Random Stories [Harry Potter]

Amor inocente

Ship: Neville x Harry.
AU: Tanto Harry como Neville 
están en Hufflepuff.
Están en su sexto año.
Algo muy cortito pero lleno
de azúcar, nada más. 💖

Creo que incluso parece un prólogo... 👀

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—¿Qué pasa, Harry? 

Dándose la vuelta sobre su costado, Harry observó, desde su cama, la silueta de su pareja acostado en su propia cama, recién despierto.

—No puedo dormir— soltó, ruborizándose ligeramente  a causa de la vergüenza. —Lo siento, no quería despertarte. 

Neville se sentó entonces en su cama, apartando con cuidado las mantas para mostrarle un espacio. 

—Ven— llamó suavemente.

Tras solo unos segundos de pensarlo, Harry asintió con la cabeza y se levantó de su cama para ir a acostarse junto a su pareja, abrazándose al torso de Neville cuando este volvió a cubrirlos a ambos con las mantas. 

Acurrucándose en su pecho, Harry disfrutó de las caricias que Neville le daba en el cabello, cerrando los ojos. 

—¿Una pesadilla?— interrogó Neville. 

—La misma de siempre— masculló. 

Neville solo asintió en silencio, acomodándose de forma que dejó su mentón sobre el cabello de Harry, jugando con algunos mechones para poder relajar al chico. 

Harry adoraba eso de Neville, bueno, era una de tantas cosas. Le encantaba cómo siempre estaba para él, y la forma en la que lo hacía sentir seguro era algo que agradecía. Aunque seguramente lo que más admiraba de él era como, cuando llegó a Hogwarts, era tan inseguro de sí mismo, y ahora podía demostrarle su valía a cualquiera. 

Mientras tanto, Neville no sabía por dónde comenzar a decir las cosas que le gustaban de Harry, pero una debía ser esa confianza que tenía en él: fuera, Harry era siempre alegre y servicial, incluso algo imprudente si necesitaba proteger a otros, pero cuando estaban solos, podía ver cómo era realmente, y lo adoraba. 

Cuando Ernie, uno de sus compañeros, entró a despertarlos, se rió por encontrar una vez más a la pareja acurrucada uno sobre el otro, cubiertos casi hasta la cabeza con las mantas. 

Los Hufflepuff ya estaban acostumbrados a ver a la inocente pareja en situaciones melosas. Al comienzo fue extraño, pero como su relación era un secreto a voces, pronto se volvió algo común. 

Era imposible no intuir lo que ocurría cuando los roces entre las manos de ellos se hizo presente de la noche a la mañana, o cómo cualquiera de los dos, si no es que los dos, se ponía rojo de repente cuando alguien hacía una mínima alusión al tema. Ni hablar cuando uno animaba al otros. 

Esos dos parecían entenderse perfectamente, casi parecía que podrían tener conversaciones enteras sin hablar realmente, y quizá era por eso que nadie se atrevía a decir que no eran buena pareja. 

Harry casi siempre estaba metido en una locura, consecuencias de ser el niño-que-vivió: los problemas lo buscaban al pobre incluso si él no quería tener nada que ver con ellos.

Era una suerte que Neville estuviera siempre para él. Siempre cuidaba la espalda de Harry, e incluso si los otros no lo sabían, también estaba allí para cuidarlo cuando era su mente la que comenzaba a decaer. 

Ambos se daban los ánimos que nadie más podía, ambos se permitían el consuelo a problemas que solo ellos conocían. 

Eso es lo que lo hacían una pareja tan estable, y a los ojos de otros, tan tierna. 

Harry, metiendo su cabeza bajo la sábana, gruñó a su compañero cuando este insistió en que se levantara, pero aceptó tras unos intentos más de Ernie por despertar a ambos tejones. 

Primero fue el de ojos verdes quien se levantó y comenzó a prepararse, y no fue hasta cinco minutos después que Neville se unió a él, casi poniéndose la camisa al revés por el sueño aún. 

Sí, ellos eran una pareja adorable.

Aunque... también estaba el hecho de que no debían subestimar a un tejón... 

Después de todo... No por nada ellos eran conocidos también por haberse enfrentado al que No-debe-ser-nombrado en varias ocasiones, siendo la más conocida en su quinto año durante la conocida "Batalla del Ministerio". 

Ellos eran, básicamente, una parea de héroes... aunque a ninguno de los dos les gustara aquello. 

Una pareja tierna e inocente... pero que si uno subestimaba, estaba perdido.