capítulo 34

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Ross se encuentra en casa y en muletas, según los médicos, el chico tiene que permanecer con el yeso dos meses, mi amigo se quejó e incluso tuvo una pequeña discusión con el ortopedista, asegurándole que dos meses era demasiado, obvio el doctor lo ignoró y lo envió a casa.

—Debiste dejarme pegarle con las muletas cuando tuve la oportunidad —vuelve a decirme con mala cara.

—No iba a permitir que dejaras inconsciente al doctor —rueda los ojos—, tengo mis límites, lo sabes.

—No pretendía dejarlo inconsciente —subo mis cejas y el chasquea su lengua—. Se iba a recuperar.

—No seré tu cómplice en un atentado contra el hombre que te ayudó —bufa y se cruza de brazos.

—¿Cómo se supone que prepare todo para el cumpleaños de Leighton? —mi amigo habla con voz cansada—. Todo está saliendo mal y creo que esa moto es una señal de que huya por la retaguardia y reprima mis sentimientos.

—¡Dioses, cállate un siglo! —me da una mirada de odio—. Deja de decir eso, nada se arruinó y no lo hará tampoco.

—Pero... —lo interrumpo señalándolo con mi dedo.

—Pero nada, seguiremos los planes y tú le dirás a Leigh eso que tienes atravesado en la cabeza y no te deja pensar con claridad —abre la boca ofendido—. ¿Qué?

—Me dijiste bruto —suelto el aire con fuerza y le ruedo los ojos.

Salgo de su habitación y me voy hasta la mía, cuando entro me consigo a un rubio plácidamente dormido entre mis almohadas y con el televisor encendido. Camino hasta él y lo cubro con una manta, Luke se ve más cansado de lo normal y me había dicho que no estaba durmiendo bien así que me aseguro de no despertarlo ni interrumpir su descanso.

Miro mi móvil y son las ocho de la noche, el estómago me ruge con fuerza y bajo por algo de comida. Al llegar a la sala me encuentro con mi mejor amiga hablando por teléfono, Leigh se ríe nerviosa y cuando sus verdes ojos se posan en mí, cambia su cara.

Se da la vuelta y huye al patio, yo entrecierro los ojos confundida por la extraña actitud de la chica.

Arrastro mis pies hacia la cocina y preparo unos sándwich de queso cheddar y bacon, hago uno de más por sí el oso dormilón que está en mi cuarto decide despertar con algo de hambre. Salgo en dirección a las escaleras, subo con cuidado para evitar que los sándwiches terminen en el suelo.

Leighton pasa por mi lado y casi me hace caer, me quejo y la chica pide disculpas entrando a su habitación y cerrando de un portazo. Ruedo los ojos y sigo mi camino.

Luke aún sigue durmiendo solo que ahora, está boca abajo y con la cabeza escondida entre las almohadas. Me subo a la cama evitando moverme mucho para no molestar al rubio. Doy el primer mordisco al sándwich y empiezo a comer mientras veo una película con bajo volumen.

...

El sonido del móvil me saca violentamente de mi sueño, Luke se remueve a mi lado y balbucea algo que no logro entender, el jodido aparto sigue sonando. Estiro mi brazo para tomar mi móvil y el brillo de la pantalla me deja con los ojos derretidos, pestañeo un par de veces y frunzo el ceño cuando veo el número que me llama.

Ya no forma parte de mis contactos pero me sabía el número de memoria, es Caín y me está llamando a las tres de la mañana.

La llamada se cae y cuando pretendo dejar de nuevo mi móvil, empieza a repicar. Me levanto de la cama para salir a mi balcón y tomar la llamada allí.

—¡Hola bebé! —su voz es alegre, demasiado.

—¿Qué quieres? —decido ser directa, tengo sueño y la verdad no me apetece hablar con él por las sospechas que tengo.

city full of lonely people | l.h [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora