Arco 02: (XI)

625 117 5
                                    

Arco 02: Para atraparte. (XI)

[Ignorancia]

La luz de un antiguo poste se tambaleaba en la penumbra. Los insectos nocturnos emitieron zumbidos mientras se precipitabab al resplandor.

Había una pequeña reunión debajo. Mucho menos animada que la de los camaradas insectos.

Wei Luo comenzó a fumar. Dándole profundas caladas a su cigarrillo ventilaba la ira que calcinaba su interior

—¿Es cierto?—preguntó.

—Lo vi con mis propios ojos.

El otro hombre se encogió de hombros y tragó. El apretado traje parecía estar matandolo.

—¿Lograste captar algo de información sobre él?

Lu Bei quien había permanecido en silencio hasta ese momento le preguntó. Era una amenaza abierta

—Ya sabes como es ese grupo. Ni siquiera estamos seguros de su nombre. Esos malditos bastardos tienen seguridad de sobra.

Liu SongLi volvió a tragar. La interrupción de la misión por el accionista fue un accidente casual que arruinó todo. Había sido asolado a una tarea simple que falló con tanta facilidad. Además "él" fue respetado por un anciano de los Kai, por lo que era tan simple en apariencia.

—Tienes mi confianza por el momento. No la malgastes.

Sin precuparse demasiado, la mujer abandonó el lugar acordado. Varios hombres la seguían de cerca. El viento de otoño arremolinaba sus cabellos.

Las piernas de Ximei temblaron cuando el automovil negro desapareció en la distancia. Se sujetó de su hermano y lanzó alguna que otra palabra que no era adecuada para alguien de su reputación.

—Sentí que moría y me hundía en el infierno.

La sensación de frío le permanecía en la piel. Tenía escalofríos sólo de pensarlo. Si no fuera por que los dejaron en el hotel al poco tiempo juaría que estaba en un viaje para enterrar sus cadáveres en las afueras.

—No creo que nunca nos haga daño.

Le indicó Su Yun sonriendo.

—Eso es ser demasiado optimista. Sigo pensado que sólo está obsesionado contigo. No hay otra manera en la que podamos burlar a la muerte juntandonos con ese hombre tantas veces.

Su Yun quería negarlo pero no supo como responder. Él tampoco podía explicar la tibieza de la actitud de Feng You hacia su persona. Al principio la creencia de seis él fuera Heine lo había condicionado a tenerlo en un lugar especial, pero la situación no debía darse a la inversa.

"¿Es posible?"

Cuando estuvo sólo en su habitación Su Yun optó por preguntarle a LinLin. Mientras más lo pensaba más le dolía la cabeza. Si tenía parte de los recuerdos de Heine resultaría muy malo para su corazón.

"LinLin no sabe demasiado, pero tampoco creé que pueda suceder"

Incluso si era una causa perdida. Años de repetición debían de tener sus frutos. Después de todo esa era una regla básica irrompible.

"Ya veo"

El dolor solo estaba empezando. Había sido cuestión de tiempo para que ocurriera. Al día siguiente, a las once de la mañana una llamada no esperada interrumpió su tranquilidad. El teléfono que debía de permanecer silencioso hasta por lo menos dos días después comenzó a sonar.

—Salgan de ahí. Ya la misión exede nuestro alcance. Enviaré a alguien a recogerlos en el punto de huida.

A penas contesto y la fuerte voz de Castillo los saludó. Las palabras bailaron desordenadas como aquel que habla con prisa. Ximei que se encontraba adormilada dio pequeño salto en el sofá de la Suite, como si se tratará de un gato asustado.

Proyecto de rehabilitación de villanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora