Proyecto de rehabilitación de villanos.

Arco 01: (XXI)

Arco 01: El Coronel Alfa es demasiado cruel (XXI)

[Hacia el final] [III]

—Lo siento...

Se lamentó. La cabeza de Su Yun bajó tanto que Heine estuvo a punto de creer que se escondería bajo las sábanas, o fue lo que intentó desde un primer momento.

—Él que debe disculparse soy...

En ese momento Heine notó lo impulsiva que fue su acción. Estaba desesperado y enojado porque estuvo a punto de perder a esa persona. Antes de que pudiera terminar, Su Yun cubrió su boca.

La mano de Su Yun aplastó sin piedad las palabras de Heine. El villano abrió los ojos de par en par. La confusión transformó su expresión, era como un niño perdido.

—No soy bueno.

Esas tres cortas palabras venían cargadas con una gran cantidad de sentimientos negativos. Él era sólo una persona "normal" con un futuro mediocre, en comparación con el talentoso joven coronel, no era nada.

—Eres uno de mis mejores hombres.

Espetó Heine mirándolo a los ojos con una fuerza extraña, era como si sólo indicará algo tan natural como respirar oxígeno. Acarició la los cabellos Su Yun después de que de acomodó un par de hebras castañas que se habían escapado.

—Y además soy un hombre.

La sociedad requería desendientes, era algo tan importante que decidía la vida de un individuo de principio a fin. El matrimonio entre parejas que no tenían capacidad de engendrar era extraño, estaba mal visto y sólo se concedía en ocasiones excepcionales.

—No me importa.

La respuesta fue seca y concreta. No dejó espacio libre para que Su Yun se defendiera con algún otro argumento.

Muchas cosas corrieron por su cabeza. Se sintió mareado por un momento, no tenía la capacidad para procesar tanta información de un solo golpe. ¿Lo habían besado?, y él lo rechazó, pero el villano parecía querer converserlo de que...

—Puede ser hoy, mañana o dentro de diez años.

Una luz que pocas veces había visto se reflejó en los ojos del villano. Esos orbes que antes tenían la temperatura del hielo, ahora parecían contener la calidez de mil estrellas, y esas mismas estrellas, lo señalaban directamente a él.

La mano intacta de Su Yun fue tomada con delicadeza y llevada hacía el pecho de Heine. Una serie de latidos claros y fuertes resonaron en su piel. Su niño nunca fue bueno expresándose, prefería actuar.

Tardó más de lo que esperaba en comprender lo que quería decir el otro. La sangre le subió a la cabeza, no es que fuera especialmente tímido o que no tuviera ni la más mínima experiencia en ese tipo de temas, es sólo que la realidad de estrelló ese manera estrepitosa contra lo que había imaginado desde un primer momento. En apariencias, ese Omega misterioso no existía y en ese momento él...

Estaba felíz, era imposible que no lo estuviera. La acción del otro, a pesar de ser poco clara, sólo tenía un significado.

Alguien fingió una tos al fondo. Las continas blancas que rodeaban la cama sobre la que reposaba fueron retiradas con un fuerte crujido. Las palabras que estuvieron a punto de nacer murieron en su boca cuando un sujeto, cuyo cabello tenía el mismo que la sala, apareció justo en frente.

—Disculpe Coronel, pero la enfermería es para atender heridos. Las otras cosas se hacen afuera.

La voz gruesa de un médico anciano los interrumpió. El hombre apreciaba su profesión con fuerza, ya que ni siquiera la mirada amenazadora del villano logró que diera un paso atras, algunas personas podían ser más valientes que la mismísima élite del Imperio.