Proyecto de rehabilitación de villanos.

Arco: 03 (X)

Arco 03: Hasta el fin del mundo (X)

[Ju Ruo esta en todos lados]

Una brisa suave le alborotó el cabello, los árboles dorados y gruesos emitieron un crujido antinatural. No había guardián, sólo un hombre conocido y sus acompañante.

Cabello negro largo, piel traslucida, ojos coquetos. No había forma de confundirlo. Estaba allí, sonriéndole como si no pasará nada. La manera en que logró cruzar a ese mundo, en ese momento y lugar perdió importancia.

El vacío en el estómago de Su Yun creció.

—Ju Ruo.—El nombre salió por sí solo, incluso si deseaba decir cualquier otra cosa, fue lo único que le vino a la mente en ese momento.

Había unas pocas personas al lado de Ju Ruo, cuatro, tres hombres y una mujer. Todos usaban algún tipo de traje reforzado beige. Recordó un par de caras. Eran los sujetos de experimento que el joven investigador le había mostrado para su horror.

—Recuerdas mi nombre, eso es algo bueno, yo ya no recuerdo el de la mitad de mis asistentes. Ellos eran criaturas tan mundanas que resulta predecible, o mi memoria es tan terrible como decía mi madre.

Giró la cabeza formando una imagen vívida de curiosidad y se llevó las manos a la boca en un gesto casi infantil.

—No creo poder hacerlo nunca.

El hombre tomó el papel central en sus pesadillas apareció frente a él. Fue casi imposible mantenerse calmado, la imagen apacible que estaba desesperado por dar tenía algunos fallos, pero era mínimamente creíble.

—Pasó tanto tiempo. Casi cuatro meses, pero no has  cambiado.

La mirada de Ju Ruo se clavó en su nuca. Le provocó escalofríos. Era el mismo lunático desagradable de hace meses.

—Sobreviviste—hizo un sonido similar al un silbido—Es impresionante, debe ser el destino cariño.

De alguna manera, había descubierto una nueva manera irritante de llamarlo.

—No esperaba verte. Mucho menos en un lugar como este, y tengo la impresión que tú tampoco. Estuve a punto de morir por tu culpa.

La voz de Su Yun no fue alta o baja, muy calmada. No quería alertar a las otras personas, estaba rodeado, pero eso ni significaba que su ira acumulada fuera menor.

—En ese momento no te necesite, fue natural desecharte, pero sobreviviste. Eso prueba que eres habil o tienes lo que llaman suerte.

Ju Ruo habló como si fuera los más natural del mundo. Desde su punto de vista lo era. Su Yun dio un paso atrás.

—Oh, no puedo llevarte conmigo, tengo trabajo que hacer. Es una lástima.

Ju Ruo se le acercó. Era rápido, más de lo que era humanamente posible. Casi podía ver la división entre sus pestañas. Le acariciaron el rostro.

Miró hacia sus alrededores, además de árboles de hojas doradas y hombres hostiles no  hay nada más. Podrían hacer lo que quieran con el. Se preparó para huir, aunque fuera inútil.

—Este no es mejor momento para hablar profesor.

Uno de la hombres de acercó a Ju Ruo y colocó una una palma cubierta de cicatrices en el hombro ajeno. Tenía el cabello corto y la mirada sería, las pupilas le brillaban un poco a contra luz, como algo que no era humano.

Ju Ruo no era feliz. Frunció los labios y bufó, pero cedió al final.

—Tú causaste todo esto. Las innumerables muertes, el fin de la sociedad y el sufrimiento de los que se convirtieron en abominaciones.