidad de su voz que en la más poderosa de las maldiciones— Si esa es tu decisión, Longbottom, volveremos al plan original. Allá,
tú.

Voldemort ondeo su varita. Segundos después, saliendo de una de las ventanas del castillo, algo que parecía un pájaro deforme voló a través de las ventanas y en la luz tenue y aterrizó en la mano de Voldemort.
Este cogió el enmohecido objeto por el extremo y lo sacudió, vacío y desgarrado, el Sombrero Seleccionador.

— No habrá más Sombrero Seleccionador en la Escuela Hogwarts— dijo Voldemort— No habrá más Casas. El emblema, escudo y colores de nuestro ancestro, Salazar Slythering, servirá a todo el mundo. ¿verdad,
Neville Longbotton?

Apuntó su varita hacia Neville, que se quedó rígido e inmóvil, después embutió el sombrero en la cabeza de Neville, de forma que se deslizó hacia abajo cubriéndole los ojos. Hubo movimientos en la multitud de observadores delante del castillo, y como uno, los mortifagos alzaron sus varitas manteniendo a raya a los luchadores de Hogwarts.

— Neville va a demostrar ahora lo que le ocurrirá a cualquiera lo suficientemente estúpido como para continuar oponiéndose a nosotros— con un ondeo de su varita, hizo que el Sombrero Seleccionador ardiera en llamas.

Los gritos hendieron el amanecer, y Neville ardía, arraigado en el lugar, incapaz de moverse, y Harry no podía soportarlo. Debía actuar...

𝙇𝙤𝙨 𝙃𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚𝙧𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙎𝙡𝙮𝙩𝙝𝙚𝙧𝙞𝙣 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora