"La melancolía de Wei Baishu"
Wei Baishu sintió que siempre fue desafortunado. Aunque siempre es una palabra muy fuerte.
Lo correcto sería alegar que Wei Baishu fue miserable desde el día de la muerte de sus progenitores. Una pesadilla en vida para un niño sensible y familiar.
Lloró sin parar incluso después del funeral. La herencia no era demasiada y los parientes que tenía no eran demasiado cercanos como para tomar bajo su ala a dos bocas nuevas. Después de unas pocas palabras de aliento, la mayoría le dió la espalda a los dos huérfanos o se excuso en la pobreza de su casa.
Wei Rong ya era una adulta. Debía encargarse. Ese fue el consenso general de la familia.
Los días siguiente fue fueron salpicados por el caos. Una estudiante recién graduada de bachillerato no era el mejor sustento disponible para un huérfano, hubiera ocurrido algo terrible a no ser que el viejo amigo de sus padres hubiera venido a buscarlo.
De la noche a la mañana se encontraron en la casa de un ratito respetado militar. El hermano menor que era caprichoso por naturaleza no pudo soportarlo. Aunque no lloró todo el tiempo, era difícil estar cerca del niño, ni siquiera los adultos eran capaces de soportar sus rabietas.
Con diez años uno cree que el mundo gira gracias a la propia existencia del yo. Wei Baishu se sintió ofendido cuando descubrió que no era el rey de la casa. La bonita bicicleta que le habían estado instruyendo a montar no era suya, el dueño no le había dado una segunda mirada mientras la apartaba de él.
Sintió que estaba a punto de explotar. Lloró.
—No eres especial.—dijo el niño que solo había visto dos veces y se perdía por el pasillo —No te tengo lastima, ni la tendré, así que no te ilusiones ni pienses buscarme cuando tengas problemas o intentes conmoverme con lágrimas de cocodrilo.
La primera vez que lo vio pensaba que era alguien silencioso que nunca se metería en sus asuntos, pero una tarde de verano esa feliz ilusión se rompió en mil pedazos. Ahí empezó una guerra fría con el otro niño, cada aspecto de su vida se había convertido en una competencia. Solo su hermana y la familia que lo acogió notó que el lamentable huérfano sonreía nuevamente, claro, siempre que ganará.
El otoño trajo consigo las reanudación de las clases y un nuevo vecino. Era un niño bonito, mucho más que la pequeña cara de Wei Baishu. Mo Hiu no tardó en conseguir un nuevo amigo. Por ley de fuerza, también término como amigo de Wei Baishu.
El niño nuevo era amable, no tenía malas intenciones. Pero Wei Baishu estaba enfermo de la compasión, y él la rezumaba por cada parte de su cuerpo. Mo Hiu resaltó mucho más ante sus ojos cuando él estaba a su lado.
Fue su primer amor, lo descubrió después de un par de años juntos. Supo que le gustaban los hombres cuando tenía trece años. Los niños de su edad ya habían tenido una par de amores a esa edad pero él había permanecido impasible hasta que Mo Hiu lo miró fijó cuanto tropezó con el a final de una clase de educación física.
Era joven en imprudente, pero no era estúpido. Sabía cuál era la luna blanca en el corazón del hijo del militar, pero no era lo suficiente sabio como para rendirse tan rápido. Tuvo muchos amoríos cortos, como un carrusel de colores, se encontró con una multitud de innumerables rostros que jamás será capaz de recordar.
Estaba herido. Sus venganzas fueron regulares, nada muy grande como para que el otro sufriera demasiado, pero ni una vez ganó. De alguna manera Jiang Yinhu tenía el mundo a su lado. La decisión entre ellos era fácil para cualquiera ajeno a sus sentimientos de rivalidad y celos. Un mocoso malcriado no era nada frente al niño bueno de la clase.
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Proyecto de rehabilitación de villanos.
FantasiaSu Yun estaba en la cima del mundo. Pero en un curioso giro del destino, un desafortunado accidente lo dejó al borde la muerte. Cuando pensó que su fin estaba por llegar, un mensaje misterioso apareció frente a él. "Bienvenido al proyecto de rehabi...