city full of lonely people | l.h [1]

capítulo 29

—Te digo que hay demasiada gente allí —Luke me mira divertido—. Aún no podemos andar de tórtolos en las calles, Bynes nos ahorcará con el cable de su teléfono.

—¿Por qué crees que Bynes nos mataría? —le ruedo los ojos por semejante pregunta.

—Ese hombre es vil, no me sorprende que tenga animalitos disecados en su casa. —el rubio se ríe fuertemente y toma mi mano dándole un apretón.

—Deja de darle tantas vueltas a todo Bree, estamos bien —me sonríe y quise convencerme de ello—. Vamos, tengo hambre.

—Dijo Luke cada cinco minutos —sus azules ojos me miran mal—. Muy bien Ricitos, pero si mi cara mañana aparece en un tabloide de farándula, te quito a Petunia.

—¡Cuánta maldad! —sonrío como niña pequeña y salimos del auto, Luke toma mi mano para entrar al restaurante.

Estamos en West Hollywood, específicamente en Sunset Boulevard. Luke nos ha reservado una mesa en un lugar llamado Eveleigh, el nombre me gusta bastante y me parece curioso, dato random.

Es un lugar precioso, tiene un estilo rústico y acogedor. Un chico de piel morena nos sonríe y nos saluda.

—Bienvenidos a Eveleigh, ¿tienen reservación? —el rubio a mi lado asiente— ¿A qué nombre?

—Robert y Alene Hall —lo miro divertida, Luke se ríe y el chico nos confirma que estamos en la lista.

—Síganme por favor, Señor y Señora Hall —aguanto una carcajada y seguimos al chico de traje con chaleco—. Mesa con vista— nos señala y a mí casi se me cae la boca por lo bella que es la vista —. En breve vendrá Sandra, que será su mesera esta noche, espero que disfruten.

Luke y yo agradecemos al chico, nos sentamos y sigo viendo encantada todo el lugar. El suelo es de madera oscura y brillante, las mesas algunas son pequeñas solo para dos personas, del techo caen pequeñas luces amarillas redondas y hay una música de jazz muy suave de fondo para darle un ambiente mas tranquilo y romántico. 

—Señor Robert Hall, esto es precioso —digo acercándome para darle un beso en la mejilla.

—Lo mejor para ti, Alene Hall —le ruedo los ojos mientras mis labios se curvan en una sonrisa dolorosa— ¿Te gustó?

—Me encantó, gracias —sus azules ojos se clavan en los míos y las mariposas hacen desastre en mi estómago.

Luke se ve más guapo de lo normal —como si eso fuera posible—, lleva una camisa negra abotonada hasta el cuello, pantalones de tela oscura y un blazer negro. Su cabello está peinado y los rebeldes rizos se aplacaban en la parte de atrás.

—¿Por qué no hiciste la reservación bajo tu nombre? —pregunto mientras juego con sus manos, lleva algunos anillos en sus finos dedos y yo estoy mas que encantada por eso.

—No quería arriesgarme —responde tranquilo, asiento con mi cabeza y observo cómo una chica vestida de camisa blanca y falda negra con medias llega y sonríe.

—Bienvenidos, mi nombre es Sandra y seré su mesera esta noche —se presenta la chica de cabello rubio—. ¿Desean algo de beber o quieren ordenar la comida?

—¿Puedes traer la carta de cócteles? —le pregunto y ella asiente con su cabeza.

Sandra se aleja y regresa unos tres minutos después, Luke pide dos Margaritas y aclara que después de las bebida pediríamos la comida.

—Ya regreso —Sandra se excusa y la veo irse.

—Oficialmente estamos en nuestra primera cita —Luke dice divertido—. Tenía  tiempo sin hacer esto.