Arco: 03 (XI)

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Arco 03: Hasta el fin del mundo (XI)

[Lluvia]

Sucedió aquella vez. Esa noche tranquila y extraña, justo después de lavar su cabello y darle una imagen presentable, mientras estaban acostados uno junto al otro, esas extrañas palabras alteraron los nervios de Su Yun.

—¿Ya no lo está?

—La humanidad desaparecerá en menos de un año.

Él nunca le mentiría, estaba seguro de eso. De alguna manera estaba consciente de lo próximo que sucedería en el mundo.

—¿No hay vuelta atrás?—preguntó en un suspiro cortado.

—Yo soy la causa. Los hombres pagaron el precio de su estupidez, por lo menos hasta que me consuma, las cosas estaban destinadas a ser de esa manera.—Fue una pronunciación ruda, pero su elocuencia helaba la sangre.

Las palabras cayeron con lentitud, haciéndole vibrar el cuerpo de tal manera que sintió que era su alma la que temblaba. Había una razón detrás de la orden del sistema, era tan cruel que casi estaba a punto de llorar

—No digas cosas así nunca más.  Yo... te salvaré.—Fue casi un gemido desesperado, pero no alzó la voz.

Su Yun se levantó en la penumbra. La frase fue infantil, algo que parecía salido de la boca de un niño inocente, uno que sólo conoció el mundo a través de una ventana estrecha. Era egoísta, pero pensaba cumplir sus palabras. Los ojos del otro brillaban, como los de un gato.

—Sí no lo logras, me aseguraré de que vivas.

El hombre llamado Mu Yuanzhang no estaba dispuesto a rendirse. Por primera vez vio algo parecido a un sentimiento, fue un poco triste ver el sutil rayo de desesperación en su pupila.

No lo había olvidado. Incluso si lo deseaba. Se le acaba el tiempo. Había pasado dos meses enteros y seguía en la base de la coalición.

El cielo estaba nublado ese día. Gruesas manchas negras recorrían el cielo, pero la lluvia no aparecía, justo como lo hacía hecho desde hace un mes.

Observó el perfil lateral Mu Yuanzhang, recto y frío, se despidió a Long Wen son ninguna emoción. Su rostro eran tan frío como de costumbre. El hombre de mediana edad parecía contento pese a todo, era una de las tantas visitas que le había hecho ese mes.

—No hemos encontrado una sola pista de ese hombre en estos días, pero estoy empleando todos mis recursos. Ya lo sabe profesor, ante cualquier avance mi secretaria lo mantendrá pendiente.

No era la primera vez que se reunían de esa manera. Los visitaba varias veces a la semana. Nunca llegaba a una conclusión clara ni trazaba un paradero claro de la ubicación de Ju Ruo, como un perro que perseguía su propia cola hasta el fin de la eternidad.

—Como siempre, me siento agradecido con usted, no tiene razones para ayudarnos, pero gasta toda esa energía y esfuerzo en nosotros.

Le estrechó las manos con convincente emoción. Era fácil complacer al hombre, le brillaba tanto la sonrisa que un brillo tenue se manifestó en sus ojos.

《Un quinto de los presentes en el lugar no son humanos》Ese fue el terrible dictamen que emitió el villano la primera vez que estuvieron solos en aquel lugar. Sonaba ridículo y era una idea extraña, pero con el pasar del tiempo descubrió lo real que resultaba.

La ciudadela rebosaba de vida. Soldados, técnicos, civiles, el movimiento en las calles no paraba ni por un segundo dentro de los viejos muros. En su interior había una persistente sensación de tranquilidad, algo muy diferente a la base administrada por el padre de Mo Hiu, la diferencia de recursos era abismal.

Proyecto de rehabilitación de villanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora