Arco 02: (VIII)

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Arco 02: Para atraparte (VIII)

[El curso de los pensamientos del villano estaba mal desde un primer momento]

Pequeñas luces iluminaron la penumbra de manera efímera seguidas por el humo de la pólvora. Olía a guerra; metal, sangre y pólvora.

Ximei abrazó a Su Yun con fuerza. La situación era terrible para un civil común. Liu Meng no se quedó atrás y tomó uno de sus brazos, hace poco que era considerado un adulto a los ojos de la ley, como consecuencia, seguían siendo un joven temeroso.

Al otro de la calle una figura delgada femenina apreció. Su Yun que los rodeaba a penas logró distinguirla.

La mujer no parecía inmutarse. Disparo tras disparo, todo lo que se movía caía bajo sus balas. Aquella DesertEagle, pesada y torpe, se convertía en un juguete en sus manos. La primera impresión de Su Yun no fue equivocada, sin duda era como un soldado.

—Sal de mi camino.

Sus palabras resonaron en los oídos de las tres personas. Sin dudarlo un segundo huyeron hasta una esquina que creyeron segura. Cuatro hombres siguieron saliendo desde el lugar donde ahora yacía el cadáver.

La secretaría Mo no estaba sola. Sus acompañantes se encargaron de acabar con los otros antes de que siquiera pudieran apuntar con sus armas.

Meng alzó el rostro y tembló. A pesar de que su vida fue mucho más movida que la de una persona normal, lo que ocurrió fue demasiado sangriento.

—Señor, señora.

Con cortesía, Mo les brindó una mano a Su Yun y Lan Ximei, el joven restante fue ignorado. Los hermanos Lan estaban algo entumecidos, tardaron un poco en notar las manos que se mantenían alzadas a la espera. Fue una sorpresa ser levantados del suelo con tanta facilidad, aunque aquellos brazos cubiertos con la elegante ropa que coincidía con su cargo parecían ser delgados, escondían una considerable cantidad de fuerza.

—No es seguro que se queden en este lugar.

Les indicó con palabras suaves. Esa es una forma discreta de decir que la siguieran.

—Espera un momento. Tengo que llamar a mis guardaespaldas y a mi padre para...

Liu Meng intentaba decir algo, pero Mo parecía decidida a llevarlos a un mejor lugar. Ximei tomó una decisión rápida y lo arrastró consigo. No le agradaba demasiado, pero era muy joven para tener una muerte prematura.

Su Yun obedeció sin rechistar. En silencio capturó el otro brazo de Liu Meng, de la misma manera en que la hermana corría enfrentarse con la protagonista, él podía correr hasta el peligro.

Sin muchos problemas fueron llevados hasta un auto negro. Los acompañantes de Mo no hablaron mucho, estaban ataviados con sus uniformes y parecían extranjeros.

Incluso Su Yun que había superado cosas mucho peores en el anterior mundo se sintió extraño. Meng permanecía inmóvil como un cadáver mientras que Ximei miraba por la ventanilla blindada y polarizada pensando en quien sabe qué.

—¿Hay problemas?

Se dirigían a un destino desconocido a alta velocidad. Mentiría si dijera que no se sentía extraño, era como estar atrapado entre fajos de algodón. Suave y asfixiante. Mo era la única persona que podía aclarar sus dudas.

—El señor Feng tiene muchos enemigos tanto dentro como fuera del grupo. Esas personas desagradables esperaban una oportunidad de retener a cualquiera que tenga alguna relación con el señor.

Como un ayudante de primer nivel, la mujer entendió la pregunta al instante. Filtrando las cosas que podía decir y las que no elaboró una respuesta convincente. En cuanto a la razón de su cercanía al grupo, eso tendría que salir de la boca del jefe.

Proyecto de rehabilitación de villanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora