Príncipe de la oscuridad

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No ships.
Dark-Harry, James y Lily.
La familia Potter está del
lado de Voldemort.
De hecho, Lily es su hija,
y por ende, Harry es su
nieto consentido.

Drabble sin mucho contexto.
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—¡Abuelo!

Todos, y absolutamente todos, se giraron al oír la pequeña y dulce voz que se escuchó desde la puerta, donde un adorable niño de cabellos negros revueltos y brillantes ojos que compartían color con la maldición preferida de su Lord estaba parado, justo antes de acercarse hasta la zona principal de la mesa, donde un hombre de cabellos negros y ojos de un tono carmín ya estaba levemente inclinado para recibir a su querido nieto en sus brazos.

—Harry, cariño, no interrumpas a tu abuelo cuando esté hablando.

La mujer pelirroja regañó suavemente a su primogénito, pero no podía borrar la sonrisa de su rostro al ver a dos de los tres hombres que más amaba en su vida estando juntos.

—Lo siento, mami. Perdón, abuelo —se apresuró a decir el infante.

—No te preocupes, Harry. La reunión no había empezado, no sin mis mejores mortífagos.

Harry miró a sus padres, sonriéndoles y estirando los brazos hacia su padre, que sonrió en respuesta, alzando a su pequeño en brazos mientras hacía una reverencia hacia el padre de su querida esposa.

—Mi Lord —dijo con tono ceremonioso.

—Deja las formalidades, James. Aquí estamos en familia.

El azabache mayor casi, casi se rió. Dudosamente el Lord Oscuro diría algo como eso si su preciado nieto no estuviera presente. Harry era la única debilidad de Voldemort, bueno, además de Lily, su hija.

—¿No vas a saludar a tu tía favorita, bebé? —Bellatrix hizo pucheros, mirando atentamente a Harry. 

Los ojos del niño se iluminaron e hizo un esfuerzo por separarse de su padre, quien miró con reproche a la mujer antes de dejar a Harry en el suelo, que rodeó la mesa corriendo para encontrarse con los brazos de la mortífago, que no dudó en alzarlo en brazos, levantándose para dar unos giros con el pequeño niño, consiguiendo unas suaves risitas como recompensa.

—Hola, tía. Hola, tío —saludó Harry, abrazándose a la mujer antes de extender una de sus manitas hacia Rodolphus, que, con una sonrisa ladeada, tomó como "saludo formal", ignorando que el niño seguía en los brazos de su esposa.

—Harry, ¿por qué no le cuentas a tu tía y a tu abuelo lo que hiciste esta mañana? —sugirió Lily con dulzura.

Otra vez, un destello apareció en los ojitos del niño, pero esta vez, uno que hizo verlos peligrosamente similar a la maldición asesina.

—¿Qué hizo mi bebé hoy? —quiso saber Bellatrix, poniendo toda su atención en el niño.

—¡Hoy torturé a un miembro del Ministerio yo solito! —exclamó con orgullo, dando pequeños rebotes en los brazos de la mujer por la emoción.

La risa alocada de la mujer fue acompañada por vítores de Rodolphus y aplausos de parte los pocos miembros del círculo interno que estaban presentes.

—¿Puedes contarme al respecto, Harry? —pidió Lord Voldemort, mirando a su nieto con una ligera sonrisa mientras Bellatrix volvía a sentarse, y aún con sus pucheros, el niño volvió junto a su mamá para sentarse en su regazo.

—Papi me llevó a Ministerio esta mañana, y cerca de ahí encontré a uno de los que trabajaban en el Departamento de Seguridad Mágica. Me prestó su varita y pude usar la maldición imperius con él, y le ordené que nos apareciera en el salón de interrogatorios. 

—¿Y qué hiciste ahí, pequeño? —preguntó Rabastan, viendo con diversión al chiquillo 

—Aunque quería usar los encantamientos que me enseñó tía Bella, aún no me salen muy bien... ¡Así que usé tortura muggle que mami me enseñó para sacarle respuestas! Mi favorita es muy simple, ¡pero es divertido escuchar sus gritos de dolor cuando el cuchillo al rojo vivo cortaba su piel pero al mismo tiempo cauterizaba las lesiones!

Ninguno de los sangre-pura, ni siquiera Lucius Malfoy, se atrevió a hacer una mueca de desagrado por la mención de métodos muggles para torturas, a sabiendas que el Lord asesinaría a cualquiera que cuestionara a su pequeño nieto.

Bellatrix volvió a celebrar a su sobrino, y el Lord solo lo felicitó con ánimos antes de comenzar su reunión, asegurándose fervientemente que el niño no se aburriera, aunque eso era difícil, parecía estar muy feliz charlando con Nagini mientras le ofrecía pedazos de carne a la enorme serpiente.

La reunión fue lo de siempre, planes para mantener su reinado, tomar el Ministerio, derrocar a luz...

Todo para que pudieran crear el mundo perfecto para su pequeño príncipe de la oscuridad.

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